Por Mathieu
Tourliere.
Bajo la dirección de Emilio Lozoya
Austin, Pemex no sólo se comprometió a desembolsar 635 millones de dólares
durante los próximos 16 años para la compra de Grupo Fertinal; también pagó los desfalcos multimillonarios realizados por el empresario Fabio
Massimo Covarrubias Piffer a cuenta de esa firma, que incluyeron la compra de
un jet privado.
La maniobra
fue la siguiente: El 30 de junio de
2009, a nombre de Grupo Fertinal, Covarrubias compró un Gulfstream G150 nuevo
con matrícula XA-ATZ por 13 millones 874 mil dólares. El empresario recibió la
aeronave en enero de 2011.
El 5 de
junio siguiente Grupo Fertinal cedió los
derechos del avión a la empresa Aerotransportes Zodiac –que pertenecía a
Covarrubias y despachaba en el Aeropuerto Internacional de Toluca– por 15 millones
550 mil dólares, a pagar durante los siguientes siete años.
Meses
después, en enero de 2012, tres
subsidiarias de Grupo Fertinal contrataron a Aerotransportes Zodiac para la
prestación de servicios de taxi aéreo. Los contratos establecían que cada
subsidiaria pagaría 65 mil dólares mensuales a la empresa por un “plan” de 10
horas de vuelo. Cada hora extra se facturaría en 8 mil dólares.
Bajo esos
términos, Covarrubias cobró 195 mil
dólares mensuales a Fertinal por utilizar un avión que este grupo había
comprado originalmente y con este dinero él terminó quedándose con el
Gulfsrtream.
Uno de los anexos al contrato de compraventa de
acciones de Grupo Fertinal a Pemex Fertilizantes –consultado por Proceso– se refiere a las “operaciones con partes
relacionadas”. Entre ellas figuran los tres contratos de “prestación de
servicios de aerotaxi” celebrados entre Dinámica Industrial Balsas, Roca
Fosfórica Mexicana II y Sadcom del Centro –subsidiarias de Grupo Fertinal– con
Aerotransportes Zodiac.
Esta empresa, representada por
Francisco José Flores Meléndez, uno de los apoderados de Covarrubias, ocupaba
dos pisos en el edificio de Montes Urales 466 –la misma dirección de Grupo
Fertinal– que rentaba a la firma Club Hípico La Sierra por 43 mil dólares
mensuales.
Pemex también participó en el
enriquecimiento de Covarrubias, quien en dos meses desvió más de 100 millones
de pesos de la empresa de fertilizantes.
En noviembre
de 2006 Covarrubias incorporó en
Guadalajara la empresa Global Pacifica Intransit, a la que domicilió en Lázaro
Cárdenas, Michoacán, dedicada a operar un “recinto fiscalizado” y a prestar
servicios de almacenaje de mercancías.
El 15 de
abril de 2015, cuatro meses después de
que Pemex anunció su estrategia para aumentar la producción de fertilizantes,
Covarrubias –dueño de 99.99% de Global Pacifica Intransit– realizó una asamblea
general en la que incrementó el capital social de la compañía de 1 millón a 1
millón 100 mil pesos.
Grupo
Fertinal adquirió las 100 mil acciones
por un peso cada una. Pero además de los 100 mil pesos Covarrubias determinó
que, para adquirirlas, ese consorcio debía pagar una “prima por suscripción de
acciones” por 106 millones 346 mil 163 pesos.
El 22 de
mayo de 2015 el Consejo de
Administración de Pemex –presidido entonces por el secretario de Energía, Pedro
Joaquín Coldwell– dio luz verde para “financiar y concretar la compra de Grupo
Fertinal”.
Un mes más
tarde, Covarrubias realizó una nueva
asamblea general en Global Pacífica Intransit. Determinó entonces que la
empresa compraría de vuelta sus 100 mil acciones a Grupo Fertinal, a un peso
por acción, sin reembolsar los 106 millones 346 mil 163 pesos de “prima por
suscripción de acciones”.
Tanto Aerotransportes Zodiac como
Global Pacífica Intransit pertenecen a Covarrubias y no son subsidiarias de
Grupo Fertinal. Por ello, Pemex no las adquirió cuando compró la empresa
productora de fertilizantes; es decir, no compró el avión ni la empresa con los
106 millones de pesos regalados por Grupo Fertinal.
Lo que sí compró la empresa
productiva del Estado fue una firma que tenía deudas por 425 millones de
dólares que se generaron, entre otros factores, a raíz de los desfalcos que
operó Covarrubias.
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