Salvador
Camarena.
Andrés Roemer, exfuncionario en
tiempos de Ernesto Zedillo, reingresó al servicio público en el arranque del
sexenio de Enrique Peña Nieto. Durante 2013, 2014 y 2015 recibió un salario
como cónsul en San Francisco. Y a principios de 2016 le pagaron por
desempeñarse como embajador de México ante la UNESCO, cargo del que salió
corrido en octubre de ese mismo año. Sin embargo, no fueron los únicos dineros
públicos que estuvieron cerca de Roemer. Una organización a la que está ligado
recibía, en esos mismos años, cientos de millones de pesos de la federación y
del gobierno del estado de Puebla.
El portal
Mexico.com reveló la semana pasada que
Poder Cívico AC, grupo desde el que Roemer organiza en Puebla la llamada Ciudad
de las Ideas, recibió 180 millones de pesos de la Secretaría de Cultura federal
(antes Conaculta) del año 2013 al 2018. Pero, como los periodistas de ese medio
apuntaban en su reporte, no fueron los únicos fondos públicos que recibió esa
asociación civil.
La
Secretaría de Cultura y Turismo de Puebla dio
de 2010 a 2016, periodo que incluye la gubernatura de Rafael Moreno Valle, 224
millones 500 mil pesos a Poder Cívico. Tan solo en los cuatro años en que
Roemer cobró como diplomático, la organización de la que es presidente obtuvo
134 millones 500 mil pesos del erario poblano.
Y según otros periodistas de Puebla, habría
recibido otros 70 millones de pesos desde el año 2017.
¿En qué se usó ese dinero? Sabemos
muy poco. En la página de la Secretaría de Hacienda hay algunos reportes
remitidos por Poder Cívico, porque como donataria autorizada por el Sistema de
Administración Tributaria (SAT) debe informar a la SHCP sus balances.
Usemos como
ejemplo el reporte correspondiente a 2016, que es cuando Roemer se mudó diplomáticamente de San Francisco a París.
Andrés Isaac Roemer Slomianski declaró, bajo protesta de decir verdad, que ese
año la “misión” de Poder Cívico es “ser un centro de pensamiento y acción que
proporcione herramientas a los ciudadanos para construir un México libre,
próspero y seguro mediante redes sociales, innovación en política pública y
difusión”. Les juro que eso dice.
Y en cuanto
a su “visión” dicen: “ser el centro de pensamiento y acción por medio del cual
las organizaciones civiles le devuelven al ciudadano su papel prioritario en el
centro de las políticas públicas”.
Enunciados
de tal naturaleza le valieron a Roemer,
o Poder Cívico, para recibir 67 millones 523 mil 800 pesos de dinero público y
otros 34 millones de una persona moral.
A Hacienda le declaran además que ese
año tuvieron cero colaboradores asalariados y 200 voluntarios. Y declara que en
“gastos de operación del proyecto” se fueron 94 millones 636 mil 992, o casi la
totalidad de lo que recibió en donaciones.
En el rubro de “población atendida
directamente o beneficiada por sus acciones”, Poder Cívico reporta que:
a) Se subieron a internet algunos programas de
televisión y conferencias, beneficiando a tres millones 231 mil 718 personas.
b) Se transmitieron 63 programas de
divulgación científica realizados por Poder Cívico para Proyecto 40, beneficiando
a dos millones 600 mil personas.
c) Transmisiones en TV Puebla, beneficiando a
32 millones de personas (debe haber un error, pero eso –32 millones– fue lo que
capturó Roemer en el SAT en cuanto a beneficiarios en Puebla).
d) Se realizó una cobertura especial a nivel
nacional los días del festival La Ciudad de las Ideas por TV Azteca,
beneficiando a dos millones 202 mil 661 personas.
En
conclusión, según Poder Cívico sus
beneficiarios para el año 2016 son las cinco mil personas que habrían asistido
al evento, y “millones” que básicamente lo habrían seguido o por internet o por
televisión abierta. Todo eso a cambio de más de 67 millones en dinero público,
de la federación y de Puebla.
¿Deben los gobiernos patrocinar esas
iniciativas? Y si sí, ¿por qué no se informa con mayor detalle cómo se
gestionaron esos fondos? ¿Quién decidió otorgarlos? ¿Hubo moche en la Cámara de
Diputados en la asignación? ¿Cabildeó Roemer mientras cobraba como diplomático
para obtener esos fondos? ¿Dónde consulta la ciudadanía los comprobantes de los
gastos –viáticos de Roemer incluidos– de Poder Cívico que la ley obliga a
reportar a todos aquellos que reciben dinero público? Porque si la visión que
tienen Roemer y Poder Cívico es que las “organizaciones civiles le devuelven (sic)
al ciudadano su papel prioritario en el centro de las políticas públicas”, pues
como que habría que comenzar por hacer un desglose puntual de en qué se
gastaron todos esos cientos de millones de pesos, de los ciudadanos, que
recibieron todos estos años. Y del probable conflicto de interés de cobrar como
diplomático y ser animador de Poder Cívico, ni hablamos.
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