“Los amo”.
Fueron las primeras palabras que Malala Yousafzai, la joven activista
paquistaní de solo 20 años, pronunció frente a un ansioso auditorio de más de
dos mil personas que habían esperado más de seis horas por su llegada luego del
retraso en el vuelo que la traía por primera vez a México, el cual tuvo que
desviar su ruta a Cancún, dadas las desfavorables condiciones climatológicas
que presentaba el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México la noche del
miércoles.
Malala se expresó con pasión por la
necesidad de un mundo con educación para todos los niños, y en especial, para
las mujeres.
“La educación durante al menos doce
años es el derecho básico de todo niño que todos los gobiernos en el mundo
deberían de dar. Los beneficios podrían ser incontables, especialmente para las
niñas, ya que esto (la educación) le da a una mujer valor para defender sus
propios derechos”, expresó Malala ante un auditorio que no dejó de ovacionarla
en cada pausa.
Malala, quien vivió en carne propia
la discriminación y la desigualdad de género durante su niñez cuando ella buscó
asistir a la escuela, pero le fue negado este derecho solo por su condición de
mujer por el régimen Talibán que tomó el control del Valle Swat (Paquistán) en
2007, señaló que en algunas sociedades las mujeres ni siquiera saben que existe
la equidad y aceptan la discriminación, por lo que asegura, la educación les
puede mostrar que es posible defenderse y tener derechos iguales.
Motivada por sus padres a estudiar
desde pequeña, Malala desarrolló un blog en 2009 en el que contaba desde su
experiencia como niña lo que era vivir bajo el régimen Talibán, mismo que fue
publicado en la BBC y que la llevó a la fama mundial, y que a la postre, le
valió el Premio Nobel de la Paz en 2014 con solo 17 años. Galardón que la
convirtió en la persona más joven en recibirlo bajo cualquiera de sus
categorías.
Víctima de un atentado que casi le
cuesta la vida a sus 15 años, Malala aseguró -ante una comunidad que volvió
trending topic en México el hashtag #MalalaenelTec– que los jóvenes tienen en
la tecnología y las redes sociales una herramienta sumamente valiosa para
incidir en temas importantes como la educación, la igualdad y los derechos de
la mujer.
“Hasta hace unos años esto no era
posible, pero ahora podemos hacer campañas, solicitudes (…), la tecnología
tiene un gran potencial y los jóvenes pueden estar más involucrados y hacer
cambios positivos en la política de México y de todo el mundo. Deben darse
cuenta de que involucrarse de verdad importa y deben atreverse a hacerlo”, expresó.
El ataque que sufrió bajo el régimen
Talibán fue para la creadora de la fundación que lleva su nombre una señal de
que su misión era buscar mejorar las condiciones educativas de millones de
niños en el mundo, algo que asegura, es el gran desafió de su vida.
“Trataron de silenciarme, pero
fallaron, no funcionó. Yo sé que la muerte también me apoyó en esta causa con
la educación. Comencé a viajar por Nigeria, Jordania, Líbano, Irak y algunos
campos de refugiados, Irak. Me convertí en mensajera de paz de la ONU y en el
Fondo Malala he podido dar este apoyo”, narra la mujer que acaba de obtener su
ingreso para estudiar su carrera en la prestigiada Universidad de Oxford, y
agrega:
“Tenemos que luchar para que las
niñas puedan ir a la escuela, hay que evitar el trabajo infantil y la violencia
(…) debemos garantizar el derecho de la mujer a decidir y que no sea impuesto
por sociedad o los hombres en el nombre de una religión o una cultura (…) y
hacer ver a los gobiernos de las ventajas de que todos los niños vayan a la
escuela al menos 12 años. Tenemos un gran desafío en las próximas dos décadas”, advierte ante un auditorio entregado
a su causa.
Lamenta Muro
de Trump.
Cuestionada
sobre la intención del presidente de Estados Unidos de construir un muro en la
frontera con México, Malala evita el sesgo político y se refugia en uno de los
lugares comunes de su discurso.
“Siempre creo en el amor, en la
armonía, en vivir juntos. Cuando veo el mapamundi me cuestiono la división y el
odio en nombre de la religión, la nacionalidad o la raza. Sin duda somos
diferentes, pero la división y la discriminación no son correctas, debemos
seguir nuestras costumbres, pero el odio que existe es inaceptable y daña mucho
a los individuos, daña el corazón de las personas porque no podemos vivir una
vida plena”, expresó, y abundó en que los líderes deben sacar el odio de su
corazón en contra de la religió o culturas para que permitan a la humanidad
saber de las historias de otras personas.
“Cuando vemos que hay líderes
ignorantes que no entienden el sufrimiento de la gente, que hay razones muy
difíciles por las que las personas dejen sus países, y que todos merecen el
derecho de vivir y de ser educados, tenemos que pensar en todos como una sola
comunidad, aunque seamos diferentes, porque la diversidad es belleza. Esta
diferencia hace nuestra vida más rica y hermosa, pero tenemos que sacar el odio,
es decepcionante lo que ocurre”, dijo Malala, y advierte que como musulmana
cree en la igualdad, en los derechos de la mujer y en la paz, ya que “ser
musulmán no significa ser terrorista”.
México,
rezagado en educación.
Malala está convencida de que un país
que educa a todas sus jóvenes entiende que estos son el recurso hacia el futuro
que le dará beneficios económicos, productivos y además, generará un cambio en
lo social que traerá grandes beneficios, razones por las considera importante
concientizar y cambiar a la comunidad.
“La educación puede demostrar a una
mujer lo valiosa que es, lo independiente, que no necesita de su padre o
hermanos, que puede hacer todo por sí misma”, asegura Malala, quien considera
que las mujeres son más poderosas que los hombres.
“Yo pienso que Dios decidió darle el
poder de dar vida a la mujer ya que ella es capaz de soportar el dolor más que
el hombre, la mujer es capaz de hacer cualquier cosa, y la apariencia no debe
afectarlas”, asegura.
Sobre el
papel de la mujer en México, Malala hizo
algunas puntualizaciones y señaló que en el país muchas niñas abandonan la
escuela y no pueden llegar a educación superior o media.
“Es muy triste que no tengan acceso a la
educación, las mujeres tienen que continuar luchando por la equidad que
queremos ver (…) si bien el apoyo del gobierno es importante y el presidente
está haciendo un buen trabajo en el tema, hay muchas niñas en comunidades
marginadas que se casan en edad temprana y no tienen acceso a escuela”,
subraya.
La mujer que
tiene como inspiración a Martin Luther King Jr, Gandhi y Mandela, considera que
los políticos tienen que unirse y hacer
de la educación una prioridad para cada niño, y más allá de cambios en la ley,
estos deben implementarlos y ponerlos en práctica para garantizar la educación
y la seguridad.
“Creo que todavía nos falta un largo camino,
pero no hay que detenernos, México tendrá que desarrollarse, si bien hay
frustración, tenemos que avanzar”, expuso.
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