miércoles, 20 de diciembre de 2017

Una apuesta.

Georgina Morett.

Sin duda, la alianza entre Morena y el Partido Encuentro Social ha sido uno de los hechos que más se han criticado a Andrés Manuel López Obrador, y también al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Sin embargo, nos comentan que no se trató de que el PES definiera sin más su alianza, sino que hubo, en primer término, una falta de maniobra política por parte del PRI.

Como sabemos, en el PES hay dos hombres importantes: el presidente del partido, Hugo Eric Flores, y el coordinador de los diputados, Alejandro González Murillo.

Según nos cuentan, en principio el PRI no quiso la negociación con el PES porque no cumplió con lo prometido en el Estado de México, y sólo le dio a la coalición que llevó al triunfo a Alfredo del Mazo .68 por ciento de los votos, cuando había prometido muchos más, y además se quejó del reparto de posiciones en esa entidad.

Por lo que incluirlo en la alianza hacia la presidencia era dividir demasiado las candidaturas, lo cual quitaba importantes lugares a figuras priistas.

Además, en el gobierno federal y el PRI se aseguraba que si el PES iba solo dividiría los votos en una forma no muy conveniente para el tricolor.

Y mientras en el PRI no se ponían de acuerdo en qué hacer, el presidente del partido, Hugo Eric Flores, rebasó, ahora sí por la izquierda, a los cercanos a González Murillo y negoció con Andrés Manuel López Obrador la alianza.

El punto más crítico en la negociación fue precisamente la candidatura de Cuauhtémoc Blanco a la gubernatura de Morelos, que es la posición más fuerte que pidió el PES.

Y aunque muchos aseguran que fue concedida por Andrés Manuel López Obrador, otros apuestan a que no será así, ya que el senador que dejó de ser perredista en octubre de 2014, mucho antes de la desbandada de legisladores del sol azteca a Morena, Rabindranath Salazar Solorio, es muy cercano al líder y guía.

Y como de las encuestas al interior de Morena se sabe muy poco, es muy fácil que el resultado salga a favor del senador, quien el 26 de julio pasado fue electo como coordinador estatal de ese partido.

Antes de renunciar a su escaño, Salazar Solorio reconoció la popularidad de Cuauhtémoc Blanco y confió en que las preguntas planteen la intención del voto y la capacidad para gobernar, ya que él tiene 28 años de experiencia en cargos públicos y políticos.

No lo dijo, pero finalmente Cuauhtémoc Blanco tiene una gran experiencia deportiva.

Además, esta sería la primera ocasión en que no gana la candidatura quien fue electo como coordinador estatal.

Así están las apuestas en torno a esta definición. En definitiva, yo me inclino porque Cuauhtémoc será el candidato de la alianza, ya que la decisión de López Obrador se tomó con la claridad del voto que pueden significar las iglesias evangélicas.

UN GRITO DESESPERADO.

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) continúa con su petición de que se reforme el artículo noveno de la Ley de Seguridad Interior, para privilegiar el principio de máxima publicidad.

No los escucharon los diputados, muchos menos los senadores, es por ello que hoy se dirigen al presidente de la República para que, “en términos del artículo 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, emita observaciones al artículo 9 de la Ley de Seguridad Interior”.

No sólo algunos consejeros, el Pleno del INAI defiende la transparencia y que se garantice el derecho de acceso a la información, lo cual no se consigue con el texto final aprobado del artículo 9 de la Ley de Seguridad Interior.


Habrá que esperar si a alguien le hacen caso o seguimos con leyes que se contraponen. Total, la seguridad jurídica casi ya no existe.

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