Enrique
Galván Ochoa.
Ayer al
mediodía llegó a un millón el número comprobado de enfermos por el contagio del
coronavirus en el mundo y paralelamente creció por millones la cifra de
personas desempleadas. En Estados Unidos aproximadamente 10 millones han
solicitado su seguro de desempleo. En Francia, 4 millones hicieron lo mismo las
dos semanas recientes. En España, 800 mil quedaron en paro el mes pasado, de
acuerdo con estimaciones del diario Financial Times. En Reino Unido, casi un
millón ha solicitado crédito universal, un esquema de beneficios estatales,
mientras que en Irlanda, aproximadamente 34 mil compañías se han inscrito en un
programa gubernamental de subsidio salarial en menos de una semana. En el caso
específico de Estados Unidos, una cifra récord de 6.6 millones de personas
solicitaron ayuda por desempleo este fin de semana, informó el Departamento del
Trabajo, y se sumaron a los 3.3 millones que lo hicieron la anterior. En
México, el reporte más reciente del IMSS indica que tenía registrados 20
millones 613 mil 536 empleos formales, entre permanentes y temporales. También
suministra servicios a afiliados de programas sociales como Jóvenes Construyendo
el Futuro. El presidente López Obrador anunció ayer que el programa económico
que presentará el domingo será enfocado a crear empleos. La ayuda se volcará a
los más necesitados del país, no a los magnates, como ha ocurrido en otras
crisis, dijo.
¿Se incuba
otro Fobaproa?
El sector
bancario presentó un esquema de apoyo a sus clientes que consiste en diferir el
pago de sus tarjetas de crédito, hipotecarios, personales, de nómina, así como
créditos PYME. Según los bancos, millares de personas están solicitando su
incorporación al programa que permite diferir de cuatro a seis meses los pagos
sin que generen intereses moratorios. Sin embargo, el plan tiene excepciones.
Por ejemplo, las tarjetas de crédito sí generan intereses ordinarios. Si usted decide
diferir su saldo de 20 mil pesos, al final del plazo deberá pagar alrededor de
21 mil 226 pesos, dependiendo de la tasa establecida. La condición viene en la
letra chiquita, no en la letra grande en que resaltan los beneficios del plan.
Éste tiene una ventaja evidente para las instituciones de crédito: las deudas
de los clientes se mantendrán como cartera vigente, de otro modo, deberían
clasificarse como cartera vencida, lo que afectaría negativamente sus estados
financieros. Son varios millones las tarjetas de crédito en circulación,
créditos hipotecarios, personales, de nómina y Pymes. ¿Qué sucederá al final
del cuarto o el sexto mes? Se anticipa que la economía sufrirá una contracción
de alrededor de 4 por ciento este año, lo que implicaría que millones de
clientes se quedarán sin empleo. Las deudas no pagadas arrojarán un saldo de
miles de millones de pesos. ¿Está incubándose un Fobaproa II? ¿Están esperando los bancos
que el gobierno se haga cargo del problema?
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