“Vamos a cortar el copete de privilegios… me
canso, ganso”, sentenció Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de
Juntos Haremos Historia, en Atlacomulco, cuna de la clase política mexiquense
que hoy también gobierna el país.
“Se va a acabar la politiquería, la
corrupción, la robadera, el bandidaje oficial… No va a ser como ahora que unos
cuantos se hacen inmensamente ricos, amasan grandes fortunas al amparo del
poder público”, se comprometió ante unos 16 mil atlacomulquenses que
abarrotaron la explanada del tianguis de los domingos.
Mientras los
asistentes coreaban “¡Es un honor estar con Obrador!”, el tabasqueño recordó
que el Banco Mundial estima en 20% del presupuesto (uno de cinco billones al
año) el recurso público que no se aplica en México, pues se queda en los
bolsillos de los funcionarios corruptos.
“Yo soy más
moderado, calculo la mitad, 500 mil millones de pesos, de todas maneras, es
muchísimo, no hay ninguna banda que robe tanto”, manifestó.
Si esa
cantidad se distribuyera por partes iguales, dijo, se traduciría en 13 mil
pesos mensuales por familia, cantidad que ni siquiera han regresado a entregar
a las familias de Atlacomulco.
“El peor de los ladrones es el
político corrupto y nada ha dañado más a Atlacomulco, al Estado de México, al
país, que la deshonestidad de los gobernantes”, expuso.
Según el oriundo de Macuspana,
Tabasco, el pueblo es honrado, pero el problema está arriba: “Si el presidente
es corrupto, no hay autoridad moral y por eso no hay autoridad política”.
De llegar a la Presidencia de la
República, repitió que reducirá su salario a menos de la mitad de lo que
percibe hoy el presidente Enrique Peña Nieto, sin compensaciones, y obligará el
apego al artículo 127 constitucional para que nadie gane más que el titular del
Ejecutivo.
En la
actualidad, los ministros de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) perciben 650 mil pesos mensuales; los
senadores 500 mil, diputados federales 400 mil y los locales hasta 300 mil
pesos al mes.
“Vamos a bajar los sueldos de los de
arriba porque van a aumentar los sueldos de los de abajo… proponemos justicia
laboral”, dijo.
López Obrador insistió en que no
vivirá en Los Pinos, sino en su actual domicilio, con su familia, “que es la
casa de ustedes”, para que las instalaciones y las 60 hectáreas de jardines de
la actual residencia oficial sean parte del Bosque de Chapultepec.
“Esa casa está embrujada. Mientras no
haya limpias, salen las malas vibras, espantan, aparece El Chupacabras”, refirió.
Como en sus spots,
afirmó: “No me voy a subir al avión
presidencial”, pues consideró que hacerlo sería una ofensa al pueblo del
México, pues la aeronave costó siete mil 500 millones de pesos, con capacidad
para 280 pasajeros, restaurante, alcoba.
Incluso, rememoró que sólo la
construcción de la galera para guardarlo costó 1,000 millones de pesos. “Pudieron
ser 500 (mil), pero la otra mitad se la robaron. ¿Cuándo en Atlacomulco ha
invertido el gobierno federal mil millones de pesos?”, cuestionó.
El morenista
reiteró que no firmará el acuerdo que
avala las millonarias pensiones para los expresidentes. “Va a ser un gobierno
humilde; el poder sólo se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los
demás”, indicó.
Un par de
horas antes, desde el Centro de Convenciones de San Felipe del Progreso, otro
municipio de arraigo priista, ante unas
15 mil personas el candidato de Morena-PT-PES advirtió al expresidente Vicente
Fox que le quitará la pensión cuando llegue a Palacio Nacional.
“Vamos a ganar y ya no le vamos a dar
la pensión de cinco millones de pesos mensuales. No es venganza, es justicia.
No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, justificó.
Por otro
lado, anunció la puesta en marcha del
programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que consistirá en desaparecer la cuota
de inscripción y en una beca de dos mil 400 pesos mensuales para los universitarios
de escasos recursos económicos.
“El joven que ya no quiera estudiar y
no tenga trabajo va a ser contratado, va a tener un sueldo de tres mil 600
pesos mensuales como aprendiz, mientras se capacita para el trabajo. Becarios
sí, sicarios no”,
culminó.
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