miércoles, 28 de noviembre de 2018

El fraude al IMSS: el esquema de sobornos por el que una trasnacional de ortopedia pudo operar en México

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En febrero de 2016 los abogados que representaban en Estados Unidos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Maney & González-Félix, se presentaron en la sala de audiencias de la corte de Plano, una ciudad al norte de Texas.

Estaban ahí para dar por terminada una disputa de dos años con Orthofix, que había sido su proveedor de prótesis médicas. Llegaron a poner punto final a un escándalo en el que nadie era inocente.

Años atrás, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) descubrió que Orthofix sobornó a funcionarios del IMSS para ganar alrededor de 8 millones 700 mil dólares en contratos (116 millones 580 mil pesos, al tipo de cambio de ese año). Una decena de ejecutivos de esa compañía y funcionarios del IMSS, entre los cuales hubo jefes de compras, médicos y encargados de almacén, estuvieron involucrados en esa trama.

La sanción contra Orthofix fue conocida en México y Estados Unidos por medio de comunicados de prensa en 2012. No obstante, hasta la publicación de este reportaje, se desconocía la forma en que el IMSS intentó resolver el caso y que además la empresa continuó operando en suelo mexicano a pesar de ser sorprendida en actos de corrupción.

Una base de datos elaborada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) permite saber qué durante ocho años la transnacional obtuvo al menos 888 contratos en los que se registraron algunas irregularidades respecto a la legislación mexicana: sobreprecios, sobornos en efectivo, regalos, paquetes vacacionales, entre otros.

Presionados por la investigación y sus hallazgos en Estados Unidos, en 2014 el IMSS presentó una demanda civil y culpó a la transnacional de delitos, asegurando que “la conducta ilegal de Orthofix los había dañado de numerosas maneras”.

Tras dos años de disputa el 23 de febrero del 2016, el equipo de abogados del IMSS llegó a un acuerdo en una corte de Texas y pactaron con Orthofix retirar la demanda a cambio de dinero y equipo médico.

Hasta la fecha se desconocen los términos exactos de ese acuerdo, ya que la dependencia ha declinado las peticiones de entrevista que se le han enviado por distintos medios, y a través del sistema de transparencia declaró la inexistencia de información relacionada con este proceso judicial.

Sin embargo, expedientes obtenidos por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad en cortes de Estados Unidos revelan que Orthofix y el IMSS llegaron a un acuerdo económico de 3 millones de dólares (54 millones de pesos) en equipo médico y un millón de dólares (18 millones de pesos) “en efectivo”.

MCCI también encontró que Orthofix no cumplió su parte del trato. Durante dos años el IMSS ha esperado que la empresa entregue los dispositivos médicos. La dependencia mexicana aseguró que la compañía ni siquiera hizo el intento de ingresarlos a México, y hasta la fecha no ha reparado el daño.

De acuerdo con una revisión realizada por MCCI, mientras el IMSS esperaba que la transnacional cumpliera con el acuerdo, los productos fabricados por la empresa continuaban ingresando a los hospitales a través de un distribuidor: BMTI, al que Orthofix reconoce como su actual representante.

Los primeros contratos.

La empresa Orthofix inició operaciones en 1980 en Verona, Italia y fue fundada por un reconocido investigador ortopédico, Giovanni De Bastiani. Desde entonces, se ha dedicado al diseño y manufactura de dispositivos médicos para columna vertebral, ortopedia y fijación de extremidades.

Los productos que Orthofix ofrece son distribuidos a través de representantes de ventas y subsidiarias en más de 60 países; es una de las compañías más grandes de dispositivos ortopédicos y está presente en Sudáfrica, China, Noruega, Argentina, Nueva Zelanda, Estados Unidos y México.

De acuerdo con su página web, sus oficinas centrales están en Lewisville, Texas; actualmente cuenta con 900 empleados y colabora en investigación y desarrollo de dispositivos médicos con distintas organizaciones, como la Fundación de Investigación y Educación Ortopédica (OREF por sus siglas en inglés) y el Hospital de Niños del Rito Escocés.

La compañía de dispositivos médicos logró ingresar a tierras mexicanas en el año 2003, gracias a una empresa subsidiaria llamada Promeca S.A. de C.V.

De acuerdo al Registro Público de la Propiedad y el Comercio de la Ciudad de México, Promeca fue fundada en 1994 por Arturo Alberto Soto Cabrera para comprar, vender, importar, exportar y distribuir prótesis e implantes de todo tipo.

Los socios y directivos de esta empresa fueron Alejandro Sergio Méndez Torres Paniagua, Mauricio Fernando Calvos Warnery, Alfonso Solloa Junco y Armando Bocanegra Castillo. En el año 2003, se incorporaron como apoderados dos ciudadanos estadounidenses: Robert Rucinsky y Gary Henley.

Estos últimos también contaban con puestos directivos en Orthofix: Henley como presidente de la división de América y Rucinsky como integrante del consejo administrativo de la empresa.

Las oficinas de Promeca estaban ubicadas en la calle José María Vértiz 1235 en la colonia Letrán Valle, en Ciudad de México y en la Avenida Miguel Hidalgo y Costilla número 44600, en el barrio de Ladrón de Guevara, en Guadalajara. MCCI realizó una visita a los inmuebles y en el caso de Jalisco solo había una casa abandonada. Mientras que, en Ciudad de México, se encontró una empresa de prótesis médicas llamada Missolutions, aquí un policía que no se identificó, dijo que Promeca no estaba ahí desde hace dos años. De los accionistas no hay rastro en registros públicos.

De acuerdo con el caso 4:18-cv-00121-ALM-KPJ, que fue reabierto el 23 de febrero del 2018 por la Fiscalía del Distrito Este de Texas, Promeca surtió de dispositivos médicos al gobierno mexicano desde 2003 hasta 2010.

En el año 2003 ganó por primera vez contratos para vender productos de Orthofix a dos instituciones de salud pública de México que pertenecían al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS): el Hospital de Traumatología Magdalena de las Salinas y Hospital de Traumatología y Ortopedia Lomas Verdes en Ciudad de México y Estado de México.

Según información del gobierno de EU, Promeca ganó estos contratos gracias al pago de sobornos a funcionarios: “chocolates” les llamaron. Un esquema creado y administrado por el entonces jefe de operaciones en América de Orthofix.

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