Por. Jesús
Esquivel.
Joaquín El Chapo Guzmán Loera, líder de una de las
fracciones del Cártel de Sinaloa, pagaba hasta medio millón de dólares para que
grupos o bandas musicales le compusieran corridos, reveló Miguel Ángel Martínez
Martínez, El Tololoche, uno de sus excolaboradores en la organización criminal.
La séptima
audiencia del juicio contra Guzmán Loera en la Corte Federal del Distrito Este
en el barrio de Brooklyn, Nueva York, este martes, se convirtió en una de las
sesiones más tediosas del proceso judicial contra el capo.
A través de
las preguntas del fiscal Michael Robbotti, la audiencia bajo la conducción del
juez Brian Cogan giró en torno a los detalles de la vida pasada de El Chapo a
finales de la década de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado.
Con sus
palabras, Martínez Martínez revivió ante
los integrantes del jurado los negocios de El Chapo con los colombianos para el
trasiego de cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos, que permitieron
al capo vivir con holgura, lujos y viajar por muchos países del planeta.
Entre los lujos y gustos que Guzmán
Loera se dio, destaca el pago (en 1987) “de 200 mil a 500 mil dólares” a grupos
y bandas musicales para que le compusieran corridos con base en su historial
criminal, afirmó en la
audiencia el testigo de la parte acusadora.
Con su
testimonio en el segundo día de interrogatorios –que continuará mañana y
posiblemente concluya hasta el jueves 29, por el cuestionamiento de la defensa
de El Chapo Guzmán–, El Tololoche empezó
a dar fundamento a datos que otros testigos, agentes federales estadunidenses
retirados, ya habían presentado al jurado en las primeras audiencias, pero sin
ligarlos directamente al acusado.
Por ejemplo,
el supuesto exgerente de las operaciones
de narcotráfico de Guzmán denunció que a través de túneles el acusado metía por
la ciudad de Agua Prieta, Sonora –colindante con Douglas, Arizona–, toneladas
de cocaína colombiana destinada a Los Angeles, California, en camionetas de
doble fondo y tráileres de 18 ruedas.
“Los colombianos le decían ‘el
Rápido’ porque en menos de 24 horas ponía la droga en Los Angeles”, manifestó El Tololoche.
El ahora exgerente de El Chapo
Guzmán, quien desde 2001 coopera con el gobierno de Estados Unidos para
incriminar a narcotraficantes mexicanos, afirmó que entre 1988, 1989 y 1990, su
antiguo jefe usó el túnel que mando construir en Agua Prieta para introducir la
cocaína a la Unión Americana.
“Metía de entre 25 a 30 toneladas de
cocaína por año”,
dijo Martínez, y señaló que en ese entonces
los hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva eran los colaboradores de Guzmán
Loera para esas operaciones.
Y achacó la construcción de ese túnel
y de muchos más al arquitecto Felipe Corona. Hasta antes de que las autoridades descubrieran el
túnel de Agua de Prieta, esa infraestructura también fue usada por El Chapo
para meter a México los millones de dólares procedentes de Estados Unidos por
la venta de narcóticos.
El testigo,
quien estuvo a cargo de las oficinas en la Ciudad de México para las operaciones
delincuenciales de Guzmán Loera, explicó
al jurado que por el éxito que tenía su patrón con la venta de droga
colombiana, a principios de la década de los noventa ya había amasado una gran
fortuna que para esas fechas le permitió contar con tres o cuatro jets.
Sus lazos y asociaciones con cárteles
colombianos y los descalabros que padeció en Sonora, agregó, lo obligaron de
alguna manera a buscar nuevos horizontes y por ello, sostuvo, traficó el
alcaloide por Tijuana, Baja California, plaza bajo el control del cártel de los
hermanos Arellano Félix: Ramón, Benjamín y Javier.
Por esa
región limítrofe mexicana que colinda con California, El Chapo, según las declaraciones de El Tololoche, uso métodos
novedosos, como meter un kilo de cocaína en latas de chiles jalapeños en
vinagre de la marca “La comadre”, empresa legítima a la que el narcotraficante
le clonó las etiquetas y todo lo demás para esconder la droga.
Con el método de las latas de chile, detalló, Guzmán traficó entre “25 a 30 toneladas de cocaína por año”. Pero la
suerte del capo con los chiles jalapeños acabó en 1993, cuando las autoridades
mexicanas le decomisaron en Tecate, Baja California, un camión de carga con 7
mil 200 kilos de cocaína escondidos entre las latas.
En esos
mismos meses la Agencia Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) de
Estados Unidos descubrió un túnel que Corona construía entre Tijuana y San
Ysidro, California. De hecho, El
Tololoche indicó que 1993 fue un mal periodo para el acusado, porque en mayo de
ese año los Arellano Félix, que ya tenían una guerra con él, mataron por error
al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto internacional de
Guadalajara, Jalisco.
Confundieron el auto en el que
viajaba el prelado con el del capo sinaloense, que eran del mismo color
–blanco– y la misma marca y modelo, Ford Grand Marquis, dijo.
En junio de
1993 El Chapo fue capturado en Guatemala y hubo cambios en su organización.
Martínez delineó otros métodos usados
por el capo para el tráfico de cocaína de la Ciudad de México a California, antes de que fuera
aprehendido y enviado al penal de Almoloya de Juárez y posteriormente al de
Puente Grande, Jalisco. Lo hizo –dijo–
por medio de líneas aéreas creadas como taxis aéreos, pero que en realidad se
dedicaban a transportar drogas, y también por vía férrea.
Con las
ganancias multimillonarias de Guzmán Loera y los servicios gerenciales de El
Tololoche, El Chapo adquiría todo lo que quería para él y sus diferentes
esposas.
“Tenía casa en todas las playas de
México, ranchos, aviones, bodegas, camiones de transporte, propiedades… compró
una casa en Acapulco que costó 10 millones de dólares… tenía también un yate
‘el Chapito’”, señaló ante el jurado.
Aunque
algunos de los datos revelados por el exintegrante de la organización de El
Chapo se contradicen con datos anteriores y fechas proporcionadas por otros
testigos, expuso a Guzmán Loera como un
traficante que desde la cárcel (mientras estuvo preso la primera vez y hasta
que se fugó en 2001) seguía conduciendo con naturalidad y facilidad el negocio
del tráfico de cocaína.
Y lo logró gracias al respaldo que
obtenía de parte de sus socios, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul; los
hermanos Beltrán Leyva; Héctor Luis Palma Salazar, El Güero Palma, y su
hermano, Arturo Beltrán Loera, Arturito, entre otros delincuentes.
Con la
fortuna amasada con la venta en Estados Unidos de cocaína y mariguana, hasta
antes de ser capturado en Guatemala, de acuerdo con las declaraciones de El
Tololoche, su exjefe recorrió en viajes de placer y por negocios “todo Europa…
Argentina, Brasil, Aruba, Japón, Hong Kong, Tailandia, Perú, Cuba, Colombia,
Panamá; casi todo el mundo, excepto Australia” y China. Y aseguró que El Chapo
también viajó a Macao para jugar en los casinos.
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