La
celebración del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y su equipo de
política exterior por las negociaciones de un acuerdo comercial con Estados
Unidos terminaron rápido y, con el regreso de la polémica internacional por el
pago del muro fronterizo en el que insiste Donald Trump, marcó hoy el primer
diferendo entre el gobierno por asumir en diciembre y la Casa Blanca.
“Ellos pueden tomar las decisiones
que ellos consideren, pero México jamás va a aceptar ningún tipo de
participación en el pago de eso, ni coincidimos con esa política y eso va a ser
permanente”, declaró
Marcelo Ebrard Casaubón, futuro canciller mexicano.
Luego de que
el presidente estadunidense, Donald Trump, aclaró que el muro será pagado por
México y que eso jamás ha estado en discusión, el exjefe de gobierno respondió con lo anterior, añadiendo que los
migrantes no son criminales ni delincuentes.
Por la
mañana, en la llamada casa de transición, López Obrador y el propio Ebrard se
reunieron con embajadores de 22 países centro y sudamericanos y del Caribe. En ese contexto, el futuro secretario de
Relaciones Exteriores expuso que en el gobierno lopezobradorista no hay cabida
para las políticas de Trump en los siguientes términos:
“No pensamos en alambradas, ni muros, ni
militarización, sino en programas de desarrollo”, dijo.
Con el encuentro con los embajadores
celebrado hoy se propone iniciar un relanzamiento del liderazgo mexicano en
América Latina que, en palabras de Ebrard Casaubón, se plantea como una visión
“hacia el sur” con impulso a las relaciones comerciales.
Durante la reunión, de apenas una
hora, los diplomáticos abordaron temas como el migratorio, de acuerdo con el
embajador haitiano, Guy Lamothe, quien, a nombre de sus homólogos, explicó que
la petición a López Obrador consiste en que promueva una migración ordenada con
responsabilidad compartida en la región.
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