Luego del
derrame de una solución cianurada al Río Piaxtla, la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente (Profepa) visitó
a la mina de Primero Empresa Minera en la localidad de Tayoltita del municipio
de San Dimas, Durango, y avaló la información proporcionada por la compañía:
por la baja concentración del cianuro se vertieron únicamente entre 20 y 36
gramos de esta sustancia.
En el
comunicado 331-18, la Profepa confirmó
que la causa del accidente, ocurrido el pasado 11 de marzo en los límites de
Sinaloa con Durango, a la altura del municipio de San Ignacio, fue un descuido
en el cierre de la válvula de una pipa que transportaba remanentes de dicha
solución.
A lo largo del cauce del río se
observó la presencia de peces, en su mayoría especies juveniles no mayores a 10
centímetros de talla, determinó la autoridad ambiental después de la visita de
inspección el 22 de marzo, 11 días después del hecho.
“A fin de evaluar los daños
ambientales ocasionados por el derrame, se llevó a cabo un recorrido al sitio
del evento, desde el punto del derrame hasta aproximadamente 250 metros aguas
abajo sobre el cauce del río Piaxtla”, informó la Procuraduría.
De igual
forma, aseguró la Profepa que durante el
recorrido no se detectó ningún cambio físico adverso a lo largo del cuerpo de
agua, observándose la presencia de peces; tampoco se observaron daños a la
flora ribereña.
En días
pasados, la Profepa comentó que esta sería una inspección del suelo y que los
estudios en el río correspondían a la Comisión Nacional del Agua (CNA). En ese
sentido, la titular de esta dependencia
en el estado de Durango, Yadira Narváez, dijo a El Sol de Durango que las
comunidades aledañas están seguras debido a que se implementaron los protocolos
de emergencia y un monitoreo de aguas.
“El lecho del río contaba con poca agua el día
del percance, lo que evitó el avance de la sustancia, fue mínima la pérdida,
sólo se registraron algunos peces muertos hasta de tres centímetros”, declaró la funcionaria.
Este tipo de accidentes han
despertado la preocupación de los activistas en la defensa del agua, debido a
los efectos acumulativos de la contaminación de sustancias como cianuro,
cadmio, arsénico y otras utilizadas por la industria minera en sus procesos de
lixiviación.
Así como al espacio que comparten las
cuencas hidrológicas en los estados de Durango y Chihuahua, donde se realiza
una intensa actividad minera, con Sinaloa.
El derrame de cianuro al río Piaxtla
en San Dimas, Durango, sucedió el pasado 11 de marzo la empresa Primero Empresa
Minera S.A. de C.V., perteneciente al grupo canadiense Primero Mining
Corporation, vertiera 200 litros de solución cianurada en el río.
La situación
ocurrió por un descuido en el cierre de la válvula de una pipa que transportaba
el remanente; al quedarse sin combustible en una pendiente, la solución fue
vertida hacia el río, informó el boletín 298-18 de la Profepa.
Activistas en defensa del agua como
Conselva y Voces Unidas por el Agua exigieron un análisis y la valoración real
del impacto ambiental.
“Son hechos que nos preocupan debido a que la
mayoría de nuestros ríos tienen su origen en la zona serrana de Durango y
Chihuahua, estados con alta actividad minera y donde los accidentes son
frecuentes y difíciles de monitorear”, advirtió Sandra Guido, directora ejecutiva de Conselva.
El río Piaxtla nace en la sierra de
Durango y atraviesa el municipio de San Ignacio, Sinaloa, durante su camino al
Océano Pacífico abastece de agua a diversas tierras de riego que son usadas
para la agricultura.
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