miércoles, 27 de febrero de 2019

La elección de BC, el camino de la 4T.


Por Adela Navarro Bello.

Jaime Bonilla Valdez fue dirigente estatal de Morena en Baja California, después fue candidato a Senador de la República, triunfó en la elección de 2018 al surfear la ola electoral del ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador. Después solicitó licencia al cargo de Senador para venirse de “súper delegado”. Pero en las siguientes semanas, Bonilla dejará ese cargo para convertirse en el candidato de Morena al Gobierno del estado de Baja California.

Es en definitiva Jaime Bonilla, un hombre cercano al Presidente de la República. Al compartir la afición al béisbol con el Presidente, lo ha llevado a atestiguar juegos en el estadio de Los Padres en San Diego, California, y ha sido anfitrión y patrocinador del Presidente en Baja California. Esta cercanía ha llevado a Bonilla a convertirse en el hombre de AMLO en el noroeste del país.

De ahí que López Obrador lo haya elegido para ser el candidato a Gobernador en las elecciones locales del 2 de junio de 2019. Esta iba a ser la única elección estatal a desarrollarse en el primer año de Gobierno de AMLO, hasta que la mala fortuna y la fatalidad tocaron a Marta Erika Alonso, quien fue Gobernadora de Puebla y falleció, junto con su esposo, un asistente de este y los dos pilotos, en un accidente de helicóptero el 24 de diciembre de 2018.

Se decía que Morena y el Presidente querrían ganar la primera elección que les tocara en un estado, y Baja California resultaba más apetitosa políticamente. Una entidad del norte, en la cual se llevaron carro completo el 1 de julio de 2018, y donde además, el Partido Acción Nacional ha gobernado durante los últimos treinta años. Con seis gobernadores azules, han mantenido el poderío político en el Estado 29… hasta este año, cuando los excesos y el tufo de la corrupción que rodean a Francisco Vega de Lamadrid, el último Gobernador panista de BC, contribuyen al derrotismo de la oposición.

Sin embargo Jaime Bonilla tenía un problema. La siguiente gubernatura de Baja California es transitoria. En 2014 se reformó la ley para que el periodo a elegirse en esta contienda sea de dos años, con el fin de empatar las elecciones locales a las federales. Pero en el caso de la gubernatura, empatarla a las elecciones intermedias federales y no a las presidenciales.
Así lo planteó no muy pocas veces en privado el hombre de AMLO en BC. El único problema es que era una gubernatura de dos años, no de seis.

El tiempo es importante para el Senador con licencia. Tres años mayor que el presidente, Bonilla cumplirá en junio próximo 69 años. Aun así, en estas condiciones, de ganar la elección de junio 2019 como seguros están, Jaime Bonilla será el Gobernador de mayor edad al tomar posesión como tal. Por otro lado, con la urgencia de confirmar el triunfo electoral de Morena este 2019, el Presidente López Obrador no le dio margen a Bonilla para negarse a tomar la candidatura. Nada de esperarse dos años para ir por la gubernatura de seis. Iría en el 2019 y ya.

Por eso –es evidente- mejor decidieron en el equipo de Bonilla y Morena, cambiar la Ley. Ante la negativa que tendrían en el Congreso del Estado, donde en 2014 se reformó la Ley y se establecieron los periodos de dos años para Gobernador, alcaldes y diputados a partir de la elección de 2019, dado que la mayoría de los legisladores locales son del Partido Acción Nacional, y ya habían advertido que no votarían a favor de ampliar el periodo, los morenistas se fueron al Tribunal Estatal Electoral de Baja California, donde dos de tres magistrados, cambiaron lo que en el Congreso determinaron.

Efectivamente, el domingo 24 de febrero por la noche, los tres magistrados electorales sesionaron para atender entre dos temas, el de Blanca Estela Favela Dávalos, una aspirante a la candidatura de Morena al Gobierno de Baja California, sí, a la misma nominación que ya el Presidente le concedió a Jaime Bonilla.

La abogada Favela encarna la representación moderna de la “Juanita”. No necesariamente accederá a un cargo para solicitar licencia y dejarlo en un hombre, sino que fue ella y no Bonilla, la que inició el proceso legal para cambiar el periodo de la gubernatura de dos a cinco años, que finalmente espera gozar Bonilla. En ese contexto, Estela Favela fue sin duda el instrumento para el cambio, pero no será quien disfrute del mismo (de hecho el poderío de la campaña de Bonilla Valdez ya se ve en todo el Estado en pintas y espectaculares, mientras la dama sigue en el bajo perfil propagandístico).

Esta forma de accionar de Jaime Bonilla, de cambiar la Ley a su interés personal, de hacerlo a través de un tercero, de ignorar al Congreso del Estado, es la actitud que aun antes de ser candidato lo está dibujando plenamente. El capricho por encima del interés estatal.

La de Baja California no sería la primera gubernatura de dos años. Ya en el pasado inmediato hubo dos. En Veracruz Miguel Ángel Yúñez, en Puebla, Antonio Gali, fueron gobernadores por dos años, precisamente cuando en sus respectivos congresos estatales se adecuó la ley para empatar las elecciones gubernamentales a las presidenciales de 2018.

Pero en Baja California, los morenistas no quisieron.

En el caso de Veracruz, hubo quien como en Baja California Estela Favela, argumentó que un periodo de dos años le violaba los principios democráticos, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió al tiempo que no, que estos estaban a salvo aun cuando el periodo era menor por razones de ajustar el calendario electoral local al federal.

En Baja California, la oposición a Morena impugnará la decisión del Tribunal Estatal Electoral de ampliar a cinco años el periodo de dos que se aprobó por mayoría en el Congreso del Estado en el 2014. Claro que ya no es la mismo Corte del 2016, ni el presidencialismo priísta es igual al presidencialismo morenista, pero habrá que esperar y ver qué sucede. Si este fue el camino definitivo de la 4T en BC

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