Georgina
Morett.
Si usted
piensa que a Morena le basta con espantar a los mercados internacionales
mediante la cancelación del aeropuerto, el intento de apropiarse las reservas
del Banco de México, la disminución de comisiones bancarias sin negociar con
los involucrados, o la revisión de las concesiones mineras, se equivoca. En los
próximos días veremos cómo van por cuatro cabezas de la Sala Superior del
Tribunal Electoral.
De hecho, la
embestida contra Felipe Fuentes Barrera, Reyes Rodríguez Mondragón, Indalfer
Infante y José Luis Vargas ya empezó, y quienes mandan en Morena están
utilizando al expanista Cruz Pérez Cuéllar, quien en las elecciones pasadas
traicionó a Gustavo Madero para meter las castañas al fuego con la mano del
gato. Está pagando por adelantado la posibilidad de que, en su momento, Morena
lo haga candidato al gobierno de Chihuahua.
Esos cuatro magistrados, como usted recuerdan,
fueron beneficiados en oscuras sesiones del Legislativo con la ampliación de
los periodos para los cuales habían sido originalmente nombrados por la misma
LXIII Legislatura. Vargas a Infante, que habían sido nombrados por tres años,
ganaron cuatro años más. Fuentes y Rodríguez, que iban por seis, pasaron a
ocho.
Pues bien,
Pérez Cuéllar ya presentó una iniciativa de ley para que los cuatro sean
magistrados solamente por el periodo para el que fueron originalmente
nombrados. Y no parece que el PAN vaya a defender al TEPJF, pues el ahora
secretario general de ese partido, Héctor Larios Córdova, consideró entonces
“inadmisible” una reforma legal para adecuarla a las personas. Entre
paréntesis: los actuales harán leyes a la medida de Paco Ignacio Taibo II, y si
no de cualquier forma dirigirá el FCE, ya que como el mismo escritor comentó en
una demostración de su excelente dominio del idioma: “Se las metimos doblada”.
Es
previsible que, con la amplia mayoría que tiene en el Congreso, Morena empuje a
los suyos a las sillas que quiere desocupar. Hay que reconocer que las
circunstancias le van favoreciendo para ocupar los organismos autónomos, como
el TEPJF y el Banco de México, donde tendrán a Gerardo Esquivel y Jonathan
Heath, quienes serán propuestos por el presidente electo López Obrador y, sin
duda, aprobados por el Senado sin importar la reacción que puedan tener los
mercados en torno a la designación de Esquivel.
El juicio de
la historia.
Con más homicidios en el sexenio de
los que tuvo el gobierno anterior que le declaró la guerra al narcotráfico, ya
que pasaron de 101 mil 201, en 2012, a 121 mil 940 en octubre pasado; más
pobres, al pasar de 49.5 millones, en 2008, a 53.4 millones, en 2014; una
devaluación que llevó al dólar de 13.20 a 20.70, y una popularidad en 24%,
Enrique Peña Nieto dejará el próximo sábado la Presidencia.
Pero antes aprovechó para dar la última estocada a su
de por sí dañado legado, al dar la Orden del Águila Azteca a Jared Kushner,
yerno del mandatario estadounidense Donald Trump.
Y para
explicar la trascendencia de este cierre de su gobierno retomo un tuit de
Enrique Krauze, en el que señaló: “Kushner
es el yerno de quien llamó a los mexicanos ‘asesinos y violadores’. Darle el
Águila Azteca es una actitud suprema de humillación y cobardía”.
No obstante,
este empecinamiento por dañar su propia imagen en el juicio de la historia, el
Presidente saliente puede tener algo a su favor: que los errores del gobierno
entrante nos lleven a extrañarlo.
Y es que en
cinco meses de transición, el gobierno entrante ha acumulado suficientes
errores para provocar la peor caída de la bolsa desde 2014 y la devaluación del
peso.
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