Raymundo
Riva Palacio.
Nadie le
había pedido explicación alguna, pero al presidente Enrique Peña Nieto le urge
explicar sus yerros sexenales con una reinterpretación de la historia. En uno
de los spots difundidos en redes sociales, con motivo de su último Informe de
Gobierno, defendió la invitación que le hizo a Donald Trump cuando era
candidato presidencial, hace dos años. Peña Nieto reconoció que fue apresurado
y que no habían visto el enorme resentimiento social en contra del entonces
candidato republicano, y justificó que tenían que hacerlo porque sus ataques
comenzaban a cobrar facturas en la parte financiera y había que construir
puentes en caso de que llegara a la Casa Blanca.
Peña Nieto
dijo que la apuesta no resultó tan negativa, porque se lograron avances
importantes con Trump. ¿Cómo define que el resultado fue positivo? Trump quería
que México pagara por el muro fronterizo, y no ha dejado de presionar para
ello. Dijo que no quería el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y
que buscaría negociar uno que se alineara con los intereses económicos de su
país, que cumplió con el acuerdo bilateral anunciado el lunes. Es majadero y
agresivo con Peña Nieto, quien ha evitado la provocación. Pero mantener abierta
la relación bilateral no fue resultado de esa visita, sino de que los propios
intereses de seguridad nacional de Estados Unidos ven en la estabilidad
mexicana una necesidad estratégica para ellos.
¿Estaría
México peor hoy en día si no lo hubiera invitado? La pregunta es retórica, pero
los costos fueron altos. La memoria ayuda cuando se tuerce la historia. En una
columna publicada en este espacio cuatro días después de la visita, se apuntó:
“La visita de… Trump causó la crisis política más profunda que ha tenido el
Presidente. Su gabinete se partió… y tres secretarios de Estado se enfrentaron.
Por un lado, Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, quien
insistió al Presidente que cancelara el encuentro, y se ofreció como el chivo
expiatorio… y la canciller Claudia Ruiz Massieu, quien, al ser excluida del
proceso, presentó su renuncia, sin que se la aceptaran. Por el otro, el
arquitecto de la reunión, Luis Videgaray, secretario de Hacienda, quien
convenció al Presidente de que o se acercaban a Trump o… si ganaba la elección,
sería la catástrofe económica para México. El Presidente… respaldó a Videgaray.
“La historia
de la visita fue descrita por dos altos funcionarios del gobierno y por fuentes
diplomáticas en Washington. Revela los pormenores de la decisión más
transcendental que ha tomado Peña Nieto en la relación bilateral con Estados
Unidos, que (dañó) su relación con el presidente Barack Obama y con la
candidata demócrata Hillary Clinton… La idea de la visita surgió de una
instrucción del Presidente –cuando volaba con Videgaray y Ruiz Massieu, de
Washington, tras su encuentro con Obama, a Chile, para la XI Cumbre de la
Alianza del Pacífico–, de acercarse a las campañas de los dos candidatos... La
orden de Peña Nieto fue un llamado a la acción para Videgaray...
“Hasta el
jueves (25 de agosto) se comenzó a abrir dentro del equipo compacto del
presidente Peña Nieto la posibilidad de invitar a Trump, cuando se prepararon
dos cartas para él y Clinton. La de Trump, de acuerdo con extractos que fueron
circulados por la campaña del republicano en Washington, tenía un énfasis en la
parte comercial, y en el penúltimo párrafo señalaba el interés del Presidente
de explicarle, personalmente, lo que significaba la relación bilateral y la
contribución de los mexicanos a la economía estadounidense. Esa carta de tres
páginas señalaba que la Cancillería mexicana establecería contacto con su
equipo de campaña. Las cartas fueron enviadas al (ex) embajador de México en
Washington, Carlos Sada, quien, ese mismo día, a través de emisarios
diplomáticos, las entregó en los cuarteles generales de las campañas. De
acuerdo con un funcionario, fue un mero trámite.
“La reunión
con Trump ya estaba acordada y sólo faltaban los detalles de la logística. En
la víspera… sin saber que todo estaba caminando a espaldas del gabinete, Ruiz
Massieu opinó que la invitación a Trump sería contraproducente. La ignoraron…
Ruiz Massieu… había estado colocando mensajes en su cuenta de Twitter que eran
totalmente anti-Trump. No sabía, hasta que lo publicó el portal de The
Washington Post (la víspera del viaje), que la visita de Trump era un hecho.
Indignada por la forma como en un tema de su competencia había sido relegada,
fue a ver al Presidente esa noche y renunció. Peña Nieto no se la aceptó.
“Osorio
Chong también vio al Presidente y le dijo que cancelara la invitación. Ruiz
Massieu se lo había dicho antes a Videgaray, quien le dijo que era imposible.
La canciller respondió que sería más barato, políticamente para el Presidente,
el desaire que recibir a Trump... La crisis en el gabinete se profundizó por
las reacciones públicas sobre la reunión, que llevó al gobierno de Peña Nieto a
una situación donde parecía un funeral la noche del miércoles y el jueves”.
La imagen
del Presidente, que tenía un nivel de desaprobación de 80 por ciento, se
desplomó aún más. Videgaray, por presiones de la Casa Blanca, salió de
Hacienda. Esa visita fue uno de los puntos más bajos del Presidente en su
sexenio, junto con la casa blanca y el gasolinazo. Pero no lo entiende ni lo
entenderá. Reescribir la historia sólo lo convencerá a él y a quien le interesa
que en ese capítulo, salgan como los que tenían razón. La realidad, sin
embargo, es la que lo está juzgando.
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