En México, el ahorro –la práctica
simple de guardar dinero para usarlo en el futuro– resulta imposible para siete
de cada 10 hogares cuyos ingresos apenas y alcanzan para completar la canasta
básica alimentaria, y en muchos casos, ni para eso. Se trata de una cifra obtenida por
el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) en su
última Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (ENIGH), que les
preguntó a las familias si les era posible reservar una parte de lo que
ganaban.
En contraste, hay un sector de la
población mexicana que puede y ahorra con holgura: la cúpula gubernamental.
El presidente Enrique Peña Nieto y
algunos de los integrantes de su Gabinete federal, en los últimos cinco años,
han hecho crecer su dinero en ahorros hasta en un 116 por ciento, a través de diversos instrumentos
financieros, según los datos publicados por ellos mismos en sus declaraciones
patrimoniales, presentadas ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) y
correlacionados por la Unidad de Datos de SinEmbargo.
Los ahorros de Enrique Peña Nieto, jefe
del Ejecutivo que inició su gestión en 2012 y que concluirá en 2018, crecieron
en 60.42 por ciento al pasar de 14 a 22 millones 500 mil pesos; una capacidad
para guardar dinero de dos millones 100 mil por año, entre 2013 y 2017.
Miguel Ángel Osorio Chong, el hombre que se hizo en Gobernación
una super Secretaría que intentó conjuntar la política interior con el mando
policiaco, es el que más ahorró durante este Gobierno a punto de expirar. El
hombre del Palacio de Cobián vio que sus
ahorros crecieron de 2015 a 2016, en 116.30 por ciento, al pasar de un millón
771 mil 911 pesos a 3 millones 832 mil 578 pesos; es decir, guardó dinero a un
ritmo de un millón por año.
“El ahorro
es la base de la fortuna”, reza un refrán popular antiguo en el mundo del
dinero. El dicho se refleja con creces en el Gobierno federal, pero se complica
cumplirlo cuando se trata de los trabajadores.
Cualquier mexicano con un salario
como el que tiene el 79 por ciento de la población económicamente activa -entre
uno y cinco salarios mínimos [entre dos mil 400 y 12 mil pesos por mes], que se
proponga emular los resultados del ahorro del presidente Peña Nieto necesitaría
dos mil 200 años de esfuerzo y un ritmo de ahorro de siete por ciento de sus
ingresos mensuales [entre 168 y 840 pesos]. O unos 400 años, si lo que quisiera
es alcanzar a Osorio Chong.
El Inegi preguntó en 2014 en la ENIGH
sobre la capacidad de ahorro de los mexicanos. Después, dejó de hacerlo. Los datos obtenidos hace casi tres
años dieron cuenta que son más los hogares en México que no pueden ahorrar,
porque sus ingresos alcanzan apenas para la canasta alimentaria, la vivienda,
la vestimenta, la salud, la educación y el transporte. No se trata de mala
administración; sino que no queda remanente.
Luego están
los que sí pueden, tres hogares de cada diez. Pero una tercera parte de estos
pierde poder adquisitivo al hacerlo. En el sector financiero sólo se obtienen
rendimientos en montos superiores a 50 mil pesos, una cantidad que este sector
de la población no puede reunir en un año.
EL GABINETE
Y SUS CUENTAS.
Al principio
del Gobierno, Rosario Robles Berlanga
fue nombrada titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). En sus manos quedó la administración de los
programas para abatir la pobreza, así como la Cruzada Nacional contra el
Hambre, un despliegue especializado en abatir la miseria alimentaria. El número
de pobres no disminuyó; sino que aumentó en dos millones, según un cálculo de
El Colegio de México.
A través de
las declaraciones patrimoniales de la funcionaria, no es posible saber si la
encargada del combate a la pobreza ahorró en esos años porque no hizo públicos
ni inversiones ni montos. Robles Berlanga no hizo públicos sus ahorros sino
hasta 2015, cuando fue nombrada Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano. Así, es posible observar que su
dinero se incrementó en 20.68 por ciento, al pasar de un millón 465 mil 186
pesos a un millón 768 mil 196 pesos, de 2015 a 2016 –lo que significa que
ahorró cada año 151 mil 505 pesos–.
Aunque el
dinero de Robles Berlanga muestra un incremento, hay un adelgazamiento de una
cuenta en particular: la del seguro de separación individualizado. En 2015,
tenía un millón 115 mil 240 pesos en esa inversión y hoy sólo tiene 187 mil
pesos; una disminución de 83.2 por ciento.
Un poco
menos de capacidad de ahorro muestra Aurelio
Nuño Mayer, Secretario de Educación Pública, quien después de ocupar la
Oficina de la Presidencia de 2012 a 2015, fue nombrado en la dependencia para
impulsar la reforma educativa y dirimir el conflicto con la disidencia representada
en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Mientras ha
ocupado Educación, ha fortificado sus
cuentas en cuatro por ciento, al pasar de cuatro millones 600 mil a cuatro
millones 800 mil pesos.
No todos han
tenido rendimientos positivos. A Luis
Videgaray Caso, el Secretario de Hacienda y Crédito Público quien tras la
visita de Trump a México renunció para luego asumir como Canciller, se le
adelgazó el ahorro en 1.89 por ciento. En 2013 y 2014 se negó a hacer públicos sus montos. Lo hizo en 2015, 2016 y 2017,
por lo que es posible ver que en 2015 contaba con seis millones 218 mil 734
pesos. En 2017, el monto era de seis millones 101 mil 183 pesos.
José Eduardo Calzada Rovirosa, Secretario de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, y Salvador Cienfuegos
Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional, tuvieron decrementos del 22.6 y 17.4
por ciento, cada uno. Hasta 2016, Rovirosa declaró inversiones por 468 mil 521
pesos; y Cienfuegos por un millón 538 mil 296 pesos.
TRANSPARENTES
Y OPACOS
En mayo de
2015, Enrique Peña Nieto, promulgó un nuevo marco jurídico para la rendición de
cuentas tras una larga batalla de organizaciones no gubernamentales.
Se ampliaron
los mecanismos de acceso a la información y el número de sujetos obligados,
pero no fue posible reformar la declaración patrimonial, el documento a través
del cual, los funcionarios mexicanos pueden comunicarle tanto a la Función
Pública como a los ciudadanos cuánto tienen y por qué.
En la discusión de las nuevas reglas
de la Transparencia, organizaciones civiles como el IMCO, Fundar, Gesoc y el
Colectivo por la Transparencia le pidieron a los legisladores que la
declaración patrimonial incluyera tres apartados: lo patrimonial, lo tributario
y los intereses. Además, que siempre fuera pública ante todos. Pero no lo
lograron.
Regida por
el artículo 40 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas, la
declaración patrimonial quedó tal cual está desde 2002. Los servidores públicos
están obligados a informar sobre sus fortunas ante la SFP, misma que las
publica en el portal Declaranet, pero si ellos no quieren, sus bienes,
inversiones o posibles conflictos de interés no se hacen públicos ante los ojos
de los ciudadanos.
El carácter
de la declaración es preventivo y depende de la voluntad de los políticos. El
conjunto de declaraciones patrimoniales en Declaranet arroja dos aspectos del
Gabinete peñanietista: son menos los funcionarios que están de acuerdo en hacer
pública su fortuna, la mayoría mantiene oculto ante los ciudadanos el peculio
de manera parcial o por completo.
Respecto al ahorro, sólo siete de 19
funcionarios presentan información suficiente. En estos, es posible ver un
flujo de dinero constante reflejado en el crecimiento de sus cuentas. Sus
cifras están en millones de pesos. El resto de los servidores públicos rinde
declaraciones parciales en las que admiten tener ahorros, pero no hacen
públicos los montos. Algunos, de plano, dicen que no están de acuerdo en hacer
pública su información patrimonial y su declaración se resume a su currículum.
Alfonso Navarrete Prida, secretario
del Trabajo y Previsión Social, declaró inversiones bancarias sin montos
durante 2012, 2013, 2014 y 2015. En 2016, asentó que tenía ahorrados 12
millones de pesos y en 2017, dijo que esa cifra no había tenido ningún cambio.
¿Cómo llegó a esos 12 millones? No puede saberse a menos que él mismo lo
declare.
Ildefonso Guajardo Villareal, quien
ha ocupado desde el inicio del sexenio la Secretaría de Economía, expuso 9.2 millones
de pesos ahorrados en 2016. En los años previos, declaró sin publicar montos.
En 2017, declaró de nuevo sin montos y sin decir qué había pasado con el dinero
de 2016.
Pero la lista de funcionarios que
presentaron declaraciones que carecen de montos es más larga. Arely Gómez
González, Secretaria de la Función Pública; Enrique de la Madrid Cordero,
Secretario de Turismo; Gerardo Ruiz Esparza, Secretario de Comunicaciones y
Transportes; Jose Antonio Meade Kuribreña, ex Secretario de Hacienda; José Narro
Robles, Secretario de Salud; Luis Enrique Miranda Nava, Secretario de
Desarrollo Social; María Cristina García Cepeda, Secretaria de Cultura; Pedro
Joaquín Coldwell, Secretario de Energía; Rafael Pacchiano Alamán, Secretario de
Recursos Naturales y Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina, se
reservan su fortuna.
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