Alberto Núñez Esteva.
Me duele, me duele mucho enterarme
del absurdo financiamiento a los partidos políticos. ¿Qué tan necesario es este
gasto en comparación con el que debemos aplicar a los rubros verdaderamente
indispensables para la buena marcha de nuestro país? ¿No sería mejor destinar
parte de esos recursos a la atención de las ingentes necesidades de las clases
más vulnerables de México? (las comunidades indígenas, por ejemplo)
Lo cierto es
que los partidos políticos, según diversas notas periodísticas, recibirán para el proceso electoral del año
próximo cerca de13,000 millones de pesos, si sumamos los recursos que obtendrán
de fuentes federales y locales, lo que implica un aumento cercano al 40% en el
ámbito federal. Y a esto hay que aumentarle los spots gratuitos que transmiten
los partidos por radio y televisión.
Hace ya un buen número de años se
decidió que fuese el gobierno, con nuestros recursos, quien financiase los
procesos electorales, con el propósito de que no se recibiese dinero de fuentes
interesadas en comprar la voluntad de los partidos una vez que éstos llegaran
al poder. El crimen
organizado y el narco se apuntan siempre entre los más interesados en ofrecer
fondos ilícitos. Muy loable la intención del gobierno, sin duda, pero el último proceso electoral en el
Estado de México, por mencionar alguno, nos ha dejado serias dudas respecto al
cumplimiento de este propósito ¿De dónde salieron esas enormes cantidades de
dinero cuyo objetivo fue el de apoyar al partido “ganador” , el PRI, para no
perder ese Estado clave para las elecciones presidenciales del año entrante?
Transparencia
en la recepción y el uso de los recursos es algo que debemos exigir todos los
mexicanos en el ya cercano proceso electoral del 2018, en donde además de la
elección del presidente de la República se eligen nueve gobernadores y un sin
número de presidente municipales y alcaldes. El INE debe hacer un trabajo
excepcionalmente bueno, particularmente ahora, porque no sólo responde por la
elección presidencial, sino también por la de todos los puestos en disputa…y el INE está pasando por un mal momento,
porque su credibilidad se ha puesto en tela de juicio. Lorenzo Córdova, su
presidente, tiene un verdadero reto para recuperar la credibilidad perdida.
Es mucho lo que nos jugamos el año
entrante en vista del cercano proceso electoral. La conquista de nuestra joven democracia
hace ya un buen número de años, implicó un enorme esfuerzo de los mexicanos,
particularmente de quienes teníamos edad para votar. No hemos avanzado lo
suficiente para fortalecer esta incipiente democracia y no son pocos los que
luchan por desquiciarla.
Estemos alertas. Los ciudadanos
debemos tomar un papel activo para proteger y exigir la limpieza de las
elecciones del 2018. No podemos dejar que los partidos políticos y los
gobiernos federales, estatales y municipales hagan y deshagan a sus anchas
desestabilizando la democracia que tanto trabajo nos ha costado mantener. Las
campañas sucias, las trampas y la corrupción en el proceso electoral, son sus
principales enemigos.
Estemos
alertas y denunciemos oportunamente lo que tengamos que denunciar…y veamos que
éstas tengan el efecto deseado.
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