Georgina Morett.
Por primera vez en muchos años, en
las elecciones en México, no habrá ningún candidato de izquierda que defienda
las libertades individuales, reflexiona Miguel Alonso Raya, consejero político
del PRD.
Y es cierto,
ninguno de los actuales candidatos es cercano a este tipo de ideología, además
de que lo más parecido a la izquierda,
que es el PRD, se alió con la derecha panista y le dejó la candidatura
presidencial.
De hecho, el PRD fue ampliamente
criticado por su alianza con el PAN, ya que decidió, para evitar conflictos,
hacer a un lado su agenda de libertades individuales, como el derecho de la
mujer a decidir sobre su cuerpo, la despenalización de las drogas, igualdad de género o los
matrimonios del mismo sexo.
Esta
situación, comenta Alonso Raya, deja a los ciudadanos de izquierda sin
alternativa en la elección de 2018, ya que los dos independientes que llevan
más firmas, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, El Bronco, tampoco son de esta
corriente.
Pero también
provocará una atomización del voto que no beneficia a nadie en particular, ya
que casi todos los candidatos traen la misma agenda en este tipo de temas,
incluido Andrés Manuel López Obrador, que no sólo se alió a uno de los partidos
más ubicados en la ultraderecha, el PES, sino que además nunca ha apoyado este
tipo de libertades.
Alonso Raya
recuerda que cuando López Obrador era jefe de Gobierno en el entonces Distrito
Federal, se sentaba a desayunar cada 15 días con el entonces cardenal, Norberto
Rivera Carrera, con quien mantuvo una entrañable amistad.
De hecho,
fue quien donó el terreno para la Plaza Mariana, que está en la Basílica de
Guadalupe, a la Iglesia Católica en México, por lo que en su apertura años
después, el cardenal le agradeció a López Obrador su sensibilidad por este
sitió que permite “recibir con dignidad a 20 millones de peregrinos y
visitantes al año”.
Esta
relación se deterioró unos años después, cuando Marcelo Ebrard, como jefe de
Gobierno, apoyó la aprobación de los matrimonios igualitarios y la
despenalización del aborto.
Es por ello
que en esta elección la Iglesia debe estar muy contenta, porque no importa
quién gane, mantendrá sus privilegios, ya que todos los candidatos se han
reivindicado como creyentes, la mayoría de ellos católicos, y Andrés Manuel, en
un sincretismo entre el catolicismo y el cristianismo.
Incluso el
todavía gobernador de Nuevo León, quien acaba de pedir licencia, Jaime
Rodríguez, es “mocho y tradicionalista”, comenta Alonso Raya, quien considera
que esta situación también va en deterioro de la política de género.
Así, en el
siglo XXI, después de años de tener candidatos de izquierda, aunque no tuvieran
posibilidades de ganar, enfrentaremos la primera elección con la derecha y la
ultraderecha sobrerrepresentadas.
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