jueves, 30 de agosto de 2018

Peña Nieto reescribe su historia.


Raymundo Riva Palacio.

Nadie le había pedido explicación alguna, pero al presidente Enrique Peña Nieto le urge explicar sus yerros sexenales con una reinterpretación de la historia. En uno de los spots difundidos en redes sociales, con motivo de su último Informe de Gobierno, defendió la invitación que le hizo a Donald Trump cuando era candidato presidencial, hace dos años. Peña Nieto reconoció que fue apresurado y que no habían visto el enorme resentimiento social en contra del entonces candidato republicano, y justificó que tenían que hacerlo porque sus ataques comenzaban a cobrar facturas en la parte financiera y había que construir puentes en caso de que llegara a la Casa Blanca.

Peña Nieto dijo que la apuesta no resultó tan negativa, porque se lograron avances importantes con Trump. ¿Cómo define que el resultado fue positivo? Trump quería que México pagara por el muro fronterizo, y no ha dejado de presionar para ello. Dijo que no quería el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que buscaría negociar uno que se alineara con los intereses económicos de su país, que cumplió con el acuerdo bilateral anunciado el lunes. Es majadero y agresivo con Peña Nieto, quien ha evitado la provocación. Pero mantener abierta la relación bilateral no fue resultado de esa visita, sino de que los propios intereses de seguridad nacional de Estados Unidos ven en la estabilidad mexicana una necesidad estratégica para ellos.

¿Estaría México peor hoy en día si no lo hubiera invitado? La pregunta es retórica, pero los costos fueron altos. La memoria ayuda cuando se tuerce la historia. En una columna publicada en este espacio cuatro días después de la visita, se apuntó: “La visita de… Trump causó la crisis política más profunda que ha tenido el Presidente. Su gabinete se partió… y tres secretarios de Estado se enfrentaron. Por un lado, Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, quien insistió al Presidente que cancelara el encuentro, y se ofreció como el chivo expiatorio… y la canciller Claudia Ruiz Massieu, quien, al ser excluida del proceso, presentó su renuncia, sin que se la aceptaran. Por el otro, el arquitecto de la reunión, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, quien convenció al Presidente de que o se acercaban a Trump o… si ganaba la elección, sería la catástrofe económica para México. El Presidente… respaldó a Videgaray.

“La historia de la visita fue descrita por dos altos funcionarios del gobierno y por fuentes diplomáticas en Washington. Revela los pormenores de la decisión más transcendental que ha tomado Peña Nieto en la relación bilateral con Estados Unidos, que (dañó) su relación con el presidente Barack Obama y con la candidata demócrata Hillary Clinton… La idea de la visita surgió de una instrucción del Presidente –cuando volaba con Videgaray y Ruiz Massieu, de Washington, tras su encuentro con Obama, a Chile, para la XI Cumbre de la Alianza del Pacífico–, de acercarse a las campañas de los dos candidatos... La orden de Peña Nieto fue un llamado a la acción para Videgaray...

“Hasta el jueves (25 de agosto) se comenzó a abrir dentro del equipo compacto del presidente Peña Nieto la posibilidad de invitar a Trump, cuando se prepararon dos cartas para él y Clinton. La de Trump, de acuerdo con extractos que fueron circulados por la campaña del republicano en Washington, tenía un énfasis en la parte comercial, y en el penúltimo párrafo señalaba el interés del Presidente de explicarle, personalmente, lo que significaba la relación bilateral y la contribución de los mexicanos a la economía estadounidense. Esa carta de tres páginas señalaba que la Cancillería mexicana establecería contacto con su equipo de campaña. Las cartas fueron enviadas al (ex) embajador de México en Washington, Carlos Sada, quien, ese mismo día, a través de emisarios diplomáticos, las entregó en los cuarteles generales de las campañas. De acuerdo con un funcionario, fue un mero trámite.

“La reunión con Trump ya estaba acordada y sólo faltaban los detalles de la logística. En la víspera… sin saber que todo estaba caminando a espaldas del gabinete, Ruiz Massieu opinó que la invitación a Trump sería contraproducente. La ignoraron… Ruiz Massieu… había estado colocando mensajes en su cuenta de Twitter que eran totalmente anti-Trump. No sabía, hasta que lo publicó el portal de The Washington Post (la víspera del viaje), que la visita de Trump era un hecho. Indignada por la forma como en un tema de su competencia había sido relegada, fue a ver al Presidente esa noche y renunció. Peña Nieto no se la aceptó.

“Osorio Chong también vio al Presidente y le dijo que cancelara la invitación. Ruiz Massieu se lo había dicho antes a Videgaray, quien le dijo que era imposible. La canciller respondió que sería más barato, políticamente para el Presidente, el desaire que recibir a Trump... La crisis en el gabinete se profundizó por las reacciones públicas sobre la reunión, que llevó al gobierno de Peña Nieto a una situación donde parecía un funeral la noche del miércoles y el jueves”.

La imagen del Presidente, que tenía un nivel de desaprobación de 80 por ciento, se desplomó aún más. Videgaray, por presiones de la Casa Blanca, salió de Hacienda. Esa visita fue uno de los puntos más bajos del Presidente en su sexenio, junto con la casa blanca y el gasolinazo. Pero no lo entiende ni lo entenderá. Reescribir la historia sólo lo convencerá a él y a quien le interesa que en ese capítulo, salgan como los que tenían razón. La realidad, sin embargo, es la que lo está juzgando.

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