Georgina Morett.
Todos apostaban a que no lo
lograrían, a que no podrían registrar el Frente Ciudadano por México... y la
verdad es que así fue; ya ni siquiera se llama así, y aunque parece que van
juntos, se resquebrajaron.
Qué mejor
forma de mostrar este rompimiento ante la ciudadanía que con la presencia de
Cuauhtémoc Cárdenas, quien al salir del PRI logró conjuntar a distintos
partidos políticos en el Frente Democrático Nacional.
Qué mejor
forma de demostrar fuerza, que romper en el último momento el acuerdo que
llevaría Miguel Alonso Raya a la dirección del PRD e imponer a Manuel Granados,
que lo único que lo destaca para ser dirigente, es su cercanía con Miguel Ángel
Mancera.
Qué mejor forma para demostrar su
descontento con Alejandra Barrales que fomentar otros dos precandidatos a la
Ciudad de México, Armando Ahued y Salomón Chertorivski, y destacar su
desempeño.
¿De verdad será posible para Juan
Carlos Romero Hicks, Ernesto Ruffo y Luis Ernesto Derbez lograr las 28 mil 137
firmas, con la condición de que no debe haber más de 5 por ciento de una misma
entidad? Incluso para Rafael Moreno Valle, que todavía cuenta con el aparato
del gobierno de Puebla, tiene un alto grado de dificultad.
El que tiene todo para lograr esos
requisitos es quien cuenta con la estructura del partido a nivel nacional y con
su amigo en la presidencia del blanquiazul.
Porque,
finalmente, como se dijo en tantas ocasiones, el Frente ni es ciudadano ni tomó en cuenta a los militantes de los
partidos que lo integran. En todo momento fue un Frente de tres: Ricardo Anaya,
Dante Delgado y Alejandra Barrales, y acomodaron todo para quedarse con las
candidaturas, al asegurar la Presidencia para el PAN y la Jefatura de Gobierno
para el PRD.
Y si no se inscribe otro panista a la
contienda interna, Ricardo Anaya perderá un importante tiempo de promoción por
medio de los spots oficiales.
Y en la
Ciudad de México, que Alejandra Barrales
no espere apoyos de la Jefatura de Gobierno, porque es seguro que éstos se
definirán por Chertorivski o Ahued.
Porque, como comentan algunos
perredistas, Mancera Espinosa tiene que jugar con todo por el Frente en la
Ciudad de México para evitar el triunfo de Claudia Sheinbaum, con el regreso de
quien fue su jefe y es ahora su enemigo acérrimo, Marcelo Ebrard.
Pero, quizá lo que importe más es que
Morena no gane la Presidencia, ya que eso en verdad fortalecería a Ebrard y el jefe de Gobierno puede jugar sus cartas a favor del PRI, ya que ha
tenido una excelente relación con el gobierno de Enrique Peña.
El Frente se dificultó la vida en su
nacimiento y mostró que, por encima de cualquier interés nacional, está el de
quien inicia un proyecto, en este caso Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y la
mano que mece la cuna, Dante Delgado.
ARRANCAN.
Ya clara la
situación en todas las fuerzas políticas hacia 2018, los partidos están en
condiciones de definir a sus candidatos, y en el PRI hay algunos que adquieren
cada vez más fuerza, como el líder de la CNOP, Arturo Zamora, para la
gubernatura de Jalisco, a quien, por cierto, ya se lo pidió el propio
gobernador Aristóteles Sandoval, por ser el único que ganaría la contienda.
Para Puebla
están el vocal del FOVISSSTE, Luis Antonio Godina y Enrique Doger; para
Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín y Pablo Gamboa; en Guanajuato, Miguel Ángel
Chico; en Veracruz, José Francisco Yunes, y en Morelos, Jorge Meade.
Ya es cuestión
de días para que empiecen a definirse las candidaturas y tengamos un año con
más de 18 mil cargos de elección popular en juego, incluidos síndicos y regidores.
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