Atzayaelh
Torres.
Me cuentan
que ante el ambiente de incertidumbre que persiste en lo negocios en México, y
ahora más enrarecido por el ataque del COVID-19, las petroleras privadas que
ostentan algún contrato de exploración y producción con la Comisión Nacional de
Hidrocarburos (CNH), aplicarán la política del mínimo esfuerzo en lo que resta
de este año, apenas cumpliendo las inversiones y programas de trabajo
necesarios para no incurrir en penalizaciones.
La caída
en precios del crudo ha sido el principal motivo para que las firmas privadas
tomen esa decisión que sin duda impactará en la plataforma de producción
proyectada para este año, tomando en cuenta que el gobierno de la #4T, muy a su
pesar (y también muy a su conveniencia), están considerando los barriles de
esas firmas que por meses han despreciado, por decir lo menos.
El
problema, dicen, es que esta política del mínimo esfuerzo que muchas trataron
de evitar para demostrarle al gobierno de la #4T que son dignos de conseguir
más rondas y que reduciría sustancialmente la de por sí poca producción que
aportan los privados, podría extenderse el resto del sexenio, pues si una vez
que el país salga adelante de la amenaza sanitaria, no se incentiva la economía
y los petroprecios siguen deprimidos, ellos simplemente ya no estarían
interesados en tener aquí más negocios. Vaya, van a estar rogando en Palacio
Nacional.
En
contraste, Pemex informó a todos sus mandos alto y medios, al menos de
manera verbal, que las operaciones no se detendrían. Pues el principal
indicador que tiene el gobierno de López Obrador para medir el éxito de su
política energética es la producción de crudo (no la rentabilidad de Pemex,
como lo dejó claro Octavio Romero en su discurso del pasado 18 de marzo).
En la
segunda semana de contingencia, Pemex está tomando las primeras medidas para
contener la propagación del COVD-19 entre sus empleados, de los cuales, por
cierto, ya se reportó el primer contagio.
Por ejemplo,
de acuerdo con un oficio del 23 de marzo, Pemex Exploración y Producción
está aplicando horarios escalonados de acceso a las instalaciones de las
diferentes regiones, y no es para menos, pues en total, la petrolera reconoce
en ese documento que tiene 64 casos en valoración. Todavía hay mucho riesgo.
Aún así,
las medidas han sido recibidas con desagrado por parte de la mayoría de los
trabajadores, principalmente los sindicalizados, quienes están preocupados de
que no se estén tomando las medidas suficientes para prevenir contagios.
Por lo
pronto, los primeros efectos de la contingencia mundial ya se comenzaron a
reflejar en la plataforma petrolera del país, que pasó de arrancar el año con
una recuperación en enero, durante el segundo mes cayó tres mil barriles para
ubicarse en un promedio diario de dos millones 721 mil barriles. Aguas.
En contraste.
En medio
de este contexto que no parece prometedor para la industria, aún hay valientes.
Esta semana Lifting, filial de Grupo Cotemar México, anunció que obtuvo la
aprobación de la CNH para explorar el pozo terrestre Paso de Oro-2DEL, ubicado
en Veracruz, donde
invertirá
más de 17.4 millones de dólares (mmd), de los cuales 14.8 se destinarán a la
fase de perforación y 2.6 a la fase de abandono del pozo.
La
perforación de Paso de Oro-2DEL dará inicio el 1 de abril del 2020 y concluirá
alrededor del 20 de junio. Lifting de México llevará a cabo una perforación
tipo “J”, con una profundidad total de 3 mil 853 metros verticales, para lo
cual usará un equipo Parker Drilling. Suerte.
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