Atzayaelh Torres.
Shell, Chevron, BP,
Exxon y otros gigantes del sector energético impulsaron desde décadas atrás la
reforma energética que se quiso implementar desde tiempos de Zedillo y que
finalmente pudo concretarse con Peña Nieto, a su modo, bajo sus condiciones y
en su beneficio. Una
gran oportunidad de negocio. Tejieron alianzas, negociaron desde distintos
frentes y finalmente lograron convencer a la esfera política de la necesidad de
lanzar a México al sector energético internacional.
En días pasados, Pulso
Energético, organización vocera de esas y otras petroleras agrupadas en la
Asociación Mexicana de Hidrocarburos (Amexhi), que con la materialización de la
reforma hicieron sentir en México el peso de su influencia, difundió en un
reporte que la firma Wood Mackenzie afirma que con la reforma fiscal de Trump
el sector petrolero mexicano pierde competitividad, y básicamente urgió al
gobierno a mejorarles el régimen fiscal de los contratos petroleros.
La petición huele a
advertencia y no es cosa menor, el próximo 30 de enero de 2018 se llevará a cabo la Ronda
2.4 con 30 campos petroleros en distintas zonas del país, y si el gobierno mexicano pensaba 'nadar de
muertito' por lo que resta del sexenio flotando en el éxito conseguido en las
últimas rondas, se equivoca. Este movimiento en el esquema fiscal
estadounidense los pone en jaque en un momento donde todo, TODO, es
negociación, de la que no se salva el sector energético.
No obstante que las petroleras en nuestro país lograron
cambios históricos en el modelo económico, hoy
presionan al gobierno para que se les complazca en otra de sus peticiones.
Buscan el negocio como cualquiera en el mundo.
El modelo energético
tan celebrado por ellos mismos se quedará corto porque Trump logró reducir el
ISR en su país de 35 a 21 por ciento, entre otras modificaciones.
Lejos parecen esos días en que las petroleras vitorearon la
reforma y dieron su pleno respaldo al nuevo marco energético en México. Hoy quieren, y necesitan más.
El tiempo apremia para el gobierno mexicano y tanto las
secretarías de Hacienda, Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos
deberán tomar cartas en el asunto si no quieren enfrentarse a una decepción el
próximo 30 de enero de 2018 cuando se lleve a cabo la ronda 2.4; hay que
recordar que ya dejaron a Pemex colgado con el farmout que buscaba para Nobilis-Maximino
para esa misma fecha.
EL EXCUÑADO INCÓMODO.
A Guillermo de Jesús
Occelli González, excuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari y CEO de
G&E International Exports, la holandesa MetalCorp Group le pagó por
adelantado 2.5 millones de dólares por un cargamento de 90 mil toneladas de
mineral de hierro que no ha entregado.
Esto fue en 2015,
cuando el gobierno detuvo las exportaciones de mineral de hierro hacia China.
El pedido que entregaría Occelli tenía como destino
justamente China y saldría de Colima.
No se sabe si a Occelli
le fue decomisado el material, lo que es cierto es que firmó un reconocimiento
de deuda por el adelanto recibido, que se compromete a devolver en un plazo de
dos años. Plazo que se venció y nadie lo encuentra.
Este espacio se va de vacaciones y se publicará hasta enero
próximo. Felices fiestas.
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