El Gobierno de la
Ciudad de México dejará a la nueva administración, que encabezará Claudia
Sheinbaum Pardo, una deuda pública cercana a los 80 mil millones de pesos,
iniciada por el jefe de Gobierno con licencia, Miguel Ángel Mancera.
Dicha deuda, ha presentado un comportamiento favorable, ya
que se incrementó en promedio, en términos reales, 0.7 por ciento lo que
representa un monto menor al que se registró en los periodos anteriores.
De acuerdo al informe del Primer Informe Trimestral de la
Situación de la Deuda Pública del Gobierno de la Ciudad de México, el saldo de la deuda pública, al cierre del
primer trimestre del 2018 se situó en 79 mil 570.8 millones de pesos.
El documento de la Secretaría de Finanzas capitalina indica
que en el periodo de enero a marzo del
2018 no se ha realizado la contratación de nuevos créditos o emisiones
bursátiles en el mercado de capitales.
Asimismo, agregó, se
realizaron pagos de amortizaciones por un monto de 928.9 millones de pesos, de
lo cual se obtiene un desendeudamiento neto de 928.9 millones de pesos.
Ante ello, explicó la dependencia, el nivel de deuda respecto al tamaño de la economía de la Ciudad de
México es uno de los más dinámicos del país y la que más contribuye al
crecimiento del Producto Interno Bruto nacional, logrando que su financiamiento
sea manejable y sostenible.
Recordó que las agencias calificadoras Fitch y Moody’s
ratificaron en 2017 las más altas calificaciones para la deuda pública de la
Ciudad de México, AAA y Aaa.mx, lo que muestra la confianza de los
inversionistas sobre el perfil financiero con el que cuenta la ciudad.
En materia de deuda pública, el Gobierno de la Ciudad de
México ha mantenido políticas que procuran su estabilidad al considerar los
recursos de crédito como un complemento de los ingresos de la capital del país,
los cuales se canalizan exclusivamente al gasto de inversión.
Además, dijo la Secretaría de Finanzas, los resultados del
Sistema de Alertas que publica trimestralmente la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), muestran una calificación de endeudamiento sostenible
presentada mediante un semáforo en verde, reflejo de la calidad en el manejo
del endeudamiento público de la capital del país.
"El crecimiento de la deuda durante la actual administración
mantuvo congruencia con el incremento en los ingresos, de forma que no ha
puesto en riesgo su capacidad de pago en el corto, mediano, ni largo plazo al
mejorar el capital físico, la calidad de vida de la ciudadanía, potenciando su
Producto Interno Bruto (PIB) y la recaudación local", indicó.
Un indicador importante sobre la sostenibilidad de la deuda
pública es el saldo y el PIB estatal. Así, al cierre del primer trimestre de
2018, este indicador se ubicó en 2.1 por ciento, por debajo del promedio
nacional de 2.4 por ciento.
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