El Partido Acción Nacional (PAN) revive
la carrera política del “cerebro” de los llamados moches, con los que se
extorsionaba a alcaldes desde la Cámara de Diputados para que dieran una parte
del presupuesto asignado a los ayuntamientos.
Se trata de Luis Alberto Villarreal,
famoso también por haber participado en una fiesta con prostitutas en una
reunión plenaria del PAN en Puerto Vallarta y, quien ahora va por la presidencia municipal de San
Miguel de Allende, Guanajuato.
Aunque el
pasado 12 de febrero se inscribió como precandidato a diputado federal por el
distrito II, que abarca tanto San Miguel de Allende, como San José Iturbide,
Comonfort y una parte de Celaya, la semana pasada, fuentes del blanquiazul
señalaron que la dirigencia nacional le informó que el candidato presidencial,
Ricardo Anaya, no lo quería tener en San Lázaro.
La solución fue hacer un enroque,
quitando a su hermano Ricardo Villarreal de la alcaldía de San Miguel de
Allende, donde se pretendía reelegir y mandarlo a competir por la curul que
buscaba Luis Alberto.
Así lo
confirmó en conferencia de prensa Ricardo Villarreal: “Yo estaba contento con
el trabajo que estaba realizando en el municipio, pues hemos hecho obras
importantes de mucho beneficio para la población, por eso buscaba la
reelección; sin embargo, lo hago para atender una invitación del candidato
presidencial, Ricardo Anaya, y del dirigente nacional del PAN, Damián Zepeda,
para unirme a la campaña como candidato a diputado federal por el distrito II
de Guanajuato”.
Fue el 13 de agosto de 2014 cuando
Luis Alberto Villarreal presentó su renuncia a la coordinación del Grupo
Parlamentario de Acción Nacional en la Cámara de Diputados, tras la difusión de
diversos videos de una fiesta en Puerto Vallarta, que se realizó en el marco de
la reunión plenaria, donde se le veía celebrando con bailarinas exóticas.
Aunque
Villarreal aseguró en ese momento que no se utilizaron recursos públicos para
ello, el escándalo escaló y el presidente del PAN, quien en ese entonces era
Gustavo Madero, aceptó su separación del cargo.
Incluso se mencionó en su momento que Villareal
García organizaba grandes fiestas en su casa de Polanco, junto a la exdiputada
de Movimiento Ciudadano, Merilyn Gómez, por ello el exlegislador se ganó el
mote de “vecino incómodo”.
En cuanto a
los llamados moches, se denunció que Luis
Alberto Villarreal y legisladores cercanos a él cobraban jugosas cantidades a
alcaldes en los estados a cambio de la entrega de recursos públicos; un ejemplo
fue el del exedil de Celeya, Guanajuato, Ismael Pérez Ordaz, a quien en 2012 le
exigieron el pago de una comisión del 35 por ciento a cambio de 160 millones de
recursos para su alcaldía, mismo que sería utilizado para obras de
pavimentación.
El otro
precandidato del PAN a la alcaldía de San Miguel de Allende, Fernando García Chávez señaló que él se
registró hace más de dos semanas, pero desde que renunció a buscar su
reelección Ricardo Villarreal, el proceso interno se detuvo y sólo ha habido “confusión
y hermetismo” desde el Comité estatal del PAN.
En
entrevista dijo que están esperando que la dirigencia nacional del blanquiazul
informe oficialmente su decisión:
“Hay mucho hermetismo y desde aquí en
San Miguel de Allende no quieren decir ni comprometer nada. Es probable que sí
esté muy amarrado con Luis Alberto Villarreal, a pesar de tener tanta
inconformidad que genera en la ciudad.”
Mencionó que
Acción Nacional debe asumir los costos
de la elección que se avecina en julio, así como los resultados, ya que por su
parte su lucha por la candidatura se ha realizado de manera trasparente:
“Si yo no logro ser el candidato, por
lo menos me queda que lo hice bien y sin trampa alguna. Mi partido debe
absorber lo que resulte en la próxima elección”, indicó.
García
Chávez fue regidor en el ayuntamiento (2012-2015) y director del Sistema de
Agua Potable y Alcantarillado de San Miguel de Allende, de 2015 a mediados del
2017, además es empresario ganadero y presidente de la Asociación Ganadera de
ese municipio.
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