Sanjuana
Martínez.
A una semana para la celebración de
las elecciones, las teorías de la conspiración inundan redes sociales, medios,
partidos políticos, instituciones, hojas parroquiales, pasquines y otras formas
de comunicación.
Algunos millonarios ya sacaron su
dinero del país para abultar aún más sus cuentas en paraísos fiscales. Otros,
advierten de una hecatombe social, un cisma de proporciones incalculables, un
terremoto dramático que nos dejará sin comida, sin vivienda, sin dinero, sin
nada…
Los agoreros
que anuncian el Apocalipsis para México en caso de ganar Andrés Manuel López
Obrador se han esmerado estas últimas
semanas en dramatizar los efectos devastadores que nos esperan en el momento de
llegar AMLO a la Presidencia.
Su misión
está clara: infundir miedo al
electorado, inhibir el voto, cambiar las preferencias, incidir en los anhelos
de cambio, modificar el criterio sobre los candidatos, en definitiva, confundir
a los ciudadanos.
Durante esta
campaña electoral próxima a terminar, hemos
visto todo tipo de artimañas, guerra sucia, estrategias de mercado, mentiras y
campañas propagandísticas para enlodar al puntero en las encuestas.
Pero lo más
sorprendente es la última maniobra: asegurar
que la aceptación del candidato de Morena en las redes sociales, en especial
Twitter, se debe al uso de bots. La noticia dada a conocer por Carmen
Aristegui, está basada en un estudio que sostiene que la gran mayoría de los
seguidores de AMLO en redes son bots, no personas.
La noticia
difundida por Aristegui está basada en un estudio “muy riguroso” titulado “Los
bots y su influencia en la elección presidencial mexicana”, elaborado por los
investigadores Albert-László Barabási y Peter Ruppert de las universidades
Indiana University Network Science Institute (IUNI) y el Center for Complex
Networks and Systems Research (CNetS). Aristegui, editorialista del periódico
Reforma, informó que AMLO es el
candidato con mayor porcentaje de bots con un 67.6 por ciento. La información
viene a sostener algo así como que los bots no votan, es decir, que las
estimaciones de las encuestas son poco fiables porque han incluido a estos
entes cibernéticos inexistentes.
La noticia coincidió extrañamente con
la denuncia de Eduardo Aguilar Sierra, representante del Partido Acción
Nacional (PAN) ante el INE, contra López Obrador por haber gastado
supuestamente al menos 300 millones de pesos en bots para “viralizar” mensajes
y “crear una imagen de percepción de triunfo.
Aguilar
Sierra, utilizó la información difundida
por Aristegui para sostener que es AMLO el candidato con mayor porcentaje de
bots, según el estudio de Laszlo Arabási.
Pues bien, según un análisis realizado por la unidad
de MetaDatos de SinEmbargo.mx la empresa y la investigación realizada en
Estados Unidos presentan “imprecisiones” y no comprueba de ninguna manera la
compra masiva de bots por el candidato de Morena.
A la
difusión de esta nueva campaña contra AMLO, hay que añadir una nota publicada por el diario Reforma, propiedad de
los Junco de la Vega de Monterrey, que asegura que Morena pagó 58 millones de
pesos a través del Comité de Tabasco por la impresión de 20 mil ejemplares del
tabloide de Regeneración. Más aún, que la factura de dicha entrega de dinero
fue hecha el 28 de mayo de 2016 por una empresa supuestamente fantasma llamada
Benefak, investigada por la Secretaría de Hacienda.
Pues bien, la información del diario
Reforma fue desmentida por el consejero del INE, Ciro Murayama, quien afirmó
que la nota no tenía “sustento” y que no existe tal investigación.
Peor aún,
Marcelo Ebrard, ex Jefe del gobierno del Distrito Federal y coordinador
regional de la campaña de AMLO, demostró
con documentos publicados que, el pago referido no fue por 58 millones, sino
por 58 mil pesos. Craso error.
A diferencia de las dos últimas
elecciones, AMLO llega ahora al gran día electoral, fortalecido por los ataques
de sus adversarios.
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