En
conferencia de prensa, Gómez Urrutia
afirmó: “Preguntan mucho de los 55 millones y no preguntan sobre el abandono de
los 65 cuerpos en la mina Pasta de Conchos”.
Aseguró que luchará para que se haga
justicia a las familias de los 65 mineros sepultados en la mina Pasta de Conchos
hace doce años.
Para tal
encomienda partirá de tres premisas fundamentales: una indemnización digna y justa para las familias, rescatar los restos
de los mineros que perecieron en un “homicidio industrial” por parte de Grupo
México, empresa concesionaria de la mina y que se reabra una investigación para
que se determinen las causas de la tragedia.
“Pasta de Conchos es una tragedia que a nadie
se nos puede olvidar, que quedó en la impunidad. Fallecieron 65 mineros.
Sesenta y cinco familias quedaron destruidas. Nunca se recuperó ni se quiso
recuperar los cuerpos. Fue un homicidio industrial. Al quinto día, los
concesionarios de la mina, la cerraron y la abandonaron, dejando en el limbo lo
que sucedió el 19 de febrero de 2006, cuando explotaron varios túneles de la
mina de carbón, ubicada en Nueva Rosita, Coahuila”, dijo Gómez Urrutia.
Aunque señaló que no hay una agenda
establecida para trabajar en el Senado, dijo que Pasta de Conchos es un tema
pendiente que “será un ejemplo para recuperar la dignidad del país”, perdida no solo por la indolencia
ante los familiares de los mineros sepultados, sino por el trato a los
trabajadores en general, como en el salario o las magras condiciones laborales
que tienen, a nivel nacional.
“Quiero expresar que me siento
satisfecho de regresar a México. Durante todos estos años estuvimos trabajando
juntos y aquí reconozco el apoyo incondicional de los grandes dirigentes
sindicales de todo el mundo, contra el ataque cobarde al sindicato minero”, señaló en referencia a las acusaciones en su contra por el supuesto desvío de
55 millones de dólares de un fideicomiso que Grupo México habría entregado para
los mineros.
“Fue un conflicto innecesario,
injusto, arbitrario y condicionado por los grupos de poder económico y político
contra una organización sindical”, expuso al reiterar que para él quedó atrás
cualquier desazón respecto al tema del fideicomiso.
“Vengo con el mejor espíritu de
construir y transformar la realidad económica y política de México. La realidad
ya cambió, el pueblo de México lo demandaba y no lo vamos a defraudar. Queremos
ayudar y lo vuelvo a reiterar, a eliminar esa desigualdad insultante en nuestro
país. Queremos ayudar a crear una nueva sociedad. Ese es el espíritu con que
fui electo senador y lucharé, al lado de los mineros y líderes sindicales de
organizaciones democráticas del país. Hoy, la lucha de los mineros es un ejemplo
e inspiración en todo el mundo”, afirmó.
Al ser
cuestionado, en diversas ocasiones, sobre los laudos que se han emitido sobre
dicho fideicomiso minero, así como el destino del dinero, Gómez Urrutia afirmó que ese asunto “está totalmente resuelto”, pues el
14 de agosto de 2014 se le exoneró de cualquier acusación en su contra y
expresó que los documentos son públicos “porque el sindicato no tiene nada que
ocultar”.
“El tema de los recursos y no lo digo
yo, lo dice la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un tema superado y
queremos ver hacia adelante. Se deben hacer cambios en toda la actividad minera
de todo el país”,
añadió.
Respecto a la posibilidad de demandar
a quienes lo acusaron en 2006, como el exsecretario del Trabajo y Previsión
Social, Javier Lozano Alarcón, dijo que ese asunto lo tratarán sus
representantes legales y “los que hayan cometido estos abusos que se atengan a
las consecuencias de la ley”.
Al
pronunciarse sobre el acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos en el
marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se dijo partidario de mejorar los salarios
para los trabajadores mexicanos para lograr una justicia laboral.
“La reconciliación está abierta para
todos, pero a algunos no les ha caído el veinte de que este país ya cambió y no
van a ir más que al fracaso”, sentenció.
Gómez
Urrutia estuvo acompañado por Valter Sanches, secretario general de Industrial
Global Union que tiene más de 50 millones de agremiados en 640 países y con Len
MCluskey, secretario general de Unite, el sindicato más grande de Gran Bretaña,
con 1.4 millones de afiliados y con Ken Neumman, representando a Leo Gerard,
del United Steelworkers, con 75 mil miembros en Estados Unidos y Canadá.
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