Alejandro
Calvillo.
A la tía
Nena en sus 100 años de entereza, al lado del Dr. Nava, del pueblo potosino, de
los zapatistas, al lado de la democracia.
Hemos visto a uno y otro presidente
rodeado de un Gabinete que más de expertos es de súbditos. Los pequeños hombrecitos se rodean de funcionarios serviles, de amigos
incondicionales, nos los vayan a contradecir. Un juego del poder donde todos,
como en las pandillas, celebran las ocurrencias del jefe. Como todos los
clanes, los presidentes y sus gabinetes se sumergen en el autismo y como todo
clan siempre alcanzan un nivel de secta, hasta que la realidad les estalla de
frente o hacen estallar la realidad. Y estos clanes son de todos los colores,
desde los colores de México hasta los de Venezuela, si es que se puede hablar
de colores.
Pero la
realidad termina por estallarles en la cara, los despierta por un momento, pero
esa realidad es tan cruda que el clan prefiere volver a su narrativa, a
contarse la historia donde ellos juegan el mejor papel protagónico posible, el
mejor de los mundos posibles diría Tatcher.
En muchos
casos, estos clanes se sustentan en ideologías, en otros sólo es el deseo de ejercer el poder y servirse de él. En uno y otro caso vemos como la corrupción
se expresa cada vez más crudamente por todo el orbe. Donde la corrupción se
contiene es donde existen las instituciones de control social, donde la
transparencia es norma y donde los poderes son independientes, en especial el
poder judicial.
En el caso
de las sectas sustentadas en ideologías, éstas les sirven para mantenerse en la
invidencia. Desde la necesidad de estar con Chávez y ahora con Maduro porque
enfrentan al Imperio y todo mal viene del Imperio, hasta la negación del cambio
climático porque pone en entredicho el libre mercado y obliga a la regulación y
la intervención del Estado en los mercados.
Es así como se justifica una vez tras
otra la guerra contra el crimen organizado, aunque se siembre el país de
cadáveres. Y
también, es así cuando la mafia que se
hace del poder ejecutivo ve la necesidad urgente de hacerse del poder judicial,
para mantenerse en la impunidad. Que se actúe contra la corrupción hasta
cierto límite, sólo hasta ahí, el centro del poder debe estar protegido, unos a
otros se cubren, existe el pacto. Y a quien levante la cabeza y los exhiba
en su corrupción, en sus servicios a los poderes económicos sacrificando los
colectivos, se les puede espiar, amenazar, auditar, usar cualquier medio para
acabar con ellos.
Si esto
puede suceder, incluso, en un clan y un jefe con “buenas intenciones”, imaginemos a dónde se puede llegar cuando el
clan tiene visos de mafia o se establece como tal, donde unos se cubren a
otros, donde el objetivo es controlar todos los poderes. No vaya a ser que,
desde otro poder, desde el judicial, por ejemplo, se venga abajo el clan, como
ya se ha hecho en parte en Brasil, en Guatemala, en España. ¡Cuidado con los
fiscales! Al menor signo de independencia, hay que acabar con ellos.
Contarse
otra realidad y constituirse en mafia
puede ir junto y separado. 12 años de alternancia ¿Cuántas desilusiones
vinieron con ella? Que desgracia no haber modificado los cimientos, los
liderazgos sindicales, que hombres tan pequeños que se sentaron y por miedo, no
hay otra razón, aprovecharon los liderazgos corruptos y dejaron intactas las
estructuras, para ejercer su poder. Prefirieron los pactos y los gabinetes de
súbditos no de expertos.
Los cimientos están podridos y se
requiere de una ingeniería mayor, de una reconstrucción social, donde todos
participen, vigilen, denuncien y vean que hay un estado de derecho. Sin estado
de derecho seguirá el Estado al servicio de quienes detentan los poderes económicos
legales e ilegales.
¿Por qué no tienden puentes los
candidatos, los partidos políticos, con las organizaciones sociales? ¿no hemos
jugado un papel importante en la defensa de los derechos, del medio ambiente,
de las mujeres, de los niños, de la salud, contra la corrupción, por la
transparencia, por la competencia económica, por las víctimas?
Surge un frente llamado “Ciudadano”,
y ¿dónde están los ciudadanos? MORENA incorpora a personajes ligados a sectores
empresariales poderosos, pero no vemos esa relación con las organizaciones de
la sociedad civil. El frente convocó a un dialogo con las organizaciones de la
sociedad civil y Claudia Sheinbaum también lo hizo, pero no hay nada que
indique que en sus plataformas para el gobierno federal estén incorporando este
diálogo, estableciendo estos puentes, reconociendo y valorando su labor,
invitándolas a ser aliados en la vigilancia del ejercicio público.
El PRI nunca ha establecido vínculos
con las OSCs, más bien las enfrenta continuamente, son molestas, incomodas y
son vistas como un enemigo ante las denuncias que hacemos. El propio presidente considera que lo que hacemos es “bullying” a su
Gobierno, y ellos: ¿qué le han hecho al país?
Sin profesionales e instituciones
independientes, sin transparencia y vigilancia, sin la participación de la
sociedad civil, éste y el gobierno que venga, junto con su gabinete de
súbditos, nos seguirá viendo como amenaza ya sea porque afectamos los intereses
de sus aliados o simplemente porque no tomamos partido.
Tenemos más
de un año para el cambio de gobierno, un año que puede perderse o un año de
oportunidad para tratar de llegar a una administración con profesionales sin
conflicto de interés, con un ejercicio transparente de los recursos, con un
diálogo abierto y un poder judicial que garantice el estado de derecho.
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