La madrugada
del sábado 9 de diciembre unas 250 personas se divertían escuchando música de
una banda sinaloense en el Carpa Bar, ubicado sobre la Calle Hidalgo de la
Colonia Casa Bella, al poniente de Reynosa.
Al filo de
las 4:20 de la madrugada arribó al estacionamiento del antro un auto modelo BMW
con dos personas sentadas al frente y otras en la parte trasera.
El
conductor, con barba de candado, tez clara y quien cubría su cabeza con una
gorra, le dijo al responsable del estacionamiento que “solo iba a dar vuelta y
volverse a salir”.
Minutos
después se comenzaron a escuchar disparos. Ráfagas de fusiles de asalto que
hacían una breve pausa para de nuevo accionar el pavoroso sonido de los
disparos automáticos que interrumpieron el silencio de la noche.
Todos los
empleados de Carpa Bar que cuidaban la entrada corrieron a esconderse entre los
autos.
En el
interior del antro, los estruendos de los disparos opacaron la música. Con las
primeras ráfagas la gente en su interior se inquietó, se miraron confirmando
que lo que se escuchó son armas de fuego y comenzaron a tirarse al piso,
mientras afuera continuaron las ráfagas de tiros.
La gerente
del bar y algunos empleados trataron de “calmar a la gente”. Minutos después
dejaron de escucharse los disparos, así que los aproximadamente 250 clientes
comenzaron, en estampida, a abandonar el local.
Afuera,
arribaron algunas de los cientos de patrullas de las fuerzas armadas y
policiales que vigilan día y noche Reynosa -a las que ya se sumó la Guardia
Nacional-. Rápidamente se desplegaron para resguardar el estacionamiento y el
antro.
Sobre la
plancha del estacionamiento quedaron dos personas lesionadas por los disparos y
una persona fallecida, quien cayó a un lado de la bodega del Carpa Bar.
Minutos
después unos 22 efectivos soldados de la Octava Zona Militar ya cuidaban el
perímetro del bar mientras arribó una ambulancia para trasladar a un hospital a
las dos personas heridas por las armas de fuego.
Los detalles
sobre lo ocurrido en el antro la madrugada de sábado fueron contados por
testigos a oficiales militares y con ellas se redactó el “Parte Oficial”, del
cual Proceso tiene copia.
Los
siguientes hechos que se narran también son partes oficiales, testimonios
rendidos por capos en diversos juicios celebrados en cortes de Texas y de
fuentes militares que hablaron a Proceso con la condición del anonimato.
Coahuila.
Al filo de
6:40 horas del pasado 13 de diciembre una patrulla de la Secretaría de Marina
(Semar) se desplazaba por la estrecha carretera conocida como La Ribereña, a la
altura del municipio Hidalgo, en la cercanía de una empresa conocida como
“Arenas Sílicas”, ubicada en los límites de Nuevo León y Coahuila.
Según el reporte oficial, al
transitar por esta estrecha carretera los marinos “fueron sorprendidos por
civiles armados, quienes los atacaron desde varios vehículos con “armas de
grueso calibre”.
Pistoleros de la “delincuencia
organizada” les dispararon con fusiles de asalto que provocaron la muerte de un
efectivo de la armada.
Ante la
agresión, las fuerzas militares repelieron el ataque y durante el intercambio
de fuego quedaron abatidos dos de los presuntos agresores.
La peligrosa
carretera Ribereña, que corre paralela al Río Bravo y que conecta Tamaulipas,
Nuevo León y Coahuila, constantemente es utilizada por los antiguos Zetas
(ahora Cartel del Noreste) para desplazarse entre Piedras Negras y Nuevo
Laredo, dos ciudades bajo su control.
La carretera
y sus caminos vecinales fueron la ruta que cotidianamente utilizó el líder Zeta
Miguel Ángel Treviño Morales Z 40, para moverse entre ambas ciudades
fronterizas.
Incluso su
captura ocurrió cuando se desplazaba en una camioneta con un escolta por una
brecha cerca del municipio de Anáhuac, Nuevo León, el 14 de julio del 2017.
Nuevo León.
Más recientemente, la tarde-noche del
15 de diciembre, un par de soldados del ejército mexicano disfrutaron su día
franco en su domicilio ubicado sobre la calle Río Guadalquivir de la colonia
Valle Norte, en el municipio de Salinas Victoria, ubicado a unos 37 kilómetros
al norte de Monterrey.
Ambos militares descansaban en la
vivienda cuando un grupo de hombres armados irrumpieron para acribillarlos con
fusiles de asalto, matando a uno y dejando herido a otro.
El soldado
herido fue trasladado al hospital de la Séptima Zona Militar, ubicado a pocos
kilómetros de donde ocurrió el atentado.
La escalada
de violencia que registra la zona metropolitana de Monterrey en el último mes
finalmente alcanzó a los efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Los
atentados perpetrados por los sicarios del crimen organizado realizados los
días previos habían centrado sus ataques exclusivamente contra policías de
diversas corporaciones estatales y municipales.
No obstante, la escalada de violencia
se recrudeció en todo el noreste. Los recientes hechos violentos han incluido
asesinatos de jueces, ministerios públicos, marinos, policías, soldados, así
como ejecuciones múltiples y el abandono de decenas de cuerpos descuartizados.
También regresaron los “narco-bloqueos”,
como el registrado en una carretera en Nuevo Laredo que afectó el comercio
internacional entre Estados Unidos y México.
Existen enfrentamientos que han sido
menos documentados debido a que ocurrieron en pequeños poblados rurales de la
Frontera Chica, como Miguel Alemán, Camargo y Ciudad Mier.
En la zona metropolitana de Monterrey
los ataques a bares no paran y las ejecuciones suman varias al día. En cada una
el cadáver, a veces mutilado, aparece con un mensaje contra las autoridades o
contra el grupo rival.
Eso mismo ocurre diariamente en
Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y Ciudad Victoria.
A pesar de la llegada de la Guardia
Nacional, la violencia se está acercando a los niveles registrados durante los
años 2010-2012, cuando el Cartel del Golfo, el de Sinaloa y la Familia
Michoacana se unieron para librar una cruenta guerra contra los exmilitares
Zetas, la cual incendió a todo el Noroeste y a estados como Zacatecas, Durango,
Veracruz, etc.
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