miércoles, 27 de febrero de 2019

Las empresas públicas (63%) que remató Carlos Salinas hicieron a 23 familias súper ricas hasta hoy.



Por Dulce Olvera.

En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se privatizaron y desincorporaron del Estado 390 empresas, el 63 por ciento de las que existían entonces y, al final de ese Gobierno, el número de mexicanos más ricos del mundo registrados por la revista Forbes pasó de una familia –los Garza Sada– a 23 clanes multimillonarios que sumaron en conjunto 41 mil 900 millones de dólares en 1994, año en que también inició una crisis económica que disparó los niveles de pobreza al 69 por ciento de los mexicanos.

Entre estos millonarios está Ricardo Salinas Pliego, de Grupo Salinas y quien es hoy uno de los asesores empresariales del actual Gobierno federal. Además, nueve empresarios de esa lista ya fallecieron.

“Cuando llega [Carlos] Salinas aparecía en la revista Forbes, especializada en finanzas, sólo un multimillonario en la lista de los hombres más ricos del mundo, una familia, la familia Garza Sada. Con una tradición empresarial, pero era eso en el 88″, dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina del 22 de febrero pasado.

Se trataba de Adrián Sada González, presidente de Vitro (1,300 millones de dólares); el fallecido Bernardo Garza Sada, de Grupo Alfa (1,200 millones de dólares), y el también finado Eugenio Garza Lagüera, de Femsa (1,100 millones de dólares).

“Según Forbes al término del sexenio de Salinas ya aparecían más de 24 en la lista de los hombres más ricos del mundo. Esa familia [los Garza Sada] en el 88 tenía una riqueza de alrededor de dos mil millones, [luego] los demás ya acumulaban 48 mil millones [41 mil 900 millones]. De ese tamaño fue la transferencia de recursos por la política de entrega de bienes nacionales a particulares”, comparó López Obrador.

A nivel regional, en 1987, cuando la revista sacó por primera vez el ranking, había seis fortunas latinoamericanas en la lista, de las que sólo la de los Garza Sada era de México. Para 1994, en América Latina había 42 fortunas, de las cuales 24 eran mexicanas.

De 1993 a 1994, en el mundo el número de multimillonarios creció 15 por ciento mientras que en el país se incrementó casi 85 por ciento, destacó Forbes.

“La llamada política neoliberal no fue más que una política de pillaje, de saqueo, y no solo imperó, dominó, prevaleció la corrupción, sino también se arraigaron prácticas de corrupción en el servicio público”, añadió el mandatario López Obrador.

LOS 23 MÁS RICOS EN MEDIO DE LA CRISIS.

En 1994 y 1995 hubo suicidios. El peso se desplomó un 43 por ciento frente al dólar en ese periodo, las deudas de las empresas se dispararon, algunas quebraron por lo que miles de quedaron sin empleo y los ciudadanos, debido a las tasas más altas, debían más dinero del que pidieron prestado a los bancos. La inflación se elevó al igual que los niveles de pobreza de 47 millones 45 mil personas en 1994 a 63 millones 967 mil en 1996.

En medio de ese caos, 23 familias mexicanas elevaron su fortuna y se ubicaron entre las 358 personas más ricas del mundo, de acuerdo con Forbes, publicación estadounidense que lo atribuyó a la liberalización comercial, la privatización y al Tratado de Libre Comercio (TLCAN), firmado por Carlos Salinas de Gortari con Estados Unidos y Canadá.

La publicación destacó que durante los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas el número de empresas de propiedad estatal cayó de mil 155 a menos de 200. Sólo con Salinas de Gortari, se desincorporaron 390 empresas paraestatales, el 63 por ciento de las que existían.

Respecto a la compra de paraestatales, destacan Carlos Slim Helú a Teléfonos Mexicanos, Ricardo Salinas Pliego a TV Azteca, Roberto Hernández Ramírez a Banamex, Roberto González Barrera a Banorte, y, sobre el goce de concesiones mineras, Alberto Baillères González y Jorge Larrea Ortega, padre de Germán Larrea Mota Velasco de Grupo México, cuya minera Buenavista causó un derrame de tóxicos en ríos de Sonora en agosto de 2014.

El lunes pasado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con Germán Larrea para pedirle que recuperen los 65 cuerpos de mineros sepultados tras el accidente en la mina Pasta de Conchos. Durante su campaña, dijo que antes de Salinas no aparecía en la lista de los hombres más ricos del mundo, sino hasta que se le entregó la mina histórica de Cananea, en Sonora.

“Hablamos de un número reducido de individuos que controlan la mayor parte del capital privado del país (actividad industrial, comercial y financiera); cabezas de todos los principales grupos económicos; los únicos posibles compradores de las empresas paraestatales puestas a la venta, incluidos los bancos […] únicos beneficiarios de los programas modernizadores del gobierno”, escribió en 1996 la socióloga por la UNAM, Elvira Concheiro Bórquez en el libro El gran acuerdo. Gobierno y empresarios en la modernización salinista.

Para la académica, en ese periodo el proyecto empresarial se sustentó –luego del proteccionismo estatal y la crisis económica de la década de los ochenta que provocó venta y unión de filiales–, en la amplia privatización económica, la apertura al exterior y la reestructuración y flexibilidad de las relaciones laborales, así como en la fuerte relación entre gobierno y sector privado.

Carlos Slim Helú, quien compró al gobierno Teléfonos de México (Telmex) en 1990, entró a la lista de Forbes y para 1994 ya tenía 6 mil 600 millones de dólares, 215 por ciento más que en 1992 cuando contaba con 2 mil 100 millones. La publicación lo describió así hace casi tres décadas: “Controla compañías que representan 22 por ciento de la capitalización mercantil de la bolsa mexicana. El Grupo Carso tiene intereses que van desde llantas hasta cigarros”.

Pero por la Reforma en Telecomunicaciones de 2014 el poder de América Móvil se afectó por la entrada de AT&T (EU) y Telefónica (España) como competencia de Telmex-Telcel. La volatilidad del dólar, por Donald Trump y el Brexit, también afectaron las finanzas de sus otras compañías aglutinadas en Grupo Carso y Minera Frisco. Aunque sigue en la lista, en mayo de 2013 el fundador de Microsoft Bill Gates le arrebató el título de “el hombre más rico del mundo” que tuvo durante cuatro años consecutivos.

Dueño de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Milmo “El Tigre”, poseía 5 mil 400 millones de dólares aquel 1994. Actualmente, ya sin la familia Azcárraga en la dirección, la televisora reportó una utilidad neta de 56.5 millones de pesos durante el cuarto trimestre de 2018, una caída del 83.6 por ciento con respecto al mismo periodo de 2017, cuando obtuvo 343.3 millones de pesos. Pese a ello, Azcárraga Jean continúa en la lista de Forbes con mil 700 millones de dólares.

La familia Zambrano Treviño, de Cementos Mexicanos (Cemex), poseía 3 mil 100 millones de dólares al término del salinismo. Lorenzo Zambrano, uno de los fundadores, murió en 2014 y su sobrino Marcelo Zambrano desapareció del top.

Otro beneficiado del sector de telecomunicaciones fue Alejo Peralta, dueño de Iusacell, quien contaba con 2 mil 500 millones de dólares. En 1997 falleció.

Con la apertura del país al exterior, Jerónimo Arango, cofundador de Aurrerá, se alió con Wal-Mart. Para 1994 ya tenía 2 mil 200 millones de dólares, y sigue en la lista de Forbes.

Alberto Baillères González, el tercer hombre más rico de México, entró a la lista de Forbes tras las concesiones mineras del gobierno a su compañía Grupo Peñoles. En 1994 tenía mil 900 millones de dólares y actualmente goza de 10 mil 700 millones de dólares, también fruto de Palacio de Hierro y seguros GNP. Otro minero fue Jorge Larrea Ortega con 1,100 millones de dólares.

Grupo Modelo es dirigido ahora por María Aramburazabala, la sexta empresaria más rica del país e hija del fallecido Pablo Aramburazabala Ocaranza, quien en 1994 contaba con mil 600 millones de dólares.

La Comercial Mexicana permitió en ese año contar con mil 500 millones de dólares a Carlos González Nova, y Enrique Molina Sobrino con mil 400 millones de dólares por Gemex, la embotelladora de Pepsi.

También del sector de tiendas de supermercado, Ángel Lozada Gómez de Grupo Gigante, acumuló mil 300 millones de dólares en 1994.

Con mil 200 millones de dólares en 1994 Forbes registró a Roberto Hernández Ramírez (Grupo Banamex), Lorenzo y Roberto Servitje (Grupo Industrial Bimbo) y Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca y Elektra.

La revista lo describió como la cabeza del Grupo Elektra, el principal vendedor de artículos para el hogar, creado por su padre en 1951. “Decidido a entrar en los medios electrónicos, el año pasado [1993] Salinas aceptó pagar 645 millones de dólares por la empresa de propiedad estatal Televisión Azteca, que transmite por dos redes nacionales. Esto pone a Salinas en competencia con la también supermillonaria Televisa, de Emilio Azcárraga”.

Roberto González Barrera, de Gruma-Maseca, tenía 1,100 millones de dólares en 1994, año en que Forbes destacó: “disfruta de una relación cercana con el gobierno. Su hija, por ejemplo, está casada con el hijo del principal funcionario de agricultura del país, quien supervisa las cuotas de importación y exportación de la más importante materia prima de Maseca. En la diversificación de su imperio, recientemente compró al gobierno el banco Banorte, de Monterrey”.

Los empresarios mexicanos cuya fortuna en 1994 fue valuada en 1,000 millones de dólares fueron Moisés y Antonio Cosío Ariño (Inbursa), Alfredo Harp Helú (Banamex), José y Jorge Martínez Güitrón, los Garza Sada de Guadalajara  (Grupo Sidek), Elmer y Agustín Franco Macías (Grupo Infra), y David y Adriana Peñaloza (Grupo Tribasa), cuya fortuna arrancó tras las concesiones carreteras durante el salinismo, entre ellas, Constituyentes-La Marquesa, Armería-Manzanillo, Ecatepec-Pirámides y Peñón-Texcoco.

“A esto agréguenle que le siguieron con las privatizaciones. A [Ernesto] Zedillo le tocó entregar los ferrocarriles”, aseguró el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

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