Georgina Morett.
El 19 de
junio de 2005, con una flotilla de 80 autobuses articulados, se dio el
banderazo de salida al Sistema de Corredores de Transporte Público de
Pasajeros, mejor conocido como Metrobús, que cubriría el tramo entre Indios
Verdes y Doctor Gálvez.
A 12 años de
distancia, hoy la red la forman seis líneas, cuenta con 230 vehículos
articulados y 12 biarticulados, que cubren una extensión de 105 kilómetros de
carriles exclusivos, calculándose que transporta a 230 millones de pasajeros
anualmente.
El gobierno
de la ciudad ha anunciado que “muy pronto” entrará en circulación la línea 7,
que teóricamente correrá, en un principio de Indios Verdes al Campo Marte,
aunque el plan es que llegue hasta Santa Fe.
Hasta aquí las buenas noticias en
cuanto a CANTIDAD, porque la CALIDAD en el servicio sigue dejando mucho que
desear. Aunque Miguel Ángel Mancera, y junto con él las autoridades
capitalinas, seguramente no estén enterados de las odiseas diarias, por no
llamarlas padecimientos, de los usuarios.
El primero, porque anda por todo el
país regale y regale patrullas, en su precampaña disfrazada en búsqueda de la
candidatura a la Presidencia de la República; los segundos, porque están más
preocupados por ver quién ocupará el lugar que deje Mancera.
A la fecha, tampoco existen
estadísticas confiables de movilidad urbana y transporte sustentable en el
exDistrito Federal; lo que sí existe es el malestar creciente del público.
El pasajero
tiene que adivinar, entre otras cosas, el cambio constante de ruta, debido a
que las manifestaciones permanentes, que a veces no pasan de 50 personas,
invaden con la complacencia de las autoridades los carriles de este transporte.
De los “despachadores” ni hablar, las
frecuencias entre los autobuses parecieran que son dictadas desde el estado de
ánimo de éstos, con el agregado de que, en varias líneas, por ejemplo, la que
corre por Insurgentes y la de Tenayuca-Etiopía, despachan a placer unidades que
no cubren la ruta completa, sino que sólo llegan, en el primer caso a la
Glorieta de Insurgentes, y, en el segundo, a la estación Balderas en la
ciudadela.
De la velocidad mejor ni hablamos,
pues un día sí y el otro también se sabe de atropellados, de vehículos
embestidos, debido a la velocidad a la que conducen los choferes, muchos de
ellos ex operadores de combis y microbuses.
Sin embargo,
el riesgo mayor lo representa la forma en que abren y cierran puertas, pues
pareciera que el conductor ni siquiera ve por el espejo retrovisor cuando la
gente está bajando. Lo ilógico es que cuando cierran las puertas, el vehículo
se queda a la espera de que el de adelante avance o hasta que se ponga la luz
verde del semáforo. De ahí lo ilógico de la prisa.
Si Mancera quiere continuar con su
campaña disfrazada, bien haría en recorrer este sistema de transporte, pero sin
boato, sin “ayudantes”, como simple mortal.
Y también podría darse una vuelta por
el Metro y aceptar que la guerra contra los automóviles sólo será válida cuando
haya un buen sistema de transporte colectivo.
Que tenga
presente que la mejor recomendación que puede tener un gobernante es su buen
desempeño y su honestidad.
***
En el Senado
ganó la negociación, al quedarse el PRI con la Junta de Coordinación Política y
el PAN con la presidencia de la Mesa Directiva, con lo cual se calman los ánimos,
por lo pronto, entre estos dos partidos.
Pero el gran
perdedor será el PRD, ya que el Instituto Belisario Domínguez será presidido
por el PT. Finalmente, de los 8 perredistas que aún integran la fracción, este
fin de semana se va la coordinadora, Dolores Padierna.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.