Javier Risco.
Hace 91 días que la Ciudad de México
volvió a llorar por las víctimas de un temblor que en unos minutos le arrancó la
tranquilidad. Tres meses que para un número aún sin determinar de familias,
significó perderlo todo. Una herida que sangra, pero que los políticos de esta
ciudad ya sólo usan como un botín para conseguir un puesto político más.
El plan de
reconstrucción que el jefe de Gobierno apresuró en forma de ley, y que detonó
en una crisis en la Asamblea Legislativa, esa ley que le urgía para poder irse
como precandidato, ya no es una prioridad porque él ya no contenderá por la
presidencia de la República.
Mientras tanto, el plan sigue así,
como un plan… uno que tras el inicio de las precampañas quedó abajo en la lista
de preocupaciones de los políticos y se redujo a parte de los discursos que
todos usarán para atacarse o para intentar ganar los votos de una población,
donde todavía hay algunos que no tendrán un techo para terminar el año en
familia.
Este fin de
semana, previo a cumplirse tres meses del 19-S, dentro de la publicación
Revista R, de Reforma, el periodista Ernesto Núñez da una muestra del olvido en
el que está el levantar a la CDMX de las ruinas en que se quedó después de que
7.1 grados de magnitud movieron la vida del país.
“Las cifras globales hablan de la
magnitud de la emergencia que aún se vive en la Ciudad: 6 mil 100 inmuebles
fueron afectados por el sismo; de los cuales, más de cinco mil son casas
ubicadas en las delegaciones Xochimilco, Tláhuac e Iztapalapa. Alrededor de
cien mil capitalinos perdieron su vivienda.
“Además, en las delegaciones centrales hay 748
inmuebles que ‘representan un riesgo para la seguridad de las personas’. El 65
por ciento de ellos se concentran en 12 colonias de Cuauhtémoc, Benito Juárez,
Coyoacán, Iztapalapa y Tlalpan”, retrata Núñez. Y eso sólo si nos vamos a lo
material.
De las cinco delegaciones que
concentran la mayor parte de los daños, tres delegados ya dejaron el puesto
para el que en 2015 pidieron insistentemente el voto: Ricardo Monreal, en
Cuauhtémoc, quien operará en la campaña de Morena y Andrés Manuel López
Obrador; Claudia Sheinbaum, que ahora recorre la ciudad como precandidata a la
jefatura de Gobierno por el mismo partido de Andrés, y Valentín Maldonado,
quien gobernaba en Coyoacán, perredista y cercano a Mauricio Toledo, quien pese
a ser la tercera delegación más afectada por el sismo, ya dejó el puesto para
ir por el siguiente hueso: diputado del primer Congreso de la ciudad.
Hasta ahora
el gobierno mancerista ha reportado al
menos 102 edificios que deben demolerse por el daño que sufrieron. De esos, en
tres meses sólo se han concretado cinco demoliciones en las que no están
incluidos casos como el de Génova 333, que ha afectado a decenas de
comerciantes en la Zona Rosa.
El proyecto de un memorial para las
víctimas también se pausó cuando el encargado del litigio con los dueños del
predio de Álvaro Obregón 286, Manuel Granados, prefirió irse a dirigir a un sol
azteca, que está enfocado en un Frente y que le dio la espalda al jefe de
Gobierno.
El perredista Leonel Luna se apuró a
sacar la Ley de Reconstrucción, que no ha sido promulgada y que probablemente
terminará definiéndose en la Suprema Corte de Justicia. Pero a él le preocupa
meterse de lleno a la campaña, pues buscará un escaño en el Senado.
Pero eso sí,
el trámite que sí se ha agilizado es la reposición de credenciales para votar y
actas de nacimiento, porque podrán no
tener casa, pero les pedirán que cumplan con su obligación de ciudadanos en las
urnas.
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