Georgina
Morett.
En una
elección con más de tres mil 400 cargos en contienda, cada uno de ellos reviste
importancia, ya que pueden atraer votos al candidato presidencial o bien
subirse en su ola.
El puntero
en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, de la coalición “Juntos Haremos
Historia”, se convirtió desde el año pasado en un gran imán que atrajo a
militantes de otros partidos, y en definitiva servirá como una base para los
candidatos a gobernadores.
De las nueve
gubernaturas en juego, en tres gobierna el PAN, tres el PRD, dos el PRI, una el
Verde… y Morena ninguna. Pero lo más
seguro es que esta geografía política cambie después de la próxima elección.
Si tomamos como base el momento
actual, podemos asegurar que el gran triunfador será Morena, ya que de no
gobernar ninguna entidad tiene fuertes posibilidades en cuatro, que son:
Chiapas, Morelos, Ciudad de México y Tabasco.
En la Ciudad
de México, de acuerdo con la encuesta de El Financiero del 26 de febrero
pasado, Claudia Sheinbaum está 25 puntos
arriba de Alejandra Barrales, y claro el gran perdedor es el PRD, que desde
1997 gobierna la capital del país y verá perder su principal bastión.
En Chiapas, Morena
pudo atraer a un allegado de otro partido que tiene grandes posibilidades de
triunfo, se trata de Rutilio Escandón, quien era presidente del Tribunal
Superior de Justicia del Estado y estaba identificado como un allegado del
mandatario Manuel Velasco, del PVEM, y fue senador y diputado por el PRD.
El gran perdedor será el PVEM, que
tuvo fuertes fricciones con el PRI, que se impuso en la negociación al poner de
candidato a Roberto Albores Gleasson en coalición con el PVEM y el Panal.
Otra jugada magistral de Morena fue
en Morelos, en donde su alianza con el PES le dio acceso al candidato que puede
triunfar en la gubernatura, el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.
Este es otro estado en el que el PRD
perderá por el mal gobierno de Graco Ramírez, pero también por el nepotismo, ya
que el gobernador se entercó en imponer a Rodrigo Gayosso, hijo de su esposa.
En Tabasco,
Morena también tuvo la capacidad de allegarse a un candidato con gran
experiencia, ya que Adán Augusto López fue priista y después perredista. A
pesar de que el gobernador es del PRD, militantes de ese partido han reconocido
que van abajo.
Al parecer el PAN podría mantener los
tres estados que gobierna, pero ha tenido dificultades en Veracruz, donde el
gobernador impuso a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez.
En esta entidad ha recobrado fuerza
Cuitláhuac García, quien contendió contra Miguel Ángel Yunes Linares y quedó en
segundo lugar. Se ha convertido en uno de los hombres más fuertes de Morena.
El PAN tiene
grandes posibilidades de volver a gobernar Puebla, donde la candidata Martha
Erika Alonso es la esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle, y Guanajuato,
con Diego Sinhué Rodríguez. Aquí gobiernan desde 1991, cuando después de la
llamada concertacesión Carlos Medina Plascencia quedó en lugar de Ramón
Aguirre, quien había contendido contra Vicente Fox.
Y el que fue
partido hegemónico hasta 1989, cuando el PAN ganó en Baja California, el PRI, sólo tiene posibilidades de ganar
en Yucatán con el candidato Mauricio Sahuí, pero esta opción empezó a
concretarse cuando Morena reclutó al panista Joaquín Huacho Díaz como su
candidato, ya que le quita votos al panista Mauricio Vila.
De esta
forma si las coaliciones encabezadas por el PAN y el PRI desean ser
competitivas en esta elección federal, deberán fortalecer las campañas de sus
candidatos a gobernadores, porque si no
Morena arrasará.
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