Javier Risco.
Por muy
extraño que parezca, la última semana hubo algo que le salió muy bien al (viejo)
PRI y al presidente Enrique Peña Nieto: todos, to-dos los medios le dieron una
cobertura ininterrumpida y exagerada al predecible destape del hoy exsecretario
de Hacienda, José Antonio Meade, quien, en medio de un ritual que creímos de la
prehistoria, que significa el regreso de la inagotable estrategia del dedazo
presidencial, hizo explícita su intención por ser el abanderado priista para
las elecciones de 2018.
Y en medio
del juego del ‘tapado’, donde todos los medios le seguimos la corriente a los
tricolores, que ocuparon 80 por ciento del espectro noticioso, en el que
seguimos todos los pasos de Meade con los distintos sectores priistas, hay un tema que se dejó de lado y que será
parteaguas en las próximas contiendas electorales: desde ayer comenzó a
analizarse en el Senado el perfil de quien será el próximo titular de la
Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).
El viernes
se cerró el periodo de inscripciones de quienes pretenden vigilar que se
castiguen los delitos electorales, en el marco de una de las elecciones más
complejas y donde se prevé que todos los partidos políticos le entren a la
guerra sucia. Desde ayer y hasta el 8 de
diciembre los senadores analizarán a los 21 candidatos; ya se hizo pública la
lista, pero ¿sabemos quiénes son estos 21 suspirantes a uno de los tres puestos
claves para las próximas elecciones?
Quizá el nombre más visible sea el
del polémico jurista Eduardo Alfonso Guerrero Martínez, quien asesoró la tesis
de Peña Nieto, aquel escrito con el que obtuvo el título y que el equipo de
investigación de Carmen Aristegui expuso hace un año que tenía una tercera
parte del contenido plagiado.
El
exempleado del Tribunal Superior de Justicia capitalino fue el foco más visible
del tipo de perfiles de quienes quieren sustituir a Santiago Nieto en la
FEPADE, pero no es ni de cerca el único
al que hay que mantener en la mira.
De los 21
aspirantes sólo tres son mujeres, de ellas quizá a la que habría que poner
énfasis es Laura Borbolla, quien recientemente se postuló también para ser la
secretaria técnica del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional
Anticorrupción, y quien fuera también
titular de la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos contra la
Libertad de Expresión (FEADLE), entre 2012 y 2015, periodo en el que en México
fueron asesinados 48 periodistas.
También está inscrito Raúl Arroyo González,
hidalguense y uno de los hombres de confianza de los hermanos Eduardo y Miguel
Ángel Osorio Chong, polémico también por ser exdelegado de la Procuraduría
General de la República en el Edomex, tierra clave para el PRI y uno de los
territorios con mayor incidencia delictiva y complejo por la expansión de
grupos del crimen organizado.
Otro de los
candidatos a un puesto clave el próximo año es Ricardo Suro Gutiérrez, ex fiscal de delitos electorales en Jalisco en
2015, quien causó controversia cuando absolvió al magistrado Leonel Sandoval,
padre del actual gobernador, Aristóteles Sandoval, acusado de hacer campaña a
favor de su hijo, quien, por supuesto, es priista.
En la lista figura también Augusto
José Isunza Padilla, quien hoy se encarga de ‘perseguir’ delitos electorales
nada más y nada menos que en el Edomex, tierra de Peña Nieto, y donde todos
vimos cómo se actuó en ese tema en las pasadas elecciones.
José
Cuitláhuac Salinas es otro perfil que debe estar bajo la lupa. Durante la época
de Felipe Calderón en la presidencia fue titular por un año de la SEIDO, y fue
muy conocido por su constante persecución de jueces, a quienes investigó por
vínculos con grupos del crimen organizado, y su investigación a agentes
federales, por su presunta participación en una balacera contra un vehículo
diplomático en el poblado de Tres Marías.
Pedro Garita Alonso, cercano al
senador priista Emilio Gamboa, también despierta interés por antiguos
conflictos de interés. Hace algunos años fue cuestionado por la asignación de
un contrato por asesorías, de más de 157 mil pesos, que se le dio cuando su hermano
Arturo Garita fungía como secretario General de Servicios Parlamentarios.
También destaca la mano derecha de Santiago Nieto, Alejandro Porte Petit.
Mucho qué cuestionar al Senado sobre
la elección que someterá al Pleno a más tardar el 11 de diciembre, como para
seguir el juego de un tapado, que sólo nos distrae de lo verdaderamente
importante para el país.
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