Un mal rato pasó el candidato
presidencial Ricardo Anaya cuando un joven lo retó a debatir hasta de grafiti y
una mujer le reclamó que su campaña sólo se enfoque en Andrés Manuel López
Obrador.
–Ya deja de hablar de López Obrador,
Haz tu campaña sobre ti –le recriminó una mujer, de frente, al candidato
panista.
Sucedió al
arribar Anaya a Valle de Chalco, poco antes de conducir un mototaxi que lo
llevaría a la explanada municipal ubicada en la avenida Alfredo del Mazo, que
lleva el nombre del actual gobernador priista, donde encabezó un mitin.
Al descender
de su automóvil, junto a una pared donde había un letrero de “lavado”, un joven
se aproximó a Anaya, quien intentó saludarlo de mano. Como respuesta, fue
retado a debatir sobre la democracia, o “sobre el grafiti y todo lo que hiciste
en la Universidad de Querétaro”, en referencia a su tesis de licenciatura.
Enseguida
intervino una mujer y, ante un siempre sonriente Anaya, le soltó, con amable
reclamo:
–¿Por qué
sobre López Obrador hablas y hablas? Se supone que es tu campaña.
Trató de
intervenir un organizador de la campaña del candidato, quien tomaba del hombro
a la mujer.
–No,
espérate, que me conteste –insistía ella–. Yo quería esta oportunidad.
Anaya, sin
perder la sonrisa, pedía al colaborador que le dejara hablar, mientras avanzaba
y se tomaba fotos con vecinas de este municipio, creado por Carlos Salinas hace
tres décadas y hoy gobernado por el PRD.
–¿Por qué tu
campaña la basas sobre López Obrador? –insistía la mujer.
Nada
respondía el sonriente candidato, quien escuchaba luego al joven que lo retaba:
“Debate acá, con nosotros”.
Justo en ese
momento llegó Juan Zepeda, el perredista candidato a senador de la alianza
PAN-PRD-Movimiento Ciudadano que el año pasado quedó en tercer lugar como
aspirante a gobernador y mandó al cuarto lugar a la panista Josefina Vázquez
Mota.
–¿Cómo
estás? –lo abrazó Anaya
–Bien
–devolvió el perredista.
Pero la
mujer seguía detrás de él.
–A ver,
dime. ¿Ya ves cómo no contestas? Si tú quieres que te apoye, hay un terreno
fabuloso para apoyarte, pero ya deja de hablar de López Obrador. Haz tu campaña
sobre ti.
Por fin se
detuvo Anaya frente a ella y la escuchó. Y mientras le daba un beso, oía que le
daba una recomendación de que hable de cosas “sobre México, no que puro
Obrador-Obrador”.
–Claro que
sí –le dijo Anaya y se zafó. “¿A dónde vamos?”, preguntó antes de subirse a un
mototaxi que lo llevó a la explanada municipal, donde lo esperaban, entre otros
dirigentes, el perredista Jesús Ortega.
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