jueves, 1 de marzo de 2018

La opacidad en la reforma educativa.


Javier Risco.

En el tema de la reforma educativa, Andrés Manuel López Obrador es irreductible: “Quiero enviar un mensaje (…) a los maestros que están organizados en la CNTE, a los maestros organizados en el SNTE, a todas las maestras y maestros de México.

“Quiero aquí, desde mi tierra, desde mi agua, hacer el compromiso con todo el magisterio nacional que al triunfo de nuestro movimiento se va a cancelar la mal llamada reforma educativa”. La reforma educativa para atrás desde el día uno en que López Obrador habite Palacio Nacional (recuerden que él se niega a estar en Los Pinos).

Al platicar con gente cercana al candidato de Morena insisten que en eso no hay punto de negociación: tienen la convicción de que 90 por ciento de los maestros está en contra de esta reforma y que debe replantearse por completo. Reiteran que echarla para abajo no encontrará ninguna resistencia.

Por su parte, la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, quien está en la lista de plurinominal del Senado y quien fue propuesta por López Obrador como secretaria de Gobernación, no es tan radical: “No me puedo pronunciar en contra de la reforma porque es una reforma que está en proceso, pero hablemos de contenidos (educativos), los contenidos tienen que cambiar (…) vamos a evaluarlo, tenemos que ver los contenidos de la reforma educativa”.

Tal vez esta última postura sea la más prudente después de escuchar los resultados del estudio 'La escuela que queremos', que presentaron una serie de investigadores de la organización Mexicanos Primero, quienes hicieron una evaluación necesaria de la reforma, señalando sus beneficios y sus principales debilidades.

El estudio analiza 16 políticas públicas impulsadas desde 2013 con la promulgación de la reforma educativa.

No es sorpresa que una de las cosas más débiles de la reforma educativa, subrayado por estos intelectuales, sea algo que es un lastre del gobierno en turno: la opacidad, algo que no permite evaluarla con todos los enfoques que nos dieran un panorama real de la implementación de una de las reformas estructurales que detonaron en un conflicto con el magisterio, que fue durante décadas el brazo fuerte del partido en el poder.

“La falta de información adecuada es un mal generalizado en todo el sistema educativo nacional.

“Se destaca, en este caso, la falta de transparencia sobre el uso de recursos para mejorar la infraestructura escolar (...), la reconstrucción de más de 16 mil escuelas dañadas en los sismos de septiembre”, señaló Jennifer O’Donoghue, una de las presentadoras del informe de resultados.

En este país ni siquiera la forma en que se implementa un cambio de modelo en la educación, uno de los grandes rezagos sociales, es transparente en un sexenio que se peleó constantemente con una sociedad más exigente con la rendición de cuentas, con una sociedad civil que está dispuesta a fiscalizar aquello que el presidente presume como una de las herencias de su administración.

Antes de meternos a profundidad para conocer si la reforma educativa implica métodos de enseñanza más efectivos, nos topamos con que ni siquiera hay acceso para saber el gasto en la infraestructura escolar.

“(A la opacidad) sumó la falta de rendición de cuentas en escuelas y alumnos beneficiados con programas de tecnología, así como la publicación completa de información de la ubicación de plazas y función que desempeñan.

“El documento también señala la opacidad en el destino de fondos destinados al gasto corriente, de compensación y de operación”, señala una nota del diario Reforma al respecto.

Cómo podemos confiar en que en la educación está la esperanza de una sociedad más crítica e informada si ni siquiera podemos vigilar la forma en que están educando a las siguientes generaciones; si antes de saber si los maestros están preparados tenemos que cuidar que sean maestros a los que contraten; si hay que preocuparse más por sus inasistencias y por cada peso que se gaste que por verificar que haya programas de estudio adecuados.

“¿Qué nos toca a los ciudadanos en general? Nos toca emplazar, nos toca monitorear, nos toca pedir y recibir la rendición de cuentas de los gobernantes para verificar que honraron la propuesta, nos toca también proponer”, cuestionan los especialistas. Y es que es ahí, no bajando la guardia y no dejando de preguntar y cuestionar, en donde está nuestra principal tarea.

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