Georgina Morett.
El pleito está cantado, quizá sólo
como estrategia de negociación, quizá porque ya nadie confía en nadie, pero en
el Senado de la República iniciará el período en una muy fuerte tensión.
Ayer el coordinador de los senadores
priistas, Emilio Gamboa, afirmó que le corresponde al PRI presidir la junta de
Coordinación política y la presidencia de la Mesa Directiva, y que para ello
tiene junto con el PVEM 62 de los 65 votos que se requieren para presidir el
Senado.
Y si lo logran, el Instituto
Belisario Domínguez sería para el PAN, con lo cual se acaba el conflicto de si
debe continuar.
Y lo más importante, si el PAN preside el
Instituto Belisario Domínguez y el senador Miguel Barbosa deja de estar al
frente, Morena no tendrá acceso a los cerca de 30 millones de presupuesto.
Es decir,
con esta declaración, Emilio Gamboa hace
una jugada de tres bandas, y si es sólo advertencia, de cualquier forma, es una
demostración de fuerza.
Nunca un solo partido había ocupado
la junta de Coordinación Política y la presidencia de la Mesa Directiva, y si
ganara el cargo apenas con la mitad más uno de los senadores, sería la primera
vez que eso sucediera, porque siempre se define en una negociación antes de que
se vote por unanimidad.
Pero todo puede suceder y el centro
del pleito entre el PAN y el PRI es el pase automático del Procurador a Fiscal
General de la República. Ayer, todos los senadores del PAN, que coordina
Fernando Herrera, cerraron filas y expresaron su total respaldo a su presidente
Ricardo Anaya, pero es difícil saber si le darán al PRI la mayoría que
necesita, con la ausencia de algunos senadores panistas, cuando se vote la
presidencia de la Mesa Directiva.
De cualquier
forma, el PRI le dio al PAN el palo y la
zanahoria, porque nadie quiere fortalecer a Morena.
Emilio
Gamboa, uno de los hombres más cercanos al presidente, también se refirió a los
aspirantes al Ejecutivo y a algunos no les fue muy bien, como a Enrique de la
Madrid y a Eruviel Ávila, de quienes dijo que están haciendo su esfuerzo, pero
sin duda la más golpeada fue Ivonne Ortega, a quien le mandó el siguiente
mensaje: “no veo que tenga la fuerza del partido en estos momentos, para poder
llegar a ser la candidata del PRI en el 2018”.
Así inicia
la contienda por la gubernatura en Yucatán.
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