lunes, 29 de abril de 2019

España y la 4T.


Tatiana Clouthier.

Algunos vienen regresando de vacaciones, otros lo hicimos la semana pasada. Durante mis vacaciones, me tomé un descanso obligado y que desde, tal vez, octubre de 2017 no hacía. Me fui con mi hija y una amiga a un reencuentro con la naturaleza, conmigo misma y a descansar. Fui a España a realizar el Camino de Santiago (de Compostela).

Fueron cinco días maravillosos caminando y observando, disfrutando la belleza que ofrece la campiña española, sus campos y ganado, sus quesos y jamones, entre otros. Caminamos más de 110 kilómetros en cinco días. Dormimos durante el recorrido en distintos lugares y finalizamos en el antiguo Hospital del Peregrino, que hoy es hotel, restaurante y museo. Un lugar a un costado de la propia Catedral de Santiago que tiene mucha historia y, sobre todo, muy linda energía. Se piensa y se dice que la energía del lugar es bella, pues desde muchos años atrás ha llegado gente con intenciones de limpiar, dejar atrás, sanar, etc., su vida interna.

Cuento todo esto, pues, el último día de nuestro recorrido, algún querido compatriota me tomó una fotografía desayunando y a mi hija estando de espaldas. Pusieron una leyenda como que “la cachamos” traicionando la austeridad de la que habla nuestro querido Presidente.

A raíz de esto pensé que era importante compartir algunas reflexiones e información para quienes no la conozcan, pues la diputación dura tres años y la Presidencia seis.

Tengo 54 años y más de 22 de casada. Nací en una familia cuyo padre fue un exitoso empresario y mi abuelo mucho más que él. En casa, a pesar de vivir de forma muy sencilla, porque así lo decidieron mis padres, nunca faltó nada y siempre tuvimos acceso a la mejor educación posible, viajes, ropa, juguetes, actividades extracurriculares y maravillosas vacaciones tanto en México como en el extranjero.

No obstante lo anterior, acudí a la primaria pública y siempre me enseñaron a no tomar lo ajeno, a respetar a los demás y a compartir, mas también a saber gozar lo bueno sin por eso ser desperdiciada. Por último, a que el dinero se genera trabajando y tiene que venir de buena mano. Nunca de trabajos sucios o que dañen a otros.

Así las cosas, el que yo vaya a pasearme en vacaciones y con mi dinero a donde lo desee, no es algo de lo que me avergüenzo ni me deba esconder. Cumplo con mi trabajo, estoy y he cumplido con mi país. Soy una ciudadana que ha hecho la chamba del lado que me ha tocado realizarla. Además, promoví –y lo sigo haciendo– el proyecto de la 4T, pues creo en él. Y la austeridad a la que somos llamados es a la del buen uso y aprovechamiento de los recursos públicos. En eso no existe quien pueda revisar mi vida dentro de la administración pública y servicio y diga que he fallado.

Por otro lado, pago mis impuestos. Disfruto tanto una quesadilla en un camino rural en un pueblo de mi querido México, como una buena copa de vino en cualquier otro lugar. No hay ni habrá falta por ello al proyecto en el que creo y apoyo. No caeré en su juego e invito a los demás a no seguirlo.

Mi ideal es que cada vez más mexicanos puedan gozar de una mejor vida, y no al revés, que a mí y a otros les tenga que ir mal para que todos estemos iguales y satisfacer el odio de los antiAMLOs. La equidad que buscamos es para arriba y no jalar hacia abajo. Busco que los funcionarios públicos no usen el recurso público para darse lujos ni para hacer abusos. Mi dinero personal, como el de cualquier otro funcionario que lo haya hecho bien, se disfruta al gusto de cada quien.

No puedo ni habré de disimular para complacer a los rabiosos vs. AMLO. Sí, soy una chaira fifí.

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