Francisco
Ortiz Pinchetti.
El
bochornoso zipizape a golpes, patadas y sillazos en la sede del Consejo
Nacional del PRD que vimos hace unos días en algunos videos, languidece ante la
contundencia de la ignominia que representan las listas de candidatos
plurinominales de todos los partidos. Son el retrato hablado de la clase
política mexicana, en todo su esplendor.
Debiera ser
escandaloso, pero ya tomamos con naturalidad el reparto descarado de curules y
escaños con que se premian deslealtades, oportunismos, traiciones, chapulineos,
incoherencias y sobre todo complicidades. En
esas listas está la esencia misma de la corrupción que los candidatos de las
tres coaliciones que se disputan la Presidencia de la República prometen combatir
hasta el grado de la locura. Finalmente, lo que importa es el poder… ¡y el
dinero!
No vayan a
pensar que la cara de alegría que suelen mostrar los escogidos en cuanto se entera
de que han sido palomeados obedece a que se ve satisfecho su incontenible
anhelo de servir a su país. Ocurre más
bien que como senadores o diputados tendrán asegurados, por seis o tres años,
una jugosa dieta, comisiones, bonos, aguinaldo, dividendos y liquidación de
despedida, además de viajes, gastos, auto, chofer, gastos médicos, acceso a
medios, influencias y fuero. Es literalmente entrar a un mundo fantástico.
Eso explica
que la rebatiña fuerte en todos los partidos –que llega a niveles como los que
vimos en los videos del PRD– no sea por las candidaturas llamadas de mayoría de
quienes aspiran a ganar una elección luego de hacer una campaña proselitista
que generalmente les cuesta dinero y trabajo, para acceder finalmente a una
curul o un escaño, no. Se trata de las canonjías regaladas, sin campaña, sin
necesidad de someterse al escrutinio ciudadano y menos a la prueba de una
elección. La negociación, el cochupo vil,
los compromisos, la compra- venta de favores finalmente, suplen al derecho de
los electores a decidir.
Casos extremos son la postulación de
pillos reconocidos a candidaturas plurinominales. Uno escandaloso es el del
nefasto líder minero Napoleón Gómez Urrutia, que será senador de la República
por decisión de Andrés Manuel López Obrador a cambio posiblemente de apoyos
económicos y electorales. Ahí la incoherencia es mayor por parte del líder de
Morena, que a la vez que propone su “revolución moral” se alía con gente de la
peor calaña. Y además trata de justificarlo.
Pero también hay ejemplos en los
otros partidos. El PRD y el PAN han incluido en sus listas de futuros diputados
federales plurinominales a los tres pillos autores del escandaloso “secuestro”
de ocho mil millones de pesos destinados a la reconstrucción de la Ciudad de
México. Los actuales diputados locales perredistas Mauricio Toledo Gutiérrez y
Leonel Luna Estrada, sí, están ya la lista amarilla.
Y el cacique del PAN en la capital
del país, Jorge Romero Herrera, encabeza la nómina panista de diputados
plurinominales por la Cuarta Circunscripción y tendrá también fuero. No importa
que haya estado involucrado durante años en actos de corrupción que van desde
la falsificación del padrón interno de su propio partido hasta la colusión
documentada, la complicidad evidente con inmobiliarias en la construcción de
edificios ilegales –algunos de los cuales se vinieron dañadas con el sismo–
cuando fue delegado en Benito Juárez.
Decepciona
comprobar que en muchos casos las supuestas convicciones de los beneficiarios
de estas prebendas no son otra cosa que acciones convenencieras, interesadas.
Alguien con la trayectoria política de Pablo Gómez Álvarez, por ejemplo, acaba
renegando del partido que él ayudó a fundar, para supuestamente sumarse a una
causa que repentinamente le ha convencido. Hoy está en la lista de Morena.
Germán
Martínez Cázares fue dirigente nacional del PAN y defensor del triunfo de
Felipe Calderón Hinojosa en la elección presidencial de 2016, que López Obrador
impugnó por fraudulenta. Tatiana Clouthier Carrillo, la hija de Maquío, dijo
sentirse atraída también por las propuestas de AMLO. Y la senadora panista
Gabriela Cuevas Barrón de pronto se dio cuenta de que el verdadero camino para
el país es el que anuncia el líder tabasqueño. A la vuelta de los días, los
tres aparecen en las listas como candidatos plurinominales de Morena.
Xóchil
Gálvez Ruiz traicionó inesperadamente sus promesas de terminar su mandato como
jefa delegacional en Miguel Hidalgo y ahora es postulada como pluri por el PRD.
Miguel Ángel Mancera Espinosa aparece en cambio, inopinadamente, en la lista
del PAN al Senado, lo que provoca protestas internas e incluso una demanda ante
el Tribunal Electoral contra la camarilla que gobierna hoy el partido albiazul
por violar sus propias normas internas.
Ahora sabemos por qué luego de
insistir tercamente en su aspiración de ser candidato presidencial, el jefe de
Gobierno decidió de pronto sumarse a la postulación del hoy cuestionadísimo
panista Ricardo Anaya Cortés y obtener a cambio no sólo su futuro escaño sino
además posiciones legislativas para toda su gente: Patricia Mercado Castro,
Héctor Serrano Cortés, Manuel Granados Covarrubias, entre otros. Y sabemos
también por qué el ex delegado en Cuauhtémoc Ricardo Monreal Ávila hizo gran
pancho y prácticamente amenazó renunciar a Morena cuando AMLO impuso a Claudia
Sheinbaum Pardo como candidata a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de
México. También él será senador plurinominal.
Y Rafael Moreno Valle, ex priista y ex gobernador de Puebla
por el PAN, fue otro aparente opositor y rival de Anaya Cortés en la disputa
por la postulación presidencial. De
repente dobló las manos y desistió: será senador plurinominal, mientras que su
esposa será la candidata del PAN a la gubernatura poblana… con el pleno apoyo
del llamado chamaco maravilla.
Ante estos ejemplos de verdadero
oprobio –que hay muchos más, claro— la lista del PRI se antoja al menos más
coherente, aunque igualmente descarada. Ahí están en efecto quienes deben
estar, leales al fin, no obstante, muchos de ellos tengan no sólo enorme
colmillo, sino una larga cola que les pisen.
Algunos
nombres emblemáticos del priismo de ayer y hoy son: Miguel Ángel Osorio Chong, Gerardo Ruiz Esparza, Miguel de la Madrid
Cordero, Eruviel Ávila Villegas, Rubén Moreira Valdés, José Reyes Baeza,
Claudia Ruiz Massieu, César Camacho Quiroz, Jorge Carlos Ramírez Marín, Beatriz
Paredes Rangel, Augusto Gómez Villanueva. Todos ellos –entre otros— serán felizmente
senadores por seis años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.