Por Rosa
Santana.
El desvencijado Puente de la Unidad,
por el que diariamente transitan miles de viajeros, está en riesgo de colapsar,
debido a que dos de las cinco trabes que cargan la estructura se fracturaron y
una más tiene daño “ligero”.
Con una longitud de 3 mil 227 metros,
el puente Isla Aguada-Puerto Real, que conecta a la isla del Carmen con el
macizo continental, era el paso –hasta ayer– de miles de vehículos que entraban
o salían de la Península de Yucatán.
Debido a la
contingencia, las autoridades
restringieron el tránsito de camiones y autobuses con más de 30 toneladas de
peso y sólo se permite la circulación a vehículos ligeros por un solo carril, a
una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora.
La vetusta
mole, que se proyectó para un tiempo de vida útil de 20 años, fue inaugurada el
26 de noviembre de 1982 por el expresidente José López Portillo, en el sexenio
del extinto exgobernador Eugenio Echeverría Castellot. El mismo día de su
puesta en funcionamiento se alertó de la posibilidad de un “colapso súbito”
debido al diseño de su ingeniería.
Expuesta al salitre de la zona que
aceleró su corrosión, además de la falta de mantenimiento, la estructura –cuya
operación hace varios años quedó a cargo del gobierno estatal, que actualmente
cobra 75 pesos por peaje a los vehículos ligeros– casi duplicó su tiempo de
vida sostenida en plegarias.
La tarde ayer, obreros que laboran en
la construcción del nuevo Puente de la Unidad reportaron un fuerte “crujido” en
la vieja estructura.
Después de la valoración, el
secretario estatal de Obras Públicas, Edilberto Buenfil Montalvo, admitió el
daño y reconoció el riesgo que representa el puente, pero consideró que “no
vale la pena” repararlo porque, además de costosos, los trabajos se llevarían
dos meses, y en ese tiempo ya se podría poner en funcionamiento el nuevo
puente, aunque no esté terminado.
“El día de hoy en la mañana nos
reportaron que había una falla y que tronó una trabe; el puente tiene cinco
trabes y una está totalmente dañada y otra está con daños, pero no muy graves;
las otras tres no tienen más que las fisuras por el tiempo de vida, por lo que
se determinó que hay que darle un mantenimiento al tramo, pero sólo de
conservación”, dijo.
De acuerdo
con Buenfil, la reparación “nos tarda
dos meses aproximadamente, pero en ese tiempo ya se estará terminando el nuevo
puente, por lo que no vale la pena reconstruir dos trabes, porque hay que
cortar, poner loza, todo es bastante tardado”.
Añadió:
“A finales de marzo la compañía que
está haciendo el tendido de las trabes del nuevo puente va a terminar de
colocarlas, dos semanas después podemos considerar que están las losas
completas, entonces en un momento de emergencia podemos meter tráfico sobre
este puente, mientras se pavimenta y se ponen las guarniciones, en ese sentido
no tendríamos problemas”.
No obstante,
lugareños hicieron circular en redes
sociales el grado de deterioro que se observa en la parte inferior del puente,
a fin de alertar a los usuarios y a las autoridades federales.
Hasta ahora las autoridades de
Protección Civil, tanto federal como estatal, no se han pronunciado al respecto.
La estructura sería sustituida por el
nuevo Puente de la Unidad, cuya construcción comenzó en el sexenio de Felipe
Calderón. La obra inicialmente sería financiada por Petróleos Mexicanos
(Pemex).
En el ocaso del sexenio del expanista
y durante la administración del exgobernador Fernando Ortega Bernés, la
petrolera asignó el proyecto a Tradeco, propiedad del exdirectivo de la empresa
Federico Martínez Urmeneta.
El costo original era de 838 millones
503 mil 400 pesos, de los que Pemex otorgó un anticipo de 200 millones a la
contratista, con el compromiso de entregarlo en un plazo de 600 días naturales
contados a partir del 12 de septiembre de 2012.
El puente
–que tendrá una longitud de poco más de
tres kilómetros– debió ser entregado el 16 de mayo de 2014, pero TRADECO DEJÓ
EL TRABAJO INCONCLUSO Y NADA SE SUPO MÁS DE LOS RECURSOS QUE RECIBIÓ.
La terminación de la estructura fue
promesa de campaña del presidente Enrique Peña Nieto y también del actual
gobernador Alejandro Moreno Cárdenas, pero el gobierno federal se echó para
atrás.
El gobierno de Moreno retomó el
proyecto, y para obtener la concesión de la obra se comprometió a reponer a
Pemex, con cargo al estado, el dinero que en su momento pagó a Tradeco.
La nueva estructura, que se construye
junto al viejo puente, la pagará el gobierno estatal mediante un crédito de 2
mil millones de pesos, pagaderos a 20 años, lo que abultó la deuda pública por
más de 3 mil millones de pesos.
Como
resultado de una dudosa licitación, el
gobierno estatal adjudicó los trabajos a ICA Constructora de Infraestructura SA
de CV, Calzada Construcciones, SA de CV (Calco), y Construcciones y Dragados
del Sureste SA de CV (CYDSSA). Las dos últimas son ramificaciones del Grupo
Hycsa.
En agosto de
2017, el gobernador aseguró que “ahora
sí” el puente quedaría terminado para octubre de ese año, para que el
expresidente Enrique Peña Nieto lo inaugurara en su gira de despedida por el
estado, pero incumplió su compromiso.
La obra no se terminó en octubre, y
el gobierno estatal anunció que ahora tocaría al presidente Andrés Manuel López
Obrador inaugurarla “tentativamente” en febrero de 2019. Pero se aplazó para
mayo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.