Imagine por
un momento este diálogo en Palacio Nacional.
-“Señor
presidente, si se decide la cancelación de la planta en este momento, se va a
generar una pésima señal para las inversiones.”
-“No, no
será así. Los empresarios saben que debe escucharse la opinión de la gente. En
una democracia, son los ciudadanos los que deciden”.
-“Pero,
señor, se estarán desconociendo contratos ya firmados con base en los cuales
han invertido ya 900 millones de dólares. Eso va en contra del Estado de
derecho.”
-“Lo que
vamos a hacer es respetar la decisión del pueblo. Eso es lo importante”.
-“Pero,
presidente, votó menos de 5 por ciento del padrón registrado en el municipio”.
-“El
porcentaje no es importante. Lo que vale es lo que la gente dijo”.
Desde luego
que el tema es la planta de Constellation Brands que se construye en Mexicali.
Pero, no hay
problema. Lo que nos sobra son proyectos de inversión. Hacen cola por invertir
en México. Es un país con plena seguridad y con un Estado de derecho pleno.
Además, estamos en jauja y un proyecto más o uno menos, es una cosa
irrelevante. Ironizo, obviamente.
Varios
funcionarios públicos, como los secretarios de Hacienda, de Relaciones
Exteriores y de Economía, seguramente han dormido mal desde que el gobierno
federal avaló la 'consulta patito' del pasado fin de semana.
Los
empresarios organizados sufrieron probablemente la peor de las decepciones.
Todos los
intentos, de muchos meses y decenas de reuniones, del CCE, del Consejo Mexicano
de Negocios, del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, para convencer al
presidente de que alentara la inversión privada, se vinieron al piso tras el
anuncio de ayer en la conferencia mañanera.
Estamos en
un punto de quiebre y en el peor momento posible.
Veremos en
las semanas siguientes cómo los indicadores económicos, en cuanto vayan
apareciendo, nos indican que vamos directos al precipicio.
Se nos va a
caer el consumo privado de una manera descomunal tras los cierres de negocios y
de la actividad económica. Era una variable que todavía crecía un poquito: 1
por ciento en el último trimestre de 2019.
La inversión
ya venía en picada desde el año pasado. Tuvo una caída de 4.7 por ciento en el
último trimestre del año pasado. Este año, espere caídas que van a estar por
arriba del 10 por ciento.
El gasto
público va a enfrentarse a muchos problemas porque la recaudación va a frenar
drásticamente. No crea que el gobierno va a pagar.
Y, las
exportaciones, que habían crecido 3.9 por ciento en enero, se nos van a caer, y
muy fuerte, en la medida que la economía mundial, particularmente Estados
Unidos, va a tener un frenazo brutal.
El peor
momento económico que vivimos en el último cuarto de siglo fue en el segundo
trimestre de 1995, el PIB cayó a una tasa anual de 8.6 por ciento.
Me temo que,
en el segundo trimestre, pero de este año, las cosas serán peores.
Con este
cuadro, me preocupan, sobre todo, las decisiones que pueda tomar el presidente
López Obrador al percibir que la economía cae en picada, que estamos metidos en
una crisis de salud en la que él no creía y que su popularidad también
desciende más rápido de lo que pensaba.
La decisión
de cancelar de facto la inversión de Constellation Brands es un punto de
quiebre que muestra que no le importa generar desconfianza empresarial ni
tampoco acentuar la crisis económica.
Bajo esa
premisa, ojalá me equivoque, pero podríamos tener otras sorpresas desagradables
en las siguientes semanas y meses.
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