Gabriel Sosa
Plata.
Hace un par
de semanas, el juez Guillermo Campos Osorio dictó sentencia sobre el juicio que
MVS inició en contra de Carmen Aristegui por un supuesto incumplimiento del
contrato que tenía firmado con la periodista y que le llevó a suspender el
noticiario que ésta tenía al aire.
MVS
argumentó en su momento que la periodista explotó ilegalmente las marcas de la
empresa al utilizar su logotipo en la plataforma México Leaks, que infringió
sus obligaciones contractuales y que de alguna manera chantajeó al grupo
radiofónico al reclamar el despido injustificado de los periodistas Daniel
Lizárraga e Irving Huerta, dos de los autores del reportaje de “La casa blanca
de Peña Nieto”. En consecuencia, MVS
reclamó los daños y su reparación material.
De acuerdo con la versión del abogado
Xavier Cortina, del despacho Quijano, Cortina y De la Torre, que defiende a
Carmen Aristegui, ninguna de las pruebas ni argumentos expuestos por MVS tuvo
éxito.
Por el
contrario, la resolución sentencia que
“a la empresa de Joaquín Vargas Guajardo no le asistía razón ni derecho alguno
para interrumpir o terminar el programa de radio Noticias MVS Primera Emisión
transmitido a nivel nacional durante más de seis años, bajo la dirección y
conducción de Aristegui, hasta el 15 de marzo de 2015, fecha en la que indebida
e ilegalmente se le impidió -a ella y todo su equipo- seguir realizando sus
tareas periodísticas”.
La empresa tampoco pudo lograr que
Carmen Aristegui pagara los daños que le reclamaba por el incumplimiento del
contrato y los actos ilegales en los que supuestamente habría incurrido.
Pese al
revés, MVS vio la resolución como una victoria.
En un comunicado afirma que se
declaró “legalmente terminado el contrato con la periodista para la conducción
del programa radiofónico”, que “el juez no impone pago de
indemnización alguna a favor de la periodista, y que con este fallo se reconoce
“el derecho que le asiste a toda empresa concesionaria de radiodifusión para
terminar el contrato con sus colaboradores, lo que confirma que dichas
empresas no actúan como autoridades y por lo mismo no violan derechos humanos
al dar por terminada una relación contractual”.
Por supuesto, como ambos actores
reconocen, la sentencia podrá ser apelada, lo que muy probablemente ocurrirá.
El mismo abogado Xavier Cortina dijo
en su comunicado que MVS “ahora tendrá que enfrentar las diversas consecuencias
de su ilegal actuación” y que es posible que la controversia llegue a la
Suprema Corte de Justicia, una vez que el Tribunal resuelva la apelación.
Podrían ser entonces los ministros los que analicen el caso, pero para ello
deberán considerar otros juicios relacionados, como los amparos presentados por
miles de radioescuchas por la salida del aire del noticiario y por la misma
periodista en cuanto a la vulneración de su libertad de expresión.
La historia, como se aprecia,
continuará, no sólo en cuanto a este juicio, sino a otros que promovió la
empresa en contra de Carmen Aristegui, específicamente en cuanto a la
explotación supuestamente ilegal de los contenidos que se generaban en Noticias
MVS al ser incorporados en el sitio Aristegui Noticias. También, como se sabe,
hay una demanda por daño moral del presidente de MVS Comunicaciones, Joaquín
Vargas, en contra de la periodista por sus afirmaciones en el prólogo del libro
sobre “La casa blanca de Peña Nieto”.
Lo que
sucede con estos juicios es de fundamental relevancia no sólo para el futuro de
una periodista, sino para el ejercicio periodístico en México en muy diversos
ámbitos: el derecho a la libertad de expresión en un medio de comunicación que
explota frecuencias del espectro radioeléctrico, los derechos laborales de los
periodistas, los derechos de las audiencias, el derecho a la información plural
y diversa, las atribuciones y responsabilidades de los órganos garantes de
estos derechos fundamentales, entre otros. Es decir, estamos frente a un caso
que no tiene implicaciones particulares, sino que impactan al gremio
periodístico y a la sociedad.
Es difícil por ahora hacer un balance
sobre los triunfos y derrotas legales de Carmen Aristegui frente a MVS en tanto
no haya sentencias definitivas, pero resulta poco alentador advertir que estos
juicios sólo visibilizan la enorme vulnerabilidad de las y los periodistas
frente a los despidos o suspensiones por situaciones que escapan de lo
estrictamente laboral, la terminación anticipada de contratos por razones
injustificadas, los extenuantes y abrumadores que pueden ser los juicios
iniciados en su contra y los recursos económicos necesarios para la defensa de
sus derechos.
Si a todo esto se suman los
asesinatos, las agresiones físicas y las amenazas a quienes ejercen el
periodismo crítico e independiente, el escenario es todavía más lamentable. De
ahí que la autocensura y la censura se imponen en el gremio periodístico, más aún
entre quienes cuentan con menores recursos o posibilidades para afrontar estas
embestidas. Su afectación al derecho a la información y al abatimiento de la
corrupción o los excesos en el ejercicio del poder es enorme, lo mismo que a la
consolidación de la democracia.
A pesar de las adversidades, hay
periodistas que han continuado con su labor, con los riesgos que ello implica.
Como lo ha dicho la directora de Artículo 19, Ana Cristina Ruelas, han sido las
y los periodistas los que han revelado hechos que han marcado esta
administración como “la casa blanca”, la corrupción de Javier Duarte y otros
exgobernadores y la infiltración de la delincuencia organizada en estructuras
del gobierno, el espionaje a periodistas, activistas y defensores de derechos
humanos, y otros. Sin estas aportaciones periodísticas, el daño al país sería
mayor. Por eso reitero: lo que suceda con los juicios en torno de Carmen
Aristegui, afectará directa o indirectamente la correlación de fuerzas entre el
periodismo, la sociedad, los medios y el poder, así como en el avance o
retroceso en los derechos de expresión, de información y de las audiencias.
DOS AÑOS.
Justo ayer se cumplieron dos años de los feminicidios de Nadia Vera, Alejandra Negrete,
Yesenia Quiroz y Mile Virginia Martin, y el homicido de Rubén Espinosa, en la
colonia Narvarte. Sus familiares llevaron a cabo diversos actos para exigir
justicia y conocer la verdad. Denunciaron que la Procuraduría General de
Justicia de la Ciudad de México ha sido omisa e irresponsable al llevar a cabo
las investigaciones de los crímenes, lo que ha derivado en una recomendación de
la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que tampoco ha tenido una
respuesta satisfactoria. El jefe de Gobierno de esta capital, Miguel Ángel
Mancera, que aspira a la candidatura presidencial, no puede ni debe deslindarse
de los señalamientos que se han hecho a funcionarios de su administración sobre
la violación a los derechos humanos en este caso.
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