jueves, 30 de agosto de 2018

El TLCAN no subirá salarios en México: activistas; es el Gobierno aquí el que los frena, denuncian.



Muchas personas en el Gobierno de Estados Unidos e incluso algunas en México dicen que el nuevo acuerdo comercial entre los dos países ayudará a aumentar los salarios en la industria automotriz de México.

Pero los activistas dicen que el pacto no hará eso ni detendrá el flujo constante de empleos hacia el sur, al menos no hasta que México cambie sus leyes laborales y elimine los “contratos de protección” que dejan a los trabajadores indefensos.

El acuerdo anunciado el lunes incluye algunas promesas vagas en esa dirección, pero esencialmente deja todo en manos de México, donde una red de complicidad gubernamental hasta ahora ha bloqueado todo avance en ese terreno.

El activista Pablo Medina dice que él y 57 compañeros de trabajo fueron despedidos el 9 de julio de la planta de neumáticos Goodyear en San Luis Potosí, México, después de tratar de organizar un sindicato independiente en la fábrica, donde pasaron dos años sin que los empleados conocieran siquiera al sindicato que supuestamente los representaba.

Los trabajadores de Goodyear efectuaron una huelga espontánea el 24 de abril después que uno de ellos se desmayara y se fracturara tres costillas en medio del calor del departamento de vulcanización, y después de que se enteraran de que el esperado aumento a sus sueldos equivalentes a 1,50 dólares la hora equivaldría apenas a 50 centavos de dólar por día.

“Las condiciones de trabajo adentro de Goodyear son muy inseguras, la rotación de personal también ha sido muy elevada, y, claro, los salarios son bastante bajos para lo que se paga dentro de la industria hulera”, dijo Medina, quien lucha por recuperar su empleo.

En un comunicado enviado por correo electrónico, Goodyear México negó que la planta sea insegura y afirmó que es un “empleador competitivo” en materia salarial en la región. Agregó que el aumento salarial de este año fue de 6 por ciento, equivalente a la tasa inflacionaria del año pasado. Reconoció que un grupo de empleados fue despedido debido a la huelga, pero negó que hubieran sido 57.

Una de las principales razones por las que los sueldos son muy bajos –casi una décima parte del que se paga en plantas estadounidenses– son los “contratos de protección” que los trabajadores nunca han firmado, aprobado en votación o siquiera visto. Goodyear, por ejemplo, firmó en abril de 2015 un contrato laboral con el sindicato progubernamental CTM, meses antes de que abriera su planta en San Luis Potosí o contratara incluso a su primer trabajador.

La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos dijo el lunes en un comunicado que la insistencia del acuerdo en los derechos laborales “representan las cláusulas más estrictas de cualquier acuerdo comercial”. Según el pacto, “México se compromete a medidas legislativas específicas para proveer el reconocimiento efectivo del derecho al contrato colectivo de trabajo”, agregó.

Sin embargo, el Secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, dijo a The Associated Press que el acuerdo no obliga a México a hacer gran cosa más allá de aplicar la vaga enmienda constitucional aprobada el año pasado que requiere que los trabajadores sean consultados y aprueben los contratos laborales. “Pero la obligación no nace propiamente del tratado de libre comercio, sino de la reforma constitucional que ya se aprobó el año pasado”, destacó Videgaray.

Y el primer proyecto de la ley que se supone México aprobará de conformidad con el acuerdo, fue escrito por Tereso Medina, el líder sindical progubernamental que firmó el contrato de protección en la planta de Goodyear. La ley no está aprobada, pero daría a personas como Medina –que también fue Senador del partido gobernante– un papel importante en una comisión que supervisa los contratos colectivos.

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