La contaminación del río Atoyac llegó
a la leche de vaca que toman los niños del municipio de Tecamachalco, Puebla,
por lo que existe un alto riesgo en su salud, incluso hasta de desarrollar
cáncer, reveló un estudio que realizaron investigadores de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y del Colegio de Posgraduados.
Los niños pueden desarrollar cáncer
debido a los metales pesados hallados en el líquido como Plomo, Arsénico,
Cadmio, Cromo y Níquel.
El estudio fue realizado por los
investigadores Numa Castro González, Francisco Calderón Sánchez y Mayté Juárez
Meneses, así como los especialistas de la Universidad de Córdoba, España,
Alicia Moreno Ortega y Rafael Moreno Rojas.
“Evaluación
del riesgo para la salud de los niños debido al consumo de leche de vaca en
áreas contaminadas en Puebla y Tlaxcala, México” fue publicado el 17 de abril
pasado y presentado por la investigadora de la BUAP, Gabriela Pérez Castresana
en el primer simposio “Efectos de la Contaminación de la Cuenca del Alto Atoyac
en la Salud Humana”, organizado por la asociación civil Dale la Cara al Atoyac.
De acuerdo con la investigación de
los especialistas de la BUAP, los niños que viven en Tecamachalco tienen altas
probabilidades de padecer cáncer, debido a que la leche que consumen tiene
metales pesados, pues las vacas son alimentadas con forrajes regados del agua
del río Atoyac que desemboca en la presa de Valsequillo.
Se realizó una prueba en cuatro granjas
para analizar la leche de 160 vacas en dos estaciones del año. Y se encontraron
distintos niveles de Arsénico, Plomo, Cadmio, Cromo y Níquel. Incluso, el Plomo
en la leche excede los límites marcados por el Códex (códigos de prácticas,
guías y otras recomendaciones relativas a los alimentos, su producción y
seguridad alimentaria), por lo que el estudio concluye que hay un alto riesgo
de que los niños contraigan algún tipo de cáncer.
“Las estimaciones arrojaron que la población
más vulnerable al riesgo fueron los niños de tres meses hasta la pubertad, en
cuya etapa existe una mayor predisposición a la acumulación de metales en
relación a la población adulta, por el consumo de una mayor cantidad de
alimento por unidad de peso corporal.
“Los autores de la investigación
señalan que existen coincidencias entre sus datos y los datos de la Secretaria
de Salud en donde se reportan altas tasas de cáncer en niños a nivel nacional.
La inquietud sobre el tema de salubridad en torno al Atoyac se encuentra más
que fundamentada, lo que reafirma la necesidad de actuar, pues las amenazas de
daños graves e irreversibles en la salud son un hecho”, dijo Gabriela Pérez.
Periódico
Central publicó el 17 de abril pasado, que la contaminación del río Atoyac
cambió por completo la vida de los pobladores de Villa Alta, Tlaxcala. La comunidad que se encuentra entre los
canales del tercer río más contaminado de México ha sufrido las consecuencias
de ser el desagüe de PEMEX y el Parque Industrial Quetzalcóatl, ubicado en San
Martín Texmelucan, pues desde hace 15 años, como si se tratara de una plaga, se
han registrado diversos casos de cáncer principalmente en menores de edad.
Por si fuera poco, el investigador de
la BUAP, Ernesto Mangas reveló que la cuenca de este afluente tiene la tasa más
alta de mortalidad infantil, superando los ríos que atraviesan por los estados
de Oaxaca y Guerrero, por lo que a lo largo de todas las comunidades aledañas
al Atoyac los casos de leucemia en niños son preocupantes.
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