Salvador Camarena.
Te vamos a
pedir, de favor, Marco Antonio, que no nos vuelvas a provocar un disgusto. Es
que no hay derecho, tú muy quitado de la pena deambulando días y noches por la
metrópoli luego de dos arrestos, mientras todo mundo en las redes sociales
reclamaba al gobierno que qué te hicieron los policías, que dónde te dejaron,
que por qué no aparecías. Hasta fueron a protestar al Ángel, imagina los
desfiguros que hoy en día hay que aguantar.
Te vamos a
pedir, de favor, Marco Antonio, que por el amor de dios te ubiques, y que no
vuelvas a fotografiar sin permiso ningún graffiti, mural o lo que sea en la
Ciudad de México.
Tu
ocurrencia sólo podía tener un desenlace: la policía se vio obligada a
someterte, Marco Antonio, a tumbarte contra el pavimento y treparte a una
patrulla. Quién te dijo que, así como así puedes tomar fotografías, menos
video, en la ciudad gobernada (es un decir) por un policía.
¿Ya viste la
que armaste, Marco Antonio? Pobres policías, ¿te imaginas lo mortificados que
estaban? Velos en el video. Nota su voz llorosa. Conmuévete, Marco Antonio, no
hay que ser; pobrecillos, una cosa es que armados con cascos y toletes te hayan
sometido, que te pasearan quién sabe por dónde, que acabaras con golpes, que no
se hagan responsables de tus pertenencias, y otra muy distinta es que no tengas
humanidad, que no te duela lo que les pueda pasar a esos pobres elementos, que
te llevaron y luego no supieron explicar qué fue de ti o de su apego a las
normas. Y encima, no te hagas, Marco Antonio, fueron víctimas de tu engaño,
porque seguro es cierto que les dijiste que tenías 19 años. Abusivo.
Y no
contento con tu chistecito, tras ser liberado en la CDMX, quién sabe a dónde
fuiste a meterte. Seguro te escondiste de las cámaras para hacerle pasar un
disgusto al señor Mancera. A ver, qué vamos a hacer para reponerle su domingo a
Don Miguel. Él, que se dedica a hacer ensaladas para sus cuates, tuvo que
interrumpir su descanso, buscar la chamarrita que tiene su nombre y salir a
rueda de prensa (con lo que le choca contestar preguntas que no sean sobre la
Fórmula 1). ¿Te parece que hay derecho, Marco Antonio, ¿a poner a trabajar en
fin de semana a ese Ángel que cuida de nosotros?
Y no veas la
bola de argüenderos: que si desaparición forzada, que si levantón, que si
secuestro. Caray, mesura, señores. Qué culpa tiene el gobierno de que este
joven no se haya tomado bien el haberle privado sin causa legal de su libertad.
Cosas peores se ven todos los días en este país y en esta ciudad, qué delicados
me salieron los chilangos, incluido el Marco Antonio. Haberse ido derechito a
su casa y chitón, aguantarse como los hombrecitos.
Porque
entiéndelo, Marco Antonio, las cámaras de la ciudad no son para cuidarte ni
para dar prontamente con el paradero de alguien reportado como desaparecido.
No. Son para demostrar que no andabas bien, no engañes, pobre gobierno, ya ves
que ahora cualquiera se siente con derecho a criticar.
Te vamos a
pedir, Marco Antonio, que le digas a tu familia y a tus amigos que dejen de
insistir en que no hiciste nada. ¿Les parecerá poco evidenciar la pasmosa falta
de coordinación entre la CDMX y el Edomex?
Muchacho
rejego, tamaño disgusto, y encima ni acudes a la procu a declarar. No hay que
ser, Marco Antonio, pobres policías, pobre Mancera.
* Inspirado
en un tuit de Pablo Ferri
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