La secretaría de la Marina (Semar) se
deslindó de la muerte de una familia durante un fuego cruzado luego de que
efectivos de la Armada fueron emboscados en tres ocasiones la madrugada del
domingo en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Sin referirse en ningún momento a la
familia acribillada, entre ellas dos niñas de 4 y 6 años, la Marina dijo que según “los resultados preliminares” de la investigación los
impactos de bala que recibió “el personal civil” provinieron del fuego cruzado
“a nivel tierra y no desde el aire”.
Además, el calibre de los impactos en el vehículo
no corresponde al armamento que llevan las aeronaves de la Armada, aseguró el
lunes esa fuerza armada en respuesta a la información sobre la muerte de la
familia cuando circulaba por la carretera a Piedras Negras, Coahuila, de
regreso a su casa luego de una visita familiar.
El diario El
Mañana de Nuevo Laredo dio a conocer el
domingo el testimonio de dos sobrevivientes, quienes aseguraron haber recibido
los disparos desde el helicóptero y que cuatro elementos de la Marina que
bajaron a rapel impidieron que el padre de familia fuera atendido a pesar de
que se estaba desangrando. Los familiares dieron por muerto al papá.
Según la Semar, los marinos dieron
atención médica “en todo momento” a los heridos en la misma área del
“incidente”.
Además, el civil que supuestamente había fallecido
recibe atención médica especializada en un hospital de Nuevo Laredo,
Tamaulipas, señaló la Marina en un comunicado.
“Bajo ninguna circunstancia fue
excedido el uso de la fuerza por parte del personal”, actuó “en estricto apego
al Manual del Uso de la Fuerza” de las Fuerzas Armadas y en respeto de los
derechos humanos, insistió la institución armada.
A pesar de que la Marina nunca hizo
mención a que las víctimas eran parte de una familia, la delegación de la
Procuraduría General de la República (PGR) en Nuevo Laredo confirmó la muerte
de la madre y de las dos niñas, y dijo que el hombre había sido llevado a un
hospital por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Tamaulipas.
Cuando la
Marina dio a conocer que había sufrido tres emboscadas sucesivas entre la noche
del sábado y la madrugada del domingo, eludió mencionar la muerte de la mamá y
las dos niñas.
Dio cuenta de la muerte de un marino,
de las heridas de 13 más –tres de ellos graves- y la muerte de “cuatro
presuntos infractores de la ley”, en lo que fue uno de los más graves ataques
sufridos por la Marina, al menos que trascienden a la opinión pública, desde la
declaración de guerra a los cárteles del narcotráfico en el sexenio pasado.
Según dijo
la Marina, los civiles presuntamente
pertenecen “a grupos criminales responsables de generación de violencia en el
estado de Tamaulipas”.
Versiones de
prensa atribuyen la agresión al Cártel del Noreste, ocurrida cuando los marinos
pretendían detener a Juan Gerardo Treviño Chávez, sobrino de Miguel Ángel
Treviño Morales, “el Z40”, quien está preso en el penal federal de Ciudad
Juárez, en espera de ser extraditado a Estados Unidos.
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