Por Efrén
Flores.
Viajes de lujo, flotillas de
vehículos, una camioneta blindada, edecanes y hasta un equipo de karaoke,
fueron parte de los millonarios gastos de la burocracia del Instituto del Fondo
Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) durante el sexenio de
Enrique Peña Nieto (2012-2018).
En ese
periodo el Infonavit estuvo en manos del
ahora Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa (2012-2015), y del ex
Senador priista David Penchyna Grub (2015-2018). Bajo su liderazgo, así como
hubo resultados financieros, también hubo gastos “excesivos”, e inclusive
“injustificados”, como en el caso de algunos vuelos privados durante 2017 y
2018.
De acuerdo
con el nuevo titular del Instituto, Carlos Martínez Velázquez, el año pasado hubo contratos por 11
millones de pesos en viajes “discrecionales” y “de lujo” por parte de
directivos del Infonavit. Este tipo de “oprobio [o agravio] para los
trabajadores de México” –en palabras de Martínez– también es investigado por la
Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En el marco
de la tercera entrega de los informes de la Cuenta Pública 2017, la ASF anunció que debido a la “denuncia de
la propia Cámara de Diputados, aunado a lo señalado por los medios de
comunicación, iniciamos una revisión al Infonavit; ente que nunca había sido
auditado por la ASF; y que ahora se encuentra en juicio de amparo”.
Una revisión
de la Unidad de Datos de SinEmbargo arrojó
que, entre 2017 y 2018, hubo 1 mil 578 personas en el Infonavit, desde
auxiliares y enlaces hasta directivos y titulares, que gozaron de alguno de los
8 mil 476 viajes y “gastos de representación” del Instituto, equiparables a 26
millones 796 mil 308.34 pesos.
De ese
total, destacan los 4 mil 961 registros
de viaje y viáticos al interior de los estados, por un monto de 9.3 millones.
Por ejemplo, el día 3 de mayo de 2018, el Infonavit registró un desembolso de
45 mil 457.50 pesos en la Ciudad de México, por parte del coordinador general
de delegaciones Óscar Augusto López Vega, quien fue designado por Penchyna en
2016.
Un caso similar fue el de Diana
Castañeda Murillo, quien en 2017 llegó a ser la jefa de la oficina de la
dirección general del Infonavit. El 10 de marzo de ese mismo año, según los
datos oficiales, gastó 33 mil 148 pesos en la capital del país.
La dinámica
fue repetida una y otra vez. En
promedio, los “viajes” al interior de las entidades federativas tuvieron una
duración de 1.4 días. Y en promedio, cada día implicó erogaciones mínimas de 1
mil 287 pesos, aunque la media de los gastos más elevados fue de 10.5 mil pesos
diarios.
La mitad de estos gastos (47.14 por
ciento) tuvo lugar en la Ciudad de México (729 “viajes” por un monto total de
1.89 mdp), Veracruz (482 por 728 mil pesos), Baja California (407 por 709 mil
pesos), Tamaulipas (362 por 745.34 mil pesos) y Coahuila (359 por 840.5 mil
pesos). Sin embargo, sucedió en las 32 entidades federativas.
“Absolutamente todos los gastos de
representación y viáticos estuvieron relacionados con las metas y objetivos del
Instituto, y apegados a la normatividad”, dijo a SinEmbargo el ex subdirector general de
comunicación del Infonavit, José Luis Antón Alvarado.
“Para que no exista confusión alguna:
los formatos de la página de transparencia no distinguen entre hospedaje,
comidas o transportación. De ahí que sólo aparezca el criterio ‘Gastos de
representación y viáticos’. Lógicamente, aquellos que se encuentran dentro de
la misma ciudad o estado, tienen que ver con gastos de representación”, abundó.
VIAJES Y
DESTINOS.
Además de
los gastos internos, entre 2017 y 2018
hubo 3 mil 503 viajes interestatales que, en promedio, duraron 2.42 días e
implicaron un costo total de 16 millones 861 mil 068.25 pesos.
El costo de
viáticos más elevados ocurrió entre el 26 de abril y el 4 de mayo de 2018. En esos ocho días, el entonces delegado de
Baja California Sur, Daniel Adán Cota Fiol, gastó 41 mil 511.27 pesos para
solventar su estadía en la capital del país.
Aunado a los
gastos nacionales, hubo 12 viajes
registrados al exterior de México. En total, la burocracia del Infonavit
desembolsó 642 mil 171.07 pesos en 58 días. Es decir, un promedio de 11 mil 072
pesos diarios.
“Respecto a los viajes
internacionales, todos y cada uno están justificados por actividades propias de
las subdirecciones generales respectivas”, explicó Antón Alvarado.
En 40 días
de 2018, según los registros del
Infonavit, el coordinador de planeación Tulio Iván Vázquez López realizó cuatro
recorridos. Entre el 4 y el 12 de agosto viajó al estado de California, en
Estados Unidos. Tres días más tarde se desplazó a Washington, donde permaneció
dos días. Casi una semana después, el día 22, Vázquez López habría partido a
Bogotá, Colombia, donde permaneció hasta el 26 de agosto. Poco menos de un mes
más tarde, el 10 de septiembre, realizó un viaje de dos días a Costa Rica. Cada
uno de los cuatro viajes de Vázquez López tuvo un costo promedio superior a 65
mil pesos.
Por su
parte, Raúl Aldo Rodríguez García viajó
a Barcelona (España) y a Buenos Aires (Argentina). Entre el 15 y el 19 de
enero, el gerente senior de mediación de cartera del Infonavit gastó 43 mil
522.45 pesos en el viejo continente. Y entre el 15 y el 22 de septiembre,
desembolsó 43 mil 188.61 pesos en el país gobernado por Mauricio Macri.
Rubén Alberto Bravo Piñán, asimismo,
tiene dos gastos registrados en Florida, Estados Unidos. Como subdirector
general de tecnologías de información, Bravo gastó 61 mil 382.05 pesos en sus
estadías por un total de 11 días, entre junio y abril del año pasado.
En mayo de
2018, el ex subdirector general de comunicación
del Infonavit, José Luis Antón Alvarado, viajó a Dubai (Emiratos Árabes Unidos)
junto con David Penchyna Grub para recibir un premio de ONU-Hábitat, por haber
implementado el “Índice de Ciudades Prósperas” para diagnosticar los problemas
de 153 municipios mexicanos.
Según los
datos oficiales, Antón Alvarado estuvo
siete días en el extranjero y gastó 79 mil 559.61 pesos. Aunque Penchyna
también viajó, el registro de “viáticos” y de “gastos de representación” del
Infonavit no lo menciona.
En ese
sentido, Antón manifestó a SinEmbargo
que “en el caso del ex director general, el licenciado David Penchyna Grub,
sólo realizó dos viajes al extranjero durante prácticamente tres años de gestión,
en ambos casos a convocatoria de ONU-Hábitat. El primero, la reunión de Hábitat
III en Quito, Ecuador; el segundo para recibir a nombre de México el Premio
Dubai, entregado por ONU-Hábitat en los Emiratos Árabes Unidos, por el impulso
al Índice de Ciudades Prósperas. Ambas giras –aclaró– tuvieron repercusión
pública en México y en su momento fueron ampliamente difundidas”.
En los casos de Alfonso Rodríguez
Cisneros (representante de la Dirección Sectorial Empresarial), Pascual
Hernández Mergoldd (secretario técnico) y Sebastián Bernabé Fernández Cortina
(director sectorial empresarial), hubo registro de tres viajes.
Rodríguez pasó una semana de agosto
en California y gastó 74 mil 808.56 pesos; Hernández estuvo cuatro días de
septiembre en Buenos Aires y desembolsó 58 mil 778.14 pesos; y Fernández viajó
a Massachusetts (Estados Unidos) durante tres días de octubre y generó un costo
de 20 mil 716 pesos.
En general, los viajes y costos de
representación fueron ejercidos por gerentes (1 mil 986 registros), delegados
(1 mil 399), analistas (1 mil 017) y encargados (1 mil 005).
No obstante,
también hubo gastos de auxiliares (771),
asistentes (427), consultores (392), subdirectores (385), supervisores (272),
enlaces (192), coordinadores (177), subgerentes (128), directores (101), jefes
de oficina (92), el titular del organismo –Penchyna tiene 73 gastos registrados
al interior de la CdMx por un monto total de 202 mil 164.58 pesos–,
representantes (58) y uno de un auditor.
Entre el 3
de enero de 2017 y el 28 de diciembre de 2018, los funcionarios con más registros de viajes y gastos de representación
fueron Jorge Alejandro Chávez Presa (119), Jose Luis Antón Alvarado (99), Julio
Antonio Guajardo Villareal (91), Daniel Adán Cota Fiol (90), Mario Antonio
Guevara Palomino (83), Elías Saad Ganem (78), José Manuel Treviño López (77),
David Penchyna Grub (73), Ricardo Alegre Bojórquez (64) y Sebastián Bernabé
Fernández Cortina (60).
En cambio, quienes más gastaron fueron Mario Macías
Robles (362 mil pesos), Jose Luis Antón Alvarado (342.7), Daniel Adán Cota Fiol
(296.5), Christopher Ruiz Echeverría (267.6), Tulio Iván Vázquez López (260.2),
Erick Hernández Nieto (258.3), Juan Jacob Pérez Miranda (248), Juan Sánchez
Perales (247.2), Humberto Neria Domínguez (245.2) y Elías Saad Ganem (215.5 mil
pesos).
LOS
VEHÍCULOS.
Con Murat
(2012-2015) y Penchyna (2015-2018) no todo fueron malas noticias. Durante su
gestión, el margen financiero del Infonavit aumentó. Entre 2013 y 2018, el
saldo positivo de este “organismo de servicio social” pasó de 55.4 a 88.9 mil
millones de pesos, equiparable a un alza de 50.1 por ciento.
Por ejemplo,
entre 2015 y 2016, el dominio del Infonavit en colocación de créditos
hipotecarios (en el mercado nacional) pasó de 73 a 74 por ciento. Y durante el
sexenio de Peña Nieto, el 32 por ciento de los créditos fue dirigido a estratos
adquisitivos más elevados –no sólo a los de menores recursos– con la finalidad
de fortalecer los rendimientos nominales de la subcuenta crediticia.
Sin embargo,
el número de créditos formalizados
durante el sexenio pasado dio un retroceso.
De 2013 a
2015, la cantidad de créditos
incorporados al año aumentó en 3.4 por ciento (al pasar de 667.6 a 690 mil).
Pero entre 2015 y 2016, la tendencia positiva tuvo un retroceso de 34.5 por
ciento, pese a que, a partir de entonces, fue recuperándose paulatinamente, sin
recobrar el récord alcanzado en 2015.
Inclusive, según las cifras del
Infonavit, el sexenio de Peña Nieto es el único que cerró con retrocesos
generales en materia de generación de nuevos créditos (-18.4 por ciento), no
obstante que ha sido el periodo con el promedio anual de créditos (574 mil por
año) más elevado de todos.
Entre 2012 y
2018, el Infonavit aplicó una nueva
política pública en materia de vivienda, nuevos estándares para el
financiamiento y una estrecha vinculación a organismos como ONU-Hábitat, que se
tradujo en “la mayor derrama económica en la historia: de los 3.1 billlones de
pesos invertidos en crédito desde 1972, el 38 por ciento, más de 1.2 billones
de pesos, habrán sido derramados en los últimos seis años”, se lee en su
“Informe de Ingresos y Egresos 2018”.
Los logros de
Murat y Penchyna, empero, contrastan con
la falta de austeridad que reflejan las cifras oficiales del Infonavit. De 2013
a 2018, hubo 2 mil 927 procesos de adquisición directa y de contado por un
monto de 196 millones 611 mil 195.98 pesos, en gastos que suponen una
oportunidad de ahorro.
Este gasto fue destinado, sobre todo,
a la compra y mantenimiento de vehículos (401 registros por casi 48 millones de
pesos), además del gasto en vales y compra de gasolina (474 registros por 4.7
mdp).
A la fecha, el Infonavit cuenta con 477 vehículos en
los 32 estados de la República Mexicana. BMW, Chevrolet, Chrysler, Dodge, Ford,
GM, Honda, Kawasaki, Mazda, Nissan, Peugeot, Suzuky, Toyota y Volkswagen son
las marcas que consume.
Pese a que
este gasto es hasta cierto punto necesario, destaca la adquisición –por parte de las” oficinas centrales”– de una
camioneta BMW X3 Sport en 2016 (folio de “activo fijo” número 33-0216152), que
según el contrato número 4700021382, fue blindada y conllevó un costo de 813
mil 941.55 pesos.
Entre otros,
el Infonavit también gastó más de 53.2
millones de pesos en al menos 443 contratos para bienes y servicios
relacionados con la celebración de eventos como el día de la madre, el día del
niño, así como días festivos y celebraciones institucionales de diversa índole.
Según la Ley
Federal del Trabajo, Artículo 132, Fracción XXV, este tipo de gastos estaría justificado bajo la obligación de los
patrones a “contribuir al fomento de las actividades culturales y del deporte
entre sus trabajadores y proporcionarles los equipos y útiles indispensables”.
De igual modo, la compra de
vestimenta y uniformes, gratificaciones, percepciones, alimentación,
habitación, primas, comisiones, prestaciones en especie y cualquier otro
beneficio, hallaría razón de ser en el Artículo 32 del Reglamento de
Inscripción, Pago de Aportaciones y Entero de Descuentos al Infonavit, así como
en los artículos 53, 71 y 72-VII del Régimen de Convivencia Unificado.
Los gastos –en su mayoría ligados al
sindicato del Instituto– supusieron millones de pesos a lo largo del sexenio
pasado.
Camisas, chamarras, corbatas,
guayaberas, pantalones, trajes, uniformes y otras vestimentas se comieron un
mínimo de 46 millones de pesos. Los regalos –entre ellos dulces, juguetes,
aparatos electrónicos, carteras y vales– costaron cuando menos 18.5 millones. Y
los servicios e insumos alimenticios, por ejemplo, barrieron con casi 8
millones.
Los artículos de cafetería y cocina
superaron los 2.6 millones de pesos; frigobares, calentadores y cajas fuertes,
7 millones; y los servicios de traslado de personal y/o bienes –además de los
viajes y viáticos y de contar con varios vehículos, entre ellos 15 camiones–
1.8 millones.
También gastaron en cojines y
alfombras (650 mil pesos); actividades como visitas a Six Flags y partidas de
boliche (500 mil); artículos como loncheras, medallas, pulseras,
reconocimientos tazas y trofeos (300); más pantallas LED de las que ya tenían
(238), edecanes (113.3); telefonía celular (97), un iPhone 5 y un iPad (60),
entre otros.
Según la
muestra de 2 mil 927 contratos analizada por SinEmbargo, entre las empresas más beneficiadas estuvieron Sí Vale México (566 por
17.3 mdp), Elan Automotriz (un contrato por 14.9 mdp), T Organiza Asesoría y
Servicios para Eventos (13 por 10.5 mdp), Videocassete (tres por 7.3 mdp) y la
Comercializadora y Promotora Gutiérrez (20 contratos por al menos 6.9 mdp).
LA
PUBLICIDAD.
En 2016, el Infonavit invirtió 226.4 millones de
pesos en publicidad. Es decir, en espectaculares, internet, periódicos, radio,
televisión y materiales propagandísticos como afiches, calendarios, lonas,
trípticos, etcétera. Un año después, en 2017, desembolsó 433.3 millones. Y en
2018, impulsó su estrategia de difusión con casi 500 millones de pesos.
En esos tres años, el gasto total fue
de 1 mil 159 millones 361 mil 159.38 pesos, de acuerdo con los registros del
organismo.
Según los datos del Infonavit, que no
especifican montos individuales, las cinco empresas con más contratos entre
2016 y 2018 fueron Milenio Diario (26), Demos Desarrollo de Medios (12), Becker
and Marcus, El Financiero Marketing y MSI Distribución, Comercialización y
Servicios (con 11 cada una).
Asimismo, entre las personas morales con más
contratos estuvieron Cynthia Díaz Chávez y Elvitz Muñoz Pestaña (24 cada una),
Gerardo Alejandro Castro Negrete (23), Marco Antonio Rojas Mendoza (14), así
como Gustavo Alonso Bonilla Orozco y Martha López Torés (con 11 cada una).
A pesar de
que el gasto en publicidad durante el sexenio de Enrique Peña Nieto fue
criticado por un sobrejercicio de casi 7.2 mil millones de pesos en materia de
publicidad gubernamental (Fundar 2018), fuentes
al interior del Infonavit explicaron a SinEmbargo que, aunque puede sonar
aparatoso, el gasto en publicidad del Infonavit no puede compararse con el del
Gobierno federal, ya que a pesar de utilizar recursos de trabajadores
mexicanos, tiene una estructura tripartita conformada, en partes iguales, por
funcionarios públicos que responden al Ejecutivo federal, empresarios del
sector financiero, así como representantes laboristas y sindicalistas.
Como un
organismo financiero que compite con el sector privado en materia hipotecaria y
crediticia, el gasto en publicidad es obligado y está estrechamente vinculado
con el crecimiento económico de la Institución, así como con el buen nivel de
percepción que la gente tiene de ella. De esta forma, el gasto en publicidad
del Infonavit estaría justificado.
“El
Infonavit es una institución que pertenece al Estado Mexicano, pero que no es
financiada por recursos públicos”, sino que “provienen de aportaciones
patronales para garantizar el derecho a la vivienda de los trabajadores”. En
ese sentido, refiere la información oficial, “la comunicación institucional del
Infonavit tiene por objeto la orientación al derechohabiente sobre las diversas
alternativas para ejercer su derecho a crédito y la difusión de la oferta de
productos y servicios a los que puede tener acceso”.
A partir de
2016, la estrategia de publicidad y marketing del Infonavit estuvo enfocada en
atraer “a una derechohabiencia de mayores ingresos, con escasa relación con el
Instituto y la percepción de que sólo financiamos vivienda de interés social”,
refiere un análisis de la subdirección general de comunicación.
Los datos refieren que, por ejemplo,
el gasto en publicidad del Instituto en 2017 (433.3 mdp) fue inferior al de sus
competidoras privadas.
Según datos
de Adspend IBOPE y Comscore 2018, ese
año Bancomer invirtió 1.2 mil millones de pesos en campañas publicitarias de
productos hipotecarios. Le siguieron Citibanamex (746 mdp), Banorte (718.4),
Santander (449.4), HSBC (418), GPO Fin Scotiabank Inverlat (189.3), Banco del
Bajío (17.8), Banorte IXE (6.6), Banco Inmobiliario Mexican (5.5), Banregio
(4.5) y otros (1.8 mdp).
Los datos de
ABM citados por Infonavit, con corte a diciembre de 2017, refieren que mientras la banca comercial financió 39 pesos en créditos
hipotecarios por cada peso invertido en publicidad, el Infonavit financió 352
pesos en créditos hipotecarios por cada peso invertido en publicidad.
En el caso
exclusivo de los créditos hipotecarios,
las cifras oficiales refieren que en 2017, a la par que el Infonavit “registró
un aumento del 6 por ciento”, la competencia experimentó “un decremento de 4
por ciento”. Ese año, los créditos (en general) del Infonavit aumentaron en 18
por ciento, al pasar de 452 mil 208 a 533 mil 792.
Entre enero
y diciembre de 2017, y a partir del lanzamiento de la campaña publicitaria, “se
incrementó en 80 por ciento la cifra de créditos otorgados”; y entre julio de
2016 y diciembre de 2017, hubo “más de 210 mil créditos de mejoramiento”
coligados. En consecuencia, refiere el Instituto, “la estrategia de
comunicación logró el posicionamiento de los productos de crédito”.
Inclusive, según los resultados de la
“Encuesta de percepción y satisfacción del Infonavit 2018” realizada por
Enkoll, el 52.8 por ciento de los encuestados reconoció tener más inclinación a
recurrir a un crédito del Infonavit, en comparación con el 28.5 por ciento que
prefirió optar por una institución bancaria. El resto de los encuestados no
refirió tener una preferencia específica (8.4) o no contestó (10.3 por ciento).
Asimismo, los resultados arrojaron que el 67 por
ciento de los encuestados consideró que el Infonavit había mejorado en los
últimos cinco años, en contraste con el 28 por ciento que declaró que “sigue
igual”, y el cuatro por ciento que aseguró que “ha empeorado”.
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