Georgina
Morett.
¿Nombres de priistas que pudieran
dirigir a su partido?, le pregunto al exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, y
acoto: “No veo a muchos”.
Él responde
de inmediato: David Penchyna, Alejandro Moreno, César Augusto Santiago, Miguel
Ángel Osorio Chong, Rolando Zapata Bello, José Calzada Rovirosa, Mariano
González Zarur, Enrique Burgos, Eruviel Ávila, entre otros, porque asegura que
no apoya a ninguno en particular, pero esta lista demuestra que parque tienen.
Sí, para un personaje como Ulises
Ruiz hay muchos priistas que pueden dirigir a su partido, porque él cree en él
y en el priista de base, ese que durante años gestionó programas sociales y
ayudas para sus vecinos y que sin dudar votaba por el tricolor.
Pero ese PRI de la estructura territorial
que movilizaba a la gente el día de la elección, cada vez es más pequeño,
porque sus dirigentes lo abandonaron poco a poco, y aunque haya muchos nombres
para dirigirlo, la verdad es que los rumores de que Enrique Ochoa podría salir
de la presidencia del tricolor cada vez son menos fuertes.
Ulises Ruiz está preocupado por el
futuro del PRI y también por su presente, asegura que se
tiene que cambiar al presidente Enrique Ochoa porque no sólo no funciona, más
bien se ha convertido en un lastre, que además es candidato a diputado
plurinominal cuando no aporta ni un voto. Comenta que hay cargos
administrativos en el gobierno federal en los que haría un mejor papel.
Se requiere,
asegura, de un presidente que conozca al PRI y que sepa de elecciones, porque
no puede ser que ni el presidente del partido ni el coordinador de la campaña,
Aurelio Nuño, estén tan lejanos.
Aurelio,
comenta, es bueno en el debate, pero más que vocero del candidato es del
gobierno federal, porque es el más entusiasta defensor de las reformas
estructurales.
El exgobernador también critica
candidaturas de personas que nunca han hecho política, como Vanessa Rubio y el
exsubsecretario de Hacienda, Fernando Galindo.
Lo que se
requieren son candidatos que atraigan votos a la candidatura presidencial para
ganar, porque de lo contrario el PRI se tendría que reconstruir, pero admite
que sería mucho más difícil que en el 2000.
Por ello, afirma que se requieren cambios de
candidaturas, de la dirigencia y también un deslinde del gobierno federal y del
PRI de los neoliberales, porque “el deslinde del candidato presidencial José
Antonio Meade es fundamental y no se trata de una deslealtad con su jefe o con
el que fue su jefe, es una lealtad con los mexicanos”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.