jueves, 31 de mayo de 2018

Bienvenida IP al debate… permanente y plural.


Salvador Camarena.

La periodista de Bloomberg, Andrea Navarro, dio a conocer ayer miércoles que en El Palacio de Hierro, empresa del segundo hombre más rico de México, Alberto Baillères, se induce el voto en contra de Andrés Manuel López Obrador.

“La empresa citó al personal de Perisur en el comedor para una reunión obligatoria. En los siguientes 40 minutos, el mensaje fue repetido una y otra vez, de acuerdo con empleados que estuvieron presentes esa noche: Voten por el candidato que tenga la mayor probabilidad de vencer a López Obrador; es la mejor oportunidad que tenemos de preservar el sistema económico que nos permite emplearlos”, se lee en el reporte de la colega Navarro. (http://www.elfinanciero.com.mx/elecciones-2018/segundo-hombre-mas-rico-de-mexico-llama-a-sus-empleados-a-votar-en-contra-de-amlo)

Estamos ante una más de las manifestaciones de empresarios en contra del candidato puntero en la contienda electoral.

Antes de Baillères, esta semana fue nota en el mismo sentido Germán Larrea, presidente del Grupo México, que hizo circular una carta entre sus empleados en la que enuncia que “por supuesto que nos enoja y nos ofende la corrupción, la impunidad y la falta de seguridad. Es imperativo corregir estos problemas, nos pronunciamos por un país donde el Estado de derecho prevalezca como valor fundamental para impartir la justicia por igual. No considero que un modelo populista, ni la amnistía sea solución a ello, únicamente la estricta aplicación de la ley sin distinción alguna es la solución necesaria. Salgamos libremente a votar con inteligencia y no con el enojo que hoy todos compartimos. Nuestro país requiere un voto razonado, inteligente y a conciencia, del México que queremos para nuestras familias y nuestros hijos”.

Nadie puede censurar la participación de los empresarios en el debate público. De hecho, que se animen a discutir sus posturas es un signo de salud democrática. Claro, ello a condición de que estemos ante el inicio de una etapa en donde estas personas se presten a discutir, no sólo a emitir mensajes sin réplica, sobre los problemas de México y las maneras de afrontarlos en conjunto.

Por ejemplo, podríamos comenzar por preguntar a estos dos empresarios cómo se explican el mal lugar (pésimo, de hecho) que ocuparon en el primer reporte de Integridad Corporativa 500, publicado en noviembre pasado por Transparencia Mexicana y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

En ese informe, que revisa la “existencia, calidad y publicidad de políticas de integridad y anticorrupción” de las 500 empresas más grandes de México, Grupo BAL y Grupo Palacio de Hierro, ambos de Baillères, ocuparon los lugares 460 y 498; en otras palabras: ocuparon el antepenúltimo (BAL) y último (Palacio de Hierro) lugares. Mientras que Grupo México, de Larrea, salió en el lugar 333.

Todos esos corporativos salieron reprobados, sacaron menos de 10 puntos de 100 posibles en este “primer diagnóstico y evaluación de la presencia, calidad, publicidad y transparencia con la que las 500 empresas más importantes de México dan a conocer sus políticas de integridad”. Este índice se hace “por medio de preguntas como ¿la empresa hace públicos sus compromisos anticorrupción a través de su página de internet?, ¿los empleados y directivos reciben un entrenamiento anticorrupción?, si un proveedor quiere denunciar una irregularidad, ¿puede encontrar en la página de la empresa un número telefónico o correo electrónico diseñado para tal fin? o ¿se prohíben de manera explícita las represalias a los empleados que denuncien una violación a las políticas de la empresa?” (http://www.integridadcorporativa500.mx/)

Debatir implica emitir, pero también recibir cuestionamientos. Implica informar. Implica no escabullirse o esconderse cuando hay una tragedia en algunas de sus instalaciones (remember 63 muertos en Pasta de Conchos, Grupo México; remember los dos muertos en Palacio de Hierro Durango, en el sismo del 19S). Implica, en pocas palabras, una actitud proactiva en la voluntad de ser transparentes y de manifestar el compromiso en la lucha en contra de problemas como la corrupción. No sólo obligar a los empleados a ser sermoneados.

Bienvenidos empresarios a un debate plural y permanente. Se habían tardado.

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