Durante dos
meses y medio de precampaña José Antonio Meade no se cansó de repetir que era
un aspirante ciudadano a la presidencia, pero en su primer día de campaña las
viejas formas del PRI lo arroparon en esta entidad con el acarreo de cientos de
personas procedentes de los municipios aledaños, los tambores, globos,
banderines y las porras de “¡Pepe presidente!”.
El equipo de campaña de Meade cambió
el programa tres veces antes de que el candidato llegara a Mérida. El evento
masivo que le habrían de hacer en el campo de beisbol de Kanasín fue cancelado
ante las posibilidades de no llenarlo; después cerraron al público el encuentro con la clase
política de la entidad y finalmente
decidieron tener un evento con jóvenes en el Centro Libanés, conocido en la
localidad por ser muy reducido.
Al final decidieron realizar el acto
más fuerte en el salón cerrado Chichén Itzá del Centro de Convenciones, al que
apenas llenaron con unos 5 mil yucatecos traídos de varios lugares cercanos y
de esta capital.
Mauricio
Sahuí, candidato a gobernador de Yucatán, dio la bienvenida a Meade y lo
ensalzó con el que ha sido el lema principal de la estrategia de campaña de
Meade: “Es el único que hará de México una potencia”.
Sahuí
conoció a Meade cuando era delegado de la Sedesol en Yucatán y el candidato
presidencial, titular de la dependencia. “Unidos todos en una gran alianza
basada en la gente. A Pepe Meade lo respaldan sus valores como padre de familia
y hombre sensible a las demandas de la sociedad”, dijo Sahuí.
La clase
política de Yucatán recibió a Meade y su esposa Juana Cuevas, así como a su
equipo de campaña encabezado por Aurelio Nuño, y el presidente nacional del
PRI, Enrique Ochoa Reza, con la idea de ofrecer una imagen de unidad. Ahí
estaban Dulce María Sauri, Emilio Gamboa y el diputado Jorge Carlos Ramírez
Marín, quien se quedó en el camino como candidato a gobernador; bloqueado,
según las versiones de la clase política local, por la exgobernadora Ivonne
Ortega en una reunión con Enrique Peña Nieto. A ella, por cierto, no se le vio
en el evento.
“Cuenta con
nosotros, te respaldamos, vamos a ganar en Yucatán y en todo México”, exclamó
Sahuí entre porras y aplausos de los yucatecos en su mayoría vestidos de
blanco.
Una media
hora después de las presentaciones, vestido con la clásica guayabera blanca,
Meade llegó al atril que lucía el lema de #Avanzarcontigo, que lanzó como su
programa estelar de lucha contra la pobreza.
Ahí comenzó
con la lectura de un discurso puesto en telepromter para que no fallara el
candidato ciudadano arropado por el viejo PRI.
“Aquí
estamos los meros meros, vamos juntos a ganar, les aseguro que voy a ser el
próximo presidente”, exclamó Meade mientras trataba de emocionar a los
yucatecos que aplaudieron como manda el guión, pero sin la fuerza necesaria
para contagiar a quienes lo veían afuera del salón del Centro de Convenciones.
Una decena
de veces Meade pidió el apoyo de la gente: “¡Vamos a ganar!”, dijo, y los
conminó a votar por él y su proyecto de un México de potencia.
“Conozco
México y el mundo, defenderé con mi vida los intereses de la nación”, lanzó el
exsecretario de Hacienda entre aplausos, sobre todo de las personas que estaban
al frente del escenario y con menos ánimo en las gradas.
Al terminar
el evento los yucatecos hicieron la tradicional hilera para saludarlo y tomarse
la selfie, que ya se convirtió en un acto obligado como pasar lista de
asistencia.
Por la
tarde, Meade tiene programada una comida con la clase política y empresarial de
la entidad y posteriormente un encuentro con un grupo reducido de jóvenes.
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