Atzayaelh Torres.
Mi mejor amigo
vive en Noruega, el petropaís europeo, diario tiene que desplazarse unos 150
kilómetros entre su casa y trabajo. Para ahorrar en gasolina, pues gastaba lo
equivalente a siete mil pesos mensuales, decidió comprar un auto eléctrico. Dio
un enganche de 100 mil pesos y el resto lo paga en cómodas mensualidades de
alrededor de dos mil pesos. El auto lo carga en una electrolinera gratis en la
pensión de su trabajo, en un hotel a las orillas de Oslo.
El año
pasado, en ese país la tercera parte de los vehículos vendidos fueron
eléctricos. ¿Aquí? Inimaginable. El
ritmo de venta de automóviles alternativos es incipiente. En el primer semestre
de este año apenas se vendieron 143 vehículos eléctricos, que, junto con los
híbridos, que necesitan apoyarse del motor de gasolina, sumaron en total dos
mil 830 unidades, respecto del millón que se venden al año en México, esto de
acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.
¿Qué
necesitaríamos para tener una flota de automóviles eléctricos eficiente como la
de Noruega? Subsidios en la compra de las unidades, esto pese a que la
electricidad ya tiene el apoyo gubernamental, y antes que me vayas a tildar de
populista, quiero darte un par de datos.
En México, el Chevrolet Volt, uno de
los modelos eléctricos más 'populares' tiene un costo superior a los 700 mil
pesos. Nada en este país justifica una inversión de ese tamaño para un coche
cuya única magia es ser eléctrico y, siendo francos, si se tiene para pagar ese
auto poco importa lo que se gaste en gasolina, contrario al caso de mi amigo.
En Estados
Unidos, el ejemplo económico del mundo, los
autos híbridos y los eléctricos no sólo gozan de beneficios viales, fiscales y
de otros tipos, sino que son subsidiados al 30 por ciento del valor de la
unidad. Por ello cuentan con la flota más grande en el mundo.
Además, allá existen tres tipos de incentivos para
la compra de este tipo de vehículos, tan sólo a nivel federal, pues cada uno de
los estados tienen sus propios programas de apoyo. Por ejemplo, de acuerdo con
el Departamento de Energía de aquel país, California contempla otros 17
estímulos de diferentes tipos, que incluyen tarifas preferentes para el consumo
de electricidad.
Hablar de subsidios en medio de la
implementación de una reforma energética volcada totalmente a la apertura de
mercados no debe alarmar, al contrario, debe ser un debate medular que nos
permitiría, como sociedad, transitar a un modelo más limpio y con más opciones
para desplazarnos. Además, si vamos a hablar de subsidios, la electricidad lo
sigue estando, la gasolina sigue con un precio controlado y hasta a los
proyectos renovables de las subastas eléctricas se les tuvo que dar un empujón
con la banca de desarrollo.
Subsidiar es
una tentación que está en el aire, y que de acuerdo con expertos consultados
debería someterse a una discusión seria, alejada de estigmas populistas para
que esta tecnología, con incontables beneficios, pueda permear en la sociedad
mexicana.
AVANZIA
FESTEJA.
¿Se acuerdan
del contrato millonario que no quiso Slim? Pues bien, como les adelanté, lo
ganó Dragados Offshore, la filial del español Grupo Avanzia, que celebran ya el
jugoso contrato por mil millones de dólares. En agradecimiento, envió 400
personas de apoyo a las labores de rescate en del sismo del 19 de septiembre en
la Ciudad de México, acompañados por siete grúas titanes de hasta 40 toneladas,
una de 140, otra de ocho, así como tres retroexcavadoras y varias camionetas.
Todos ellos a las órdenes y disposición del Comando C5 y la Sedena. De las
pocas empresas del sector energético que se sumaron al apoyo luego del terrible
suceso.
Por su
parte, hay que reconocer que en la CFE se la rifaron como tigres en el
restablecimiento del servicio, mientras que en Pemex les descontaron a los
sindicalizados un día de su salario para ser donados. En este último caso,
esperemos que el gasto no se les cruce con las dádivas que tienen que pagar
para usar sus plazas, como ocurre en Ciudad del Carmen, Campeche, según
testimonios que me hicieron legar trabajadores. También Schneider Electric donó
un millón de pesos a la Cruz Roja.
APRETARSE EL
CINTURÓN.
En orden con el plan de austeridad de
Pemex, el director general ganará en promedio lo mismo cada mes, de acuerdo con
el proyecto de Presupuesto de Egresos para 2018. Pasaría de cobrar 271 mil 36
pesos en 2017, a 270 mil 987 pesos al mes brutos, detalla el documento. Antes de que rasgues tus vestiduras,
debemos tomar en cuenta que ese sueldo resulta ínfimo contra las millonarias
sumas en dólares que ganan CEO de otras petroleras en el mundo, y además,
resulta congruente con el panorama nada alentador de los números que enfrentará
el siguiente año la petrolera nacional.
En contraste, el director de la CFE
ganará mil pesos más, al pasado de 247 mil 734 pesos mensualmente en promedio,
a 248 mil 762… La inflación, ¿qué quieren hacer?
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