Georgina
Morett.
Una
conjunción de símbolos, pero no se lograron unir los extremos. En el cierre de
campaña de los candidatos del Frente a la Presidencia y a la Ciudad de México
estaban casi todos, en el último intento por mostrar la unidad que no lograron.
En el Ángel
de la Independencia, símbolo del PAN desde hace muchos años, se juntaron en la
Ciudad de México, gobernada por el PRD desde 1997, los tres partidos que
conforman el Frente, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Tras
asegurar que había 150 mil personas, en su arenga Ricardo Anaya agradeció a
todos los perredistas de todas las corrientes, incluso a quienes ni siquiera
estaban ahí, como Jesús Zambrano. Era como el último intento de demostrar que
el Frente fue un éxito y que siguen en la competencia por el triunfo en la
Presidencia y la capital del país.
Quizá por
ello Ricardo Anaya se refirió a hechos del siglo pasado al señalar: “Hoy
reconocemos la fuerza y el valor del PRD, porque en las últimas décadas ningún
partido ha sido objeto de la violencia del régimen autoritario y corrupto, como
es el caso del PRD. Casi 900 militantes entregaron su vida para que hoy podamos
estar aquí reunidos”.
Y quiso
equipararlos con los asesinatos de candidatos ocurridos en esta contienda, al
manifestar: “Y sólo en este proceso electoral más de 20 militantes del PRD
entregaron su vida por la causa de la democracia”.
Así echaron su resto en una ciudad en
donde el PRD gobernó por 21 años, y en la que actualmente tienen serias
dificultades para el triunfo, ahí estaba también Miguel Ángel Mancera, quién
puede ser el último jefe de Gobierno que llegue al cargo por el PRD.
Él y Alejandra Barrales fueron muy
cercanos, ahora en esta negociación de la alianza en la que tanto el PAN como
el PRD han sufrido un serio desgaste, ambos personajes se veían lejanos, porque
a pesar de que intentaron que esto fuera una fiesta, las traiciones que se
dieron a lo largo de la campaña no dejan de sentirse.
Y para que quede claro cómo se
desquebraja por completo el PRD, ayer mismo se dio una de las últimas renuncias
antes de la elección, la de Amalia García, exgobernadora de Zacatecas, quién al
parecer se acaba de dar cuenta de que el Ricardo Anaya, que es candidato a la
Presidencia, es el mismo que presidía la Mesa Directiva en la LXII Legislatura
y aprobó la reforma energética.
En esta
circunstancia tan difícil le tocó ser candidata a la Ciudad de México a
Alejandra Barrales, quién vive una serie de traiciones de propios y extraños, y
al igual que Ricardo Anaya se mantiene en la pelea para el próximo domingo.
José Antonio
Meade cerró en el principal bastión priista, el Estado de México, en la Plaza
de los Mártires, de Toluca, donde también aseguró su triunfo y se comprometió a
encabezar “un gobierno honesto y honorable, haciendo gala de los valores que
están hoy aquí reunidos”.
Sólo falta
el cierre de Andrés Manuel López Obrador en su principal bastión, la Ciudad de
México.
Nos aseguran
en Morena que en Tokio 614, de la col. Portales, delegación Benito Juárez,
donde se encontraron las despensas, vive la mamá de Iván Guadalupe Covarrubias
Rodríguez, director ejecutivo sur, de la Subsecretaría de Participación
Ciudadana, de la Secretaría de Desarrollo Social del GCDMX.
Además, que
en una revisión de la Lista Nominal del INE, en esa dirección tienen su
credencial de elector ocho personas, entre ellas Georgina Carmen Rodríguez
Uribe, esposa de Rodolfo Francisco Covarrubias Gutiérrez, quien de 2003 a 2006
fue diputado local del PRD, y de 2006 a 2009 fue tesorero de la ALDF.
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