viernes, 27 de julio de 2018

El líder Osorio.


Salvador Camarena.

Ustedes no lo saben, pero tendrían que agradecer a la morena, la virgen, no el partido de 'ya saben quién', la invaluable oportunidad que le ha regalado a México en las últimas horas. Cuando los años pasen, el día 26 de julio será recordado no por lo que significó para la revolución cubana, sino por la jubilosa ocasión en que el PRI eligió abrirse a la revisión del tiempo gobernado (es un decir) por mexiquenses e hidalguenses.

Eso y no otra cosa supone la llegada de Miguel Ángel Osorio Chong al liderazgo de la chiquibancada priista en el Senado de la República.

Cuando las cosas se pongan rudas en los debates de la llamada Cámara alta, Osorio será el rival más débil, al menos en los argumentos, a la hora de tratar de cuestionar las más diversas iniciativas que ponga en la mesa el morenismo.

Para ilustrar lo anterior elijan la materia que gusten de cuantas están hoy en el aire.

Comencemos con el tema de la violencia. El pejismo propondrá que haya de nuevo una Secretaría de Seguridad Pública. ¿Subirá a la tribuna el líder Osorio para oponerse a tal medida? ¿Defenderá el modelo que él impulsó de integrar esas funciones en Gobernación? ¿O le dirá por fin a la patria por qué no funcionó lo que no funcionó en inseguridad en este sexenio, tragedia nacional que no se entiende sin él en Bucareli?

¿Y qué dirá sobre la idea de desaparecer el Cisen? ¿Argumentará que sí sirve? Que claro que sirve, que para muestra ahí está el tema de Pegasus, que qué más demostración quieren.

¿Cómo serán sus intervenciones en esa parte del Congreso a la que le toca incidir en la política exterior? Dará el líder de la bancada tricolor detalles de lo que ha hecho México estos cinco años con los migrantes centroamericanos para quedar bien con Estados Unidos, lo mismo con Obama que con Trump. ¿Pronunciará discursos sobre cómo no ceder ante el fascista del norte luego de haber aceptado que su jefe invitara a ese personaje a Los Pinos en septiembre de 2016?

¿Qué aportación tendrá Osorio en torno al tema de derechos, él que viene de un gobierno que no impulsó el matrimonio igualitario ni cambiar de enfoque en torno a las drogas?

Cuando se hable de corrupción, ¿revelará por qué no avanzaron en el capítulo mexicano de Odebrecht?

El sexenio de la opacidad en el uso de las aeronaves al servicio de Peña Nieto, ¿reclamará al nuevo gobierno un marco total de transparencia?

Qué postura tendrá la bancada de Osorio si López Obrador provoca la caída del líder del SNTE Juan Díaz de la Torre. Quien en su momento se decía amigo de Elba Esther Gordillo. ¿Criticará la injerencia de un gobierno en la vida sindical?

El priismo que resultó diezmado en las elecciones saltará a la palestra el 1 de septiembre en el Congreso. Qué buena noticia. Qué buena oportunidad para que Ramírez Marín y Manuel Añorve por fin expliquen qué pasó que nunca informaron quiénes fueron los responsables del desastre que inundó a Acapulco en la desgracia de Ingrid y Manuel (2013), o para que Eruviel cuente qué dejó de hacer en feminicidios, y violencia en general, en el Estado de México.

Porque una cosa es que sean tan poquitos que hasta caben en una selfie tomada por Osorio Chong (publicada en su Twitter), y otra que no tengan harto que contar, o responder, o reconocer sobre estos años del peñismo. Bienvenidos los debates que iniciarán con la nueva legislatura. Se van a poner buenos.

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