Javier Risco.
El 9 de
octubre de 2017 escribí en estas páginas de EL FINANCIERO sobre congruencia.
Escribí sobre la decisión de Emilio Álvarez Icaza de no contender como
candidato presidencial independiente. Escribí que se movía algo en México con
este esfuerzo organizado, alejado de las posiciones políticas, de cuotas, de
las dinámicas de poder que ya conocemos, que surgía desde la ciudadanía. Lo
resumía en el último párrafo de aquella columna titulada 'El cambio':
“¿Se acaba
la esperanza del cambio sin Emilio en la boleta? No, porque la esperanza del
cambio no está en los políticos y desde un puesto, sino en los ciudadanos y en
la calle, con la exigencia y con el ejemplo como bandera”.
Ayer, este grupo ‘ciudadano’ confirmó
su unión a la campaña de Ricardo Anaya. 'Ahora' actuó como cualquier partido
político que hace alianzas electorales cuando así lo cree conveniente. Así lo consigna la nota firmada por
la periodista Susana Guzmán en EL FINANCIERO: “Ricardo Anaya, candidato de la
coalición Por México al Frente, anunció la incorporación de la organización
Ahora, coordinada por Emilio Álvarez Icaza, como la 'ciudadanización' del
Frente que encabezan PAN, PRD y MC […]. La organización encabezada por el
expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), a
poco más de un año de su surgimiento, competirá electoralmente”.
En un
comunicado de prensa, el ex aspirante presidencial justificó la incorporación
del movimiento que encabeza y que promovió candidaturas independientes en
distintos estados de la República, y aseguró que la alianza nace de una
‘apertura al diálogo’, de la incorporación de una agenda ciudadana que entre
otras cosas esté comprometida con el combate a la corrupción. Y de pronto, aquel discurso que dio en
Tlatelolco cuando formó el movimiento, se convirtió en un discurso demagógico
político más como aquellos de los que decía que los ciudadanos que
representaban estaban hartos.
He leído con detenimiento el
comunicado de prensa de Ahora y no coincide con lo propuesto hace menos de un
año. Pasó de la “desconfianza” a la certidumbre “consciente de nuestras
diferencias”. “Ahora es una organización de personas que no nos sentimos
representadas en las fuerzas políticas que hoy existen, nuestra relación con el
Frente se da a partir de un proceso autónomo y democrático, y de la firma de
principios en busca de hacer política de otra forma. Nuestra relación con el
Frente se produce a partir de nuestras coincidencias y conscientes de nuestras
diferencias.
“Nuestros
encuentros y nuestros diálogos se han caracterizado por el reconocimiento de
una autocrítica necesaria y de la honestidad de los conceptos y las palabras
que hemos intercambiado, porque en el Frente, a diferencia de otras fuerzas
políticas, hay un reconocimiento de que la alternancia no permitió llegar a la
democracia y de que no será a partir de la simulación, la mentira o el
dogmatismo, como construiremos las opciones para un país más justo”, dice el
comunicado de Ahora.
La adhesión
de Ahora, por supuesto, no sólo implica
que el Frente abrazará una agenda política y de propuestas, sino la obtención
de ocho candidaturas al Congreso federal. Cinco para diputados y tres para
senador, incluyendo, claro, la suya. Lo que omite en el comunicado es decir que
una de esas candidaturas será para su hermano, José Álvarez Icaza, quien
contenderá por Movimiento Ciudadano en Morelos. Y claro, la de Lucia Riojas,
quien buscó una candidatura para la jefatura de Gobierno como independiente,
que no logró ni 50 por ciento de las firmas de apoyo y que pasó de criticar al
partido en el gobierno a apoyar la contienda de Alejandra Barrales ¿Eso es
ciudadanizar un Frente político?
¿Hasta dónde se compromete la causa
ciudadana cuando abraza a un Frente como el que se negoció entre lo que queda
del PAN, lo que queda del PRD y MC? ¿Cuánto cuestan esas candidaturas que
incluyen familiares? ¿Pueden empatarse ideales y valores con personajes
impresentables dentro de los partidos del Frente?
¿De verdad espera Álvarez Icaza que
creamos que un discurso y promesas sin sustento sustituirán lo que significa
para miles de ciudadanos que legítimamente creyeron en Ahora, cuando se le vea
haciendo campaña a él o sus aliados con personajes como Mauricio Toledo o Jorge
Romero, por demás conocidos de la CDMX? ¿Esa es la clase política a la que
debemos creerle que abrazará causas ciudadanas?
Es una pena que el tiempo, en este
caso, le haya dado la razón a los detractores que vieron en Ahora un movimiento
que sólo buscaba apoyo ciudadano para negociar espacios políticos.
Hasta ahí el engaño de la congruencia
que hoy ya tiene rostro de oportunismo.
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